la villa ayalesa de Amurrio pudo disfrutar ayer plenamente de la vigésimo quinta edición del Artzain Eguna, ya que la cita pastoril transcurrió bajo un radiante cielo azul y una temperatura agradable que animó al público a salir de casa. A los que no les hizo tanta gracia la visita del sol fue a los animales protagonistas de la jornada, las ovejas, aunque para sobrellevarlo dispusieron de agua en sus boxes. Los que sí recibieron bien a Lorenzo fueron los pastores veteranos homenajeados del día; es decir, Fernando Ibarrola del barrio Larrazabal de Llodio (1945), María Natividad Otxandiano de Oleta (1933) y Mari Carmen Zumalde de Aspuru (1947). Y es que si hay algo a lo que están acostumbradas las personas dedicadas a esta actividad es a mantener el tipo en las cumbres, cuidando de su ganado, brille el sol, llueva o nieve. Su llegada fue recibida con un aurresku, en torno a las 11.30 horas, y todos ellos fueron obsequiados con txapelas, pañuelos y makilas tras toda una vida dedicada a este ancestral oficio.

Y a donde van los pastores, llevan sus ovejas. De hecho, el público pudo disfrutar ayer -en el parque Juan Urutia- de en torno a 200 ejemplares de ovino de raza latxa de alta calidad, entre las que destacaron, por su novedad, dos corrales de sasi ardi u oveja de zarzal. “Parece una oveja latxa, pero no lo es. Son más pequeñas y, desde 1997, está incluida en el Catálogo de Razas de Ganado de España, concretamente en el Grupo de Razas Autóctonas de Protección Especial, porque es un tesoro genético. De hecho, se trata de una oveja muy rústica, perfectamente adaptada al entorno que, por ejemplo, es capaz de parir sin ayuda de ninguna persona. Por el contrario, no es una gran productora de leche, solamente la justa para alimentar a la cría, y de aquí que los cambios en los sistemas de producción agrícola-ganaderos hayan mermado el número de ejemplares, hasta estar al borde de su extinción. Tradicionalmente, los baserritarras han tenido este tipo de oveja para mantener limpios los prados y los montes”, explicó el concejal de ganadería, Juan Cruz Apodaca.

Junto a ellas, se encontraban los ejemplares que conformaron la exposición de las mejores ovejas en control lechero y de latxas de cara rubia y negra, así como del concurso interprovincial de ganado, en el que se dieron cita una quincena de ganaderos que presentaron 14 carneros, 15 lotes de cinco ovejas, y otros 11 lotes de cinco corderas y un cordero. En el certamen, que repartió 1.620 euros en premios, resultó vencedora en ovejas Montserrat Mendibil de Amurrio; mientras que María Teresa Mendibil de Belandia acercó a la cita las mejores corderas y los mejores carneros.

A nivel provincial, el caserío La Leze de Ilarduia se hizo con el cheque de 650 euros por tener el mejor rebaño lechero de cara rubia, con una media de 349 litros por oveja, aunque su oveja más lechera ha dado nada menos que 722 litros “en los 120 días desde que paren, en los que se lleva el control a todas las explotaciones, para que el resultado sea equitativo”, según explicaron desde la organización. Por su parte, Iosu Ruiz de Zarate de Abecia se embolsó otro cheque de igual cantidad por contar con el rebaño de ovejas latxas de cara negra que más leche ha producido en la provincia, con una media de 259 litros por oveja. La de Larrabe de Aguiñiga se hizo con otros 550 euros por ser la propietaria del rebaño de ovejas latxas con mayor producción lechera del año en Ayala, con una media de 255 litros.

El queso de esta última también se llevó el cheque de 200 euros reservado para el tercer clasificado del X Concurso de queso Idiazabal, al que solo podían concurrir pastores alaveses propietarios de rebaños con un mínimo de 100 reses y quesos con una maduración mínima de dos meses. El certamen congregó a siete participantes, de los que el segundo clasificado fue la quesería Zabaleta de Munain (250 euros) y el primero, Unai Lekuona de Araia. Éste no solo se llevó los 300 euros estipulados, sino también un hermoso trofeo que fue entregado por el hijo de la persona a la que está dedicado este certamen, Ruperto Casanueva.

Por su parte, el queso de Ricardo Pérez de Albeniz de la quesería SAT Olano de Egino fue elegido favorito, por el paladar vecinal, de entre las seis queserías que se asentaron en la Plaza Juan Urrutia. Junto a estas también se instalaron dos bodegas de txakoli, mientras la plaza San Antón dio cobijo a trece artesanos y 25 baserritarras.

La cita se complementó con demostraciones de esquileo y elaboración de queso, degustaciones de productos derivados de la oveja, música ambiente, y varias exposiciones de maquinaria agrícola y fotográficas. Por la tarde, tuvo lugar el concurso de perros pastor memorial Justo Furundarena, aunque antes -quien quiso- pudo llenar el estómago con una bandeja de guiso de oveja, al precio de un euro, que corrió a cargo de la Federación de Asociaciones Gastronómicas, Boilur. En total se elaboraron 500 raciones.