bóveda - La localidad de Bóveda acogió ayer una nueva edición de la Feria de la Patata Alavesa, en una jornada agradable de temperatura que invitó a cientos de personas a acercarse hasta este pueblo para pasear por el mercadillo agroalimentario, disfrutar del programa de actividades y comprar patatas a muy buen precio.
La feria, que se celebra por turno rotatorio entre Valdegovía, Espejo y Bóveda abrió sus puertas a las 10.00 horas con una treintena de puestos en los que se podía encontrar desde las peras de Valdegovía, los panes realizados con los cereales de la zona, los ajos recolectados en ese territorio o los quesos y embutidos preparados por los vecinos de aquella zona y pueblos vecinos. Asimismo, siempre con una sonrisa, dos jóvenes atendían un puesto de la oficina de turismo de Valdegovía ofreciendo información de los pueblos que conforman esa parte de Álava y vendiendo unas mochilas con el nombre del ayuntamiento.
Junto a ellos estaban también otros productores de bebidas, frutas, quesos y, como no podía ser menos, el centro neurálgico relacionado con la patata en Euskadi, Neiker-Tecnalia, que acudió para divulgar las propiedades de las patatas, las nuevas variedades que se desarrollan en sus laboratorios y difundir buenas prácticas de cultivo. Atendido por Amaia Ortiz Barredo, en el puesto se mostraban distintas variedades, algunas de ellas con los nombres digitales de laboratorio; las nuevas variedades, que aún no tienen nombre, y también con las que están al alcance de particulares y productores.
“Queremos promocionar la variedad Miren y Entzia, una es blanca y la otra es de color morado que dan muy buenos resultados, muy buenas producciones, y los patateros de Álava, los productores de patata de siembra ya las tienen en exclusividad para poder venderlas”, comentaba esta técnica de Neiker, mientras mostraba las patatas. Además, también quiso “transmitir este año al público en general, a la sociedad, que tengamos cuidado con la patata que sembramos en los huertos, que tiene que estar sana, tiene que estar certificada, y eso les garantiza a ellos una buena producción y sanidad y sobre todo protege a los agricultores profesionales para que no vengan nuevas plagas y enfermedades, que con esto de la globalización entran por cualquier sitio. Y esa acción, solo esa acción es muy importante para los patateros profesionales en Álava”.
En el mundo hay registradas más de 6.500 variedades de patatas, pero en nuestro país son “muy poquitas las que se comercializan, un poco a demanda del consumidor. Pero cada vez hay más diversidad: más colores, más formas y tamaños. Y es que cada variedad tiene una composición que le hace mejor para freir, para cocer? Eso todavía la gente no lo conoce. Pero cuando comparas varias variedades, y lo ves, lo cambias”, explicaba. Y es que poco a poco los consumidores van asumiendo que no todas las patatas valen para todo. “Ahora los consumidores van buscando las variedades, porque saben cuál se adapta mejor a su plato favorito, a sus necesidades, incluso de tamaño, y también a las curiosidades: hay una variedad que saldrá dentro de dos años, una nueva variedad que no tienen todavía ni nombre y que es de tono rosa. Y otra variedad, extraordinariamente morada debido a sus antioxidantes. La patata es muy diversa, extraordinariamente diversa, y creo que no la conocemos bien”, incidió Mientras tanto, en un terreno vecino unos pastores desarrollaban actividades con perros pastores, que fueron conduciendo a unos rebaños a las zonas que les habían indicado sus pastores.
campaña de buena calidad Por su parte, las patatas se concentraron en el aparcamiento que se había ubicado a la entrada del municipio. Allí varios remolques atendían las peticiones de sacos que vendían a 15 euros los 20 kilos, un precio mejorado con respecto al año anterior. A punto de acabar la campaña de recogida, el vicepresidente de UAGA, César Izar de la Fuente, ya comentaba recientemente a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que el balance de este año en el territorio es de una patata “de buena calidad, aunque algo escasa por las incidencias que hubo en el campo esta temporada, sobre todo a causa de su pequeño tamaño”. Las principales variedades producidas esta campaña han sido “spunta, agria y monalisa y en menor cantidad la Kennebec”, variedad tradicional en Álava.
En cuanto a la competencia de las patatas que vienen de otros lugares, César Izar comentaba que estas suelen proceder de Francia, Alemania y Bélgica. Los primeros desvían cerca del 80% de su producción a España, aunque este año su cosecha ha sido inferior a otras campañas. Y otro tanto le ha pasado a Alemania, donde han pasado de un rendimiento medio por hectárea de 40 toneladas a 20. En cuanto a los precios, señalaba que la aspiración de los patateros alaveses está en lograr un precio estable, como el que tienen las cooperativas, pero calculaba que un precio justo para este año estaría entre los 20/22 céntimos kilo a los canales de comercialización. Por último, el responsable del sector de la patata en Álava señalaba que “sería bueno que se produjera un repunte del cultivo de la patata en el territorio, aunque lógicamente está supeditado a la política de precios. Hace pocos años había 10.000 hectáreas dedicadas a este cultivo en nuestra tierra y ahora solo se destinan 1.200, aunque se aprecia un ligero repunte”.