Lanciego - Por segunda vez en pocos días, el diputado general de Álava, Ramiro González, ha insistido en la necesidad de que los vinos de Rioja Alavesa mejoren su valor en los mercados a base de seguir manteniendo la calidad de los caldos, pero también marcando distancias a través de la diferenciación territorial.

La primera de estas ocasiones fue en la entrega de los premios anuales de Abra, en Lantziego, la pasada semana. Y la segunda fue ayer, también en Lantziego, en la icónica bodega de Telmo Rodríguez y Pablo Eguskiza, Lanzaga, aprovechando la presentación de la segunda edición de El Medoc Alavés: La revolución del vino de Rioja, de Ludger Mees. Este trabajo de investigación es una reedición de un libro de historia y de divulgación sobre los vinos de Rioja Alavesa, que viaja hacia la segunda mitad del siglo XIX y que enseña el papel clave de los viticultores de aquella época (Melitón Eguílaz, de Lanciego; José M. Olano, de Samaniego; o Manuel Gorgázar, de Laguardia) y del decisivo apoyo que prestó la Diputación Foral de Álava en aquel tiempo para revolucionar la forma de hacer y comercializar el vino. Todo ello a través de la prosa amena y lúcida de Mees y las más de treinta fotografías y documentos que ilustran sus páginas.

Al acto de presentación acudieron el diputado general; el consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria; el presidente de las Juntas Generales de Álava, Pedro Elosegi; el diputado foral de Agricultura, Eduardo Aguinaco; el director general del Consejo Regulador del Rioja, José Luis Lapuente; y ocho de los diez alcaldes de los municipios de Rioja Alavesa, instituciones que hace 160 años participaron en los cambios que se introdujeron en la cultura vitivinícola que importaron de Burdeos Jean Pineau (por encargo de la Diputación) y Manuel Quintano, éste en Labastida.

Tras el saludo del bodeguero Pablo Eguskiza, que relató los orígenes de la bodega Lanzaga, intervino Zupiria, afirmando que el contenido del libro mantiene el diagnóstico de lo que necesita hoy Rioja Alavesa y el futuro de sus vinos. También indicó que a través de sus páginas “se identifican aquellos aspectos que hacen único a este territorio, lo que impone el objetivo de contar al mundo y hacer que sea único”. Y terminó destacando que esa tarea diferenciadora es “un proyecto que podemos compartir el Gobierno Vasco, la Diputación, los cosecheros y los bodegueros”. Ahora “es la oportunidad para que colaboremos juntos para transmitir que el vino de Rioja Alavesa es único y se lo crean fuera”.

Ramiro González, por su parte, reconoció que se había leído el libro de un tirón durante el fin de semana y que era “sumamente interesante para conocer el momento actual de Rioja Alavesa”, aunque el trabajo de investigación se refiere a los 160 años anteriores. Afirmó que el concepto del Medoc Alavés “es una historia de personas? De visionarios”. También se refirió a los dos diputados generales que más habían creído en el proyecto de trabajar por la calidad y por la diferenciación de los vinos de la comarca: Valentín de Verástegui (1826-1830) y Ramón Ortíz de Zárate (1861-1864). No olvidó mencionar el acierto de traer a la comarca a Jean Pineau para cambiar la forma de elaborar el vino importando las técnicas de Burdeos, “no para copiar la forma de elaborar sus vinos, sino para aprender a hacer los vinos como se deben hacer en Rioja Alavesa para ganar en calidad y para poderlos enviar a tierras lejanas sin que se estropearan”.

De la publicación, explicó González, “se saca la conclusión de que más de cien años después lo que cuenta es más actual que nunca. No estaban tan lejos del camino que debemos seguir en Rioja Alavesa”. Por eso se reafirmó en que “150 años después, este diputado general recoge el testigo de la calidad y la diferenciación”, comprometiéndose a mantener “el legado recibido”.

Vinos diferenciados Tras la intervención del autor del libro, Ludger Mees, quien terminó afirmando que los cambios que se acometieron en Rioja Alavesa no los realizó un individuo aislado, refiriéndose a Jean Pineau, sino que fue un trabajo colectivo de la Diputación, los elaboradores y diez municipios de la comarca, se celebró una cata de vinos presentados por elaboradores que apuestan por los vinos de pueblo diferenciadores.

Al finalizar, González afirmó a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que “hay que seguir trabajando por esa diferenciación. Se han dado pasos, pero queda recorrido por hacer y en ese sentido es importante lo que la comarca, los vitivinicultores, decidan hacer. En el acto de entrega de los premios de Abra hablé de la necesidad de conseguir el mayor consenso posible. Y ahora me reafirmo en esa necesidad. Y el camino que se debe seguir a partir de ahora debe ser el que decida la comarca, desde el mayor consenso posible, entendiendo que todavía es posible avanzar más”.

González se refirió a la Declaración de Laguardia de hace tres años, cuando planteó una Denominación de vino alavés y aseguró que “sigo convencido que ese es el mejor camino. La Diputación Foral de Álava no tienen dudas de que ese es el mejor camino, que no podemos perder el patrimonio que supone Rioja. En el libro que se ha presentado hemos visto que estamos en el origen de lo que es hoy Rioja, que nació aquí con el Medoc Alavés y no podemos perder todo ese patrimonio. Por eso es necesario que Rioja Alavesa tenga sus propias normas y su propia gestión del vino. Y ese es el camino que marca la Diputación Foral de Álava; que creemos que es el mejor. Pero lo realmente importante es lo que crean mejor en la comarca. Y son ellos quienes tienen que alentarnos a dar los pasos en ese sentido”.