Despierta Abetxuko en modo domingo. Las dianas y un par de tracas rompen la serenidad de la plaza 1 de Mayo, mientras las primeras voces resuenan en el entorno de la ikastola.
Son los blusas y neskas de la cuadrilla Jan eta Edan los que se afanan en los preparativos del concurso de tortillas de patata y reparto de pintxos de embutido y ensaladilla.
Voces roncas y rostros que acusan el cansancio de días de fiesta delatan las horas y horas que han pasado en pie y el sueño acumulado.
En cuadrilla y con amigos
Maite y Arantza cortan barras y barras de pan. Ambas coinciden en el “buen ambiente” habido en las fiestas de Abetxuko.
Desde la comida popular del jueves, Maite no ha parado. Lo que más le gusta es estar con los amigos, ya sea en la bajada del Ave o el paseíllo de blusas, igual que a Arantza. “Agotadas estamos, pero merece la pena”, sonríe.
Poco a poco se van sumando participantes al certamen de tortillas de patata. Hasta 15 o 20 se suelen congregar, apunta Aritz Valle, presidente de la asociación de vecinos Uribe Nogales.
Mientras pelan patatas y pican finamente cebollas, Ugaitz mira con atención.
“Lo que más me gusta de las fiestas es estar con los amigos en las barracas y escuchando música de todo tipo, bailar no mucho, ni tampoco los juegos de niños y niñas”, demasiado infantiles para este chaval que ya luce orgulloso el traje de la cuadrilla.
A por la mejor tortilla de patata
David y Nieves, de la cuadrilla Los Decididos, se han propuesto este año superar el cuarto puesto en el concurso de tortillas de patata.
“Este año vamos a ganar, vamos a ello, con permiso de la competencia”, dice David, con la poca voz que le queda, señalando a Iluminada Oliver, su más cercana contrincante que, junto a su hermana, sí se ha alzado en más de una ocasión con el primer premio.
Las hermanas Oliveres no echan mano de ninguna receta secreta, confiesa Iluminada. “La hacemos y como salga, que siempre es diferente; eso sí, le ponemos mucho cariño, eh”.
Una tortilla es con cebolla y otra sin, pero la gente se decanta por la que tiene un poco de cebolla. “No mucha y bien picadita”, aconseja.
Artesanía y herri-kirolak
“¿Lo que más me gusta de las fiestas? Divertirme y que nos juntamos en el txoko los siete hermanos que aún vivimos”, subraya. Eso, al margen de las reuniones familiares y bailar al ritmo de Joselu Anayak.
“Llegó un momento que me tuve que ir a casa, ya no podía más con los pies”, confiesa.
Además de concurso de tortillas de patata y degustación de chorizo, hoy es día en Abetxuko de mercado de artesanía en la plaza Mayor, herri-kirolak, gazte pintxo-pote solidario, campeonato de bolos interblusas, juego de la rana, exhibición de sevillanas y un sinfín de actividades organizadas para el último día de las fiestas.
Todo ello antes del acto piro musical Su Lagunkoia, que cierra cuatro días de festejos muy bien ambientados.
“Este año han sido más días de fiestas al caer el 1 de mayo, el día grande en jueves”, aclara una neska.
Playback txiki
A Irati, Ainhize e Izaro les va a dar mucha pena que acaben las fiestas y comiencen las clases, pero no van a llorar, confiesan.
Vestidas de neskas y luciendo “brillitos” en las caras, esperan el inicio del playback txiki en el que se van a subir al escenario para interpretar la letra de Mala mujer de C. Tangana, que tienen muy ensayada, convencidas de que “vamos a ganar”.
Luego, montarán en las barracas porque “nos ha invitado el padre de una amiga” y saltarán en las camas elásticas. La Olla y el Saltamontes son sus atracciones preferidas y entre las actividades festivas: las goitiberas.
A tope
Y después, lo que salga –apuntan las tres niñas–, ya que por ahora no tienen más planes para la tarde, así que se sumarán a la cuadrilla Jan eta Edan, una de las cinco cuadrillas que se implican a tope en las fiestas de Abetxuko, que dan la salida a otros festejos de los barrios de Vitoria.
