la puebla de arganzón - La Puebla de Arganzón recordó ayer cómo plantó cara a las tropas francesas que ocuparon la localidad buscando al médico del pueblo para que atendiera a sus soldados heridos. La negativa de éste y la oposición de los vecinos ocasionó el asesinato de buena parte de la población, no sin antes plantar una dura lucha por las calles. La recreación fue organizada por la Asociación Histórico Cultural y el Ayuntamiento de La Puebla de Arganzón y se enmarca dentro de las actividades que se celebran para recordar los acontecimientos históricos que la capital alavesa y poblaciones cercanas vivieron en 1813.
La actividad contó con la participación de los vecinos de la localidad y se celebró en los mismos escenarios en los que tuvieron lugar los acontecimientos. Narrada por el propio alcalde de la localidad, Roberto Ortiz, ataviado también como un vecino más de la época, la escenificación comenzó con la llegada de las tropas francesas, la 5ª División de Maransin, del Ejército de Andalucía, acompañado por su correspondiente cañón. A la entrada ya esperaban los vecinos dispuestos a que la tropa no atravesara el pueblo. Sin embargo, los soldados entraron y capturaron al párroco. Le obligaron a decir donde vivía el médico para detenerle y llevarle a que atendiera a las tropas. El sacerdote se negó y fue golpeado brutalmente mientras los vecinos trataban de socorrerle.
Con los vecinos tratando de contener el avance militar, los franceses localizaron la casa del médico y le ordenaron que saliera. Tras negarse, los soldados entraron a por él y le sacaron. El enfado de los vecinos fue creciendo y un vendedor de frutas fue detenido por insultarles y, junto al médico, fue conducido a la plaza. Allí se instó al doctor a que acudiera a curar a los soldados y cuando volvió a negarse, el jefe de la expedición ordenó su fusilamiento, junto al vendedor de frutas. A partir de ese momento los vecinos se organizaron en grupos colocando barricadas en las calles para luchar contra los invasores, pero el poderío de los franceses, sus descargas de fusilería y los cañonazos disparados fueron ocasionando una matanza.
Tras ello, el lugar quedó ocupado por las tropas francesas, momento en el que se hizo una pausa para disfrutar de la comida popular. Sobre las seis de la tarde se reanudó la batalla, cuando las tropas hispanobritánicas trataron de recuperar el puente sobre el Zadorra, en poder de los franceses, y la batalla se extendió de nuevo por las calles de La Puebla.