Vitoria - Una investigación ha permitido constatar que la arqueología biomolecular es una herramienta válida para conocer cuál era la alimentación de las sociedades rurales en la Alta Edad Media. La Universidad del País Vasco (UPV/EHU) dio ayer a conocer este estudio que forma parte de la tesis doctoral de la estudiante de Arqueología, Maite Iris García Collado, que se ha centrado en analizar la alimentación de quienes habitaban en la aldea de Boadilla, un asentamiento de campesinos de época visigoda (siglos VI-VIII D.C.) situado a las afueras del actual municipio de Illescas, en Toledo.
Así, se llevaron a cabo los análisis de isótopos estables de carbono nitrógeno, técnica que parte de la premisa de que la composición química de los alimentos queda reflejada en la composición de los tejidos del organismo. De esta manera, se pudo constatar que los habitantes enterrados en Boadilla basaban su dieta en “cereales de invierno” como el trigo, la cebada, el centeno y la avena.
El estudio no detectó ninguna diferencia en cuanto al consumo de cereales por distintas edades, algo que sí ocurre con las proteínas de origen animal, a las que según esta investigación, no tenían acceso los niños de 2 a 8 años, lo que quiere decir que el acceso a esos productos estaba condicionado por la edad. - Efe