Vitoria - Cuando Slow Food Araba acudió en septiembre de 2018 a la última edición del Salone del Gusto-Terra Madre, de Turín, “estuvimos con 18 productos alaveses. Los que más suelen triunfar suelen ser el txakoli, la sal, la miel y el aceite”, precisa Alberto López de Ipiña.
Respecto a la miel alavesa, afirma que se está exportando “poquísimo” porque la producción no es muy grande. “Pero en Italia, cada dos años, la tienen en nuestro stand y viene infinidad de gente a comprarla por su calidad. Sobre todo, les gusta mucho la de brezo. y porque el precio es muy competitivo, comparado con el de otras”.
En cuanto a las carnes también se exporta muy poquito: “se lleva algo de caballo, que va a Italia, al ser sus grandes consumidores”.
Y en el caso del aceite de Rioja Alavesa, no producimos grandes cantidades, “pero la variedad Arróniz sale a China, donde se está vendiendo nuestro aceite, desde hace 4-5 años, y también a Alemania, a Inglaterra, a EEUU.”, relata Fernando Martínez-Bujanda, que ha documentado el pasado, presente y futuro del aceite en el libro El olivo de Rioja Alavesa. De momento, “se exporta poquito porque estamos comenzando, aunque hay algún proyecto muy muy interesante que puede salir”.
Asegura que un enamorado de este aceite es Luis de Lezama (Amurrio, 1936), de la Taberna del Alabardero, con restaurantes en Marbella. Madrid y Washington. “Otro forofo es el cónsul de Seattle. Me enteré de ello cuando pidió mi libro El olivo de Rioja Alavesa. Un compañero centenario”. - A.S.