vitoria - A la Denominación de Origen Arabako Txakolina le tocó ayer hablar de unos guarismos muy distintos en la presentación de la nueva añada, pero sin perder la fe ni la sonrisa. De hecho, el evento, que tuvo lugar al mediodía en la terraza de la primera planta de la gasteiztarra Plaza de Abastos, sirvió para corroborar la ya anunciada caída de la producción en un 43%, ocasionada por las heladas que afectaron seriamente al sector vinícola de todo el territorio, pero también para anunciar la calificación, en cuanto a calidad.
“Tras la desastrosa cosecha que nos llevó a recepcionar en bodega, prácticamente, la mitad de la uva que en la anterior campaña, el esfuerzo de los txakolineros en seleccionar el mejor fruto y elaborar los caldos nos ha hecho poner en el mercado 350.000 botellas, frente a las 580.000 del año pasado, pero de muy buena calidad, según la cata oficial llevada a cabo por el laboratorio de análisis sensorial de la Facultad de Farmacia de la UPV. Un organismo totalmente independiente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Arabako Txakolina”, subrayó Joxean Merino, gerente del mismo. La nota obtenida la tenía que haber hecho pública el presidente de Arabako Txakolina, Luis Mariano Álava, también presente en el evento presentado por Joseba Fiestras y cantado por la coral Ausartak, pero “acaba de regresar de representarnos en una feria de Barcelona con una seria afonía”, le disculpó Merino, a quien le tocó explicar que “un 56% se ha llevado un excelente, pero hace falta un 75% para que la puntuación se extienda a toda la producción que, en un 30% ha recibido un muy bueno y un 2,8%, bueno, y de ahí la media”, matizó. Antes de animar al nutrido número de asistentes al evento a corroborar la calidad del caldo también tocó presentar con todos los honores a la persona elegida para ser la embajadora del Txakoli Alavés 2018. Se trata del cocinero gasteiztarra Diego Guerrero, que subió al estrado para agradecer el nombramiento con un sincero “gracias, porque venir a casa me toca el corazón y, aunque me pongo nervioso, no sólo es un honor sino que lo veo como un deber hacia un sector que, como atestiguan las cifras que habéis dado, se ve de la noche a la mañana con que una helada se ha llevado por delante la mitad de su sueldo, algo que no creo que le haga gracia a nadie. Sin embargo, aquí seguís e invitándonos a todos a celebrar la nueva añada”, espetó.
Guerrero fue escogido para el cargo porque “es amigo de Arabako Txakolina desde sus tiempos de cocinero en El Refor de Amurrio y, pese a dónde ha llegado, sigue defendiendo nuestro producto”, subrayó Merino.
De hecho, Guerrero, de 43 años, llegó a Madrid en 2002 para hacerse cargo de la cocina del prestigioso Club Allard, donde compaginó su trabajo con la impartición de clases de cocina en el espacio Kitchen Club. Entre sus creaciones está el famoso pintxo de Mini Babybel que, en 2009, recibió el premio nacional de concurso de pintxos y tapas de Valladolid. No contento con ello, en 2013 decidió emprender su propia aventura culinaria con el restaurante DSTAgE.