VITORIA - Los 360 días que han esperado blusas y neskas para desplegar su repertorio festivo se desparramaron ayer en la primera entrega de un paseíllo, que recupera de nuevo su denominación tradicional tras experimentar el pasado año con el vocablo kalejira. Las 25 cuadrillas que componen el ejército de devotos de la fiesta se adueñaron del corazón de Gasteiz que transcurre entre la calle Dato y la plaza del Iradier Arena, antiguo coso taurino, empequeñeciendo y doblegando a un termómetro por encima de los 30 grados. En la jornada dedicada a honrar a la patrona de la ciudad, más de 3.000 blusas y neskas lucieron impolutos sus mejores galas. En alguno de ellos era evidente que se trataba de un atuendo a estrenar, por exhibir todavía la camisa los dobleces originales según se plegó en la fábrica.
COMO UNA PRUEBA CICLISTA Lo que fue la novedad de la pasada edición de estos paseíllos de ida a ningún sitio y retorno desde el mismo lugar, empieza a asentarse como tradición en el escenario festivo. Las 25 cuadrillas que colorean las calles estos días completaron el itinerario divididas en dos pelotones y con un leve receso de diez minutos desde que Gasteiztarrak cerró el desfile como último representante de la Federación de Blusas y Neskas. En poco menos de 14 minutos, la media docena de cuadrillas que integran este colectivo, partió desde el comienzo de la calle Dato, a las 16.30 horas, encabezados por los imponentes bueyes que exhibió Batasuna. Tras el protocolario lanzamiento de cohete, a las 17.00 horas, correspondió a Zintzarri arrancar el recorrido de la Comisión de Blusas, precedido de unos globos que pregonaban sus bodas de plata. Sus integrantes bailaron y movieron los cuerpos al ritmo de los acordes del Waka-Waka, de la colombiana Shakira, interpretado por la prometedora charanga El conejo de la Loles.
Tanto el paseíllo de ida como el de retorno, desde no se sabe dónde, ofrecieron similitudes con una carrera ciclista. Fue situación habitual ver a los esforzados de la ruta y componentes de la serpiente multicolor acercarse a su coche de la dirección de cuadrilla en busca de ese preciado avituallamiento líquido. Frente a los geles energéticos, hidratos de carbono y dosis de azúcar para absorción inmediata que les ofrecen desde la ventanilla de los coches, ayer recibieron revitalizantes bebidas espirituosas y mezcla de todo tipo de brebajes con los que hidratarse para evitar la pájara en mitad de una exigente etapa.
Reintegrados ya en el resto de pelotón de su formación, se pudieron ver los más variados artilugios, como pistolas de agua, vaporizadores, ventiladores a pilas y una sulfatadora, destinados a combatir el calor que emanaba del asfalto.