El contrato más caro. Los trabajos de limpieza viaria y recogida del servicio de basuras que realizan FCC y GMSM suponen el contrato más caro de Gasteiz. Conllevan cada año un desembolso de 22,8 millones de euros para abonar los servicios. El acuerdo entró en vigor el 1 de julio de 2015 y está prevista su finalización en 2023, aunque se contempla que pueda ser alargado hasta el año 2025.

Reivindicaciones. Los trabajadores demandan el abono de los días de libre disposición no disfrutados desde 2014. La UTE se comprometió a pagarlos antes del 30 de abril. También la UTE deniega la posibilidad de prejubilarse a los empleados que cumplen las condiciones exigidas.

El máximo responsable del área de Medio Ambiente estuvo presente en la cita convocada por el Ayuntamiento en la tarde de ayer para desactivar el conflicto. Reiteró y alabó hasta el último instante la labor de “mediación” del ejecutivo Urtaran.

VITORIA - La amenaza de una huelga de limpieza viaria y de recogida del servicio de basuras se evaporó ayer a las 20.15 horas. Por un apretado margen de 105 minutos, el gobierno de Gorka Urtaran y los representantes de la plantilla alcanzaron el acuerdo que impidió que, 26 años después, las calles de Gasteiz asistieran al espectáculo de las bolsas de basura acumuladas junto a rebosantes contenedores. La amenaza de no recoger las bolsas de basura, a partir de las 22.00 horas de la noche de ayer, estiró la reunión definitiva que mantuvo el equipo de gobierno con una nutrida representación de mas de una veintena de trabajadores hasta casi los 180 minutos. La cita se saldó con el acuerdo que mantiene a Vitoria dentro de la normalidad en el servicio de limpieza.

Esperó el equipo de Gorka Urtaran a un encuentro vespertino en el que transmitió los pasos que está dando para la “resolución del contrato solicitada por FCC y GMSM”, detalló la nota explicativa de la larga reunión. En las próximas semanas el gabinete Urtaran va a proceder a “poner término al expediente de resolución del contrato aplicando el artículo 223 que se está tramitando actualmente”, apuntaron fuente municipales en su aclaración.

Una vez dado este paso, se abrirán dos posibles escenarios. Por un lado, si concurre causa de resolución, se resolverá el contrato y se sacará un nuevo concurso para adjudicar el servicio. “Si no fuera posible, abriríamos la puerta a la gestión directa para garantizar una gestión eficaz y eficiente de este servicio esencial para la ciudad”, concretaron desde el ejecutivo municipal.

FRENÉTICA JORNADA DE REUNIONES Hasta llegar a la decisión de desconvocar el paro, se sucedieron varios encuentros entre empresa y trabajadores en los que se agigantó la sombra de una posible huelga. Hubo una primera reunión en la sede del Consejo de Relaciones Laborales de Euskadi (PRECO) donde responsables de FCC-GMSM y el comité de empresa de los trabajadores fueron incapaces de consensuar avance alguno en las cuestiones que han llevado a la huelga, así como tampoco de desbloquear la negociación del convenio colectivo. “No ha habido ningún movimiento en sus planteamientos”, admitieron desesperanzados los representantes sindicales, cuestionados por este periódico una vez que se levantaron de la mesa en el local de la calle Landaberde.

A media mañana, la sensación del inminente comienzo de la huelga era evidente y se asumía como el punto culminante de un conflicto larvado desde el mismo instante en el que empezó a prestarse el actual contrato, el 1 de julio de 2015. Planeó durante varias horas la posibilidad de que sobre la campana lograra desactivarse la convocatoria y evitar una estampa de bolsas de basura, papeles, cartones, envases, enseres y otro tipo de restos.

cita con el equipo de gobierno La última bala en la recámara para repetir el movimiento del pasado mes de marzo de 2017, con un postrero acuerdo que dejó sin efecto otra convocatoria de huelga, se la guardó el gabinete de Gorka Urtaran. Concertó una reunión con los trabajadores a las 17.30 horas en sede municipal. Encabezó la comisión negociadora el propio regidor jeltzale, acompañado por el responsable de Medio Ambiente, Iñaki Prusilla, y el coordinador general de Urbanismo, Álvaro Iturritxa, como integrantes destacados y de un mayor peso político. Antes de acceder a la sala de reuniones, fuentes del gobierno recalcaron una y otra vez su “optimismo” ante un eventual acuerdo que hiciera posible dejar sin efecto la convocatoria. “Hay diferentes fórmulas para frenar la huelga, defendiendo siempre el interés general. Vamos a estudiar las medidas necesarias para parar la huelga”, reiteraron en los mensajes previos al encuentro. Sin embargo, esa visión no era compartida por los representantes de la plantilla citados a la reunión. “Es muy tarde para intentar pararlo”, exclamaron desde los sindicatos al conocer el horario de esa reunión vespertina y las intenciones del ejecutivo de Gorka Urtaran.

la anterior huelga, en 1992 Afrontaba la capital alavesa una situación inédita y desconocida para muchos ciudadanos que no se vivía desde el año 1992. Le correspondió también a otro primer edil jeltzale como José Ángel Cuerda lidiar con una huelga llevada a cabo por los empleados de la entonces Cespa. Durante los fines de semana del mes de marzo de ese año no se procedió a la recogida de las basuras como medida de presión de la plantilla para forzar una negociación encaminada a lograr unos mejores repartos de los horarios en los turnos de trabajo.

La situación en el siglo XXI volvió a centrarse en las peticiones de los trabajadores para recibir el pago de los días de libre disposición de los últimos cuatro años que no han podido disfrutar. Existía el compromiso de FCC y GMSM de haber procedido a su abono antes de la fecha del 30 de abril, pero los trabajadores no han percibido esas cantidades. Otro de los planteamientos exigidos como de obligado cumplimiento por parte de la empresa es que aquellos trabajadores que cumplen las condiciones para poder prejubilarse reciban el visto bueno para entrar en esa nueva situación laboral. Sin embargo la UTE está denegando esa posibilidad.

De esta manera, la celebración de eventos como el Azkena Rock Festival, previsto para este fin de semana, o las multitudinarias fiestas del barrio de Judimendi y la noche de las hogueras del sábado, van a poder celebrarse con toda normalidad. En previsión de una posible huelga, ya había decretado el Gobierno Vasco una orden de servicios mínimos en los que se obligaba a la plantilla a prestar el 100% de los servicios para lograr que ambos eventos se desarrollaran con total normalidad y sin contratiempos de presenciar basura acumulada en las calles.