vitoria - Desde que la joven se instaló en Gasteiz hace algo más de un año y se unió a la Asamblea de Mujeres de Álava, ha aportado al colectivo sus conocimiento sobre arquitectura de cuidados y urbanismo feminista. A su juicio, en la capital alavesa también se repite el patrón de que se trata de una ciudad diseñada “por hombres y para hombres”, que tiene además dos exponentes modernos como los nuevos barrios de Salburua y Zabalgana. “Las distancias son largas y no son espacios que estén diseñados a escala humana”, analiza Cristina Galiana.
Con el tiempo, ¿Gasteiz se ha convertido en una ciudad más segura para las mujeres desde el punto de vista urbanístico o sigue presentando muchas carencias?
-El urbanismo es ideología hecha cemento. Y en este sentido, si el urbanismo ha sido diseñado por hombres y para hombres, la ciudad nunca va a poder ser un espacio seguro para las mujeres. Para las mujeres, pero tampoco para la infancia ni para las personas mayores. No hablamos exclusivamente de una mujer joven, que es lo que habitualmente está en el imaginario cuando hablamos de agresiones y seguridad. El movimiento feminista ha hecho un trabajo de recopilación de puntos peligrosos, aunque en realidad lo que existen son las personas peligrosas, y lo que se espera ahora es que el Ayuntamiento tome las medidas que sean necesarias para acondicionar estos espacios, más allá de poner banderitas en fiestas para que no haya agresiones. Estamos en un momento en el que el feminismo ha logrado calar mensajes en la opinión pública y las administraciones, pero falta tomar medidas concretas, llevar a la práctica esas posturas anti violencia. Porque todavía las ciudades ni fomentan la autonomía ni la gestión de tiempos, y además incentivan las agresiones que se puedan producir.
En este sentido, ¿propuestas recientes como establecer paradas intermedias en los autobuses nocturnos de Vitoria van en la buena dirección?
-Sí. El modelo de paradas intermedias va en el buen camino para evitar las agresiones sexistas, aunque debe ir acompañado también de otras medidas. Por ejemplo, reconsiderar las actuales rutas que hacen los autobuses, integrar la perspectiva de género en el diseño de la movilidad urbana, el acondicionamiento de las paradas o el incremento de las frecuencias de los gautxoris. Esto, hablando solamente del transporte público, porque hay muchos otros ámbitos.
En cualquier caso, parece difícil construir entornos más seguros viendo los últimos crecimientos urbanísticos de la ciudad.
-Sí. Los barrios de Salburua y Zabalgana son el máximo exponente de un tipo de urbanismo monofuncional, que diseña barrios residenciales. Cuando eres una persona al cuidado de otras, un papel que casi siempre recae en la mujer, esto significa que para actividades tan cotidianas y diarias como hacer la compra, llevar a tus hijos al colegio o a una persona al hospital tienes que desplazarte por diferentes puntos de la ciudad al no haber un solapamiento en el espacio de distintos usos, como el comercial, de servicios, de parques para niños... Aparte está el hecho de que estos espacios están planteados para un tipo de ciudadano que solemos calificar como BBVA: Blanco, burgués, varón y autónomo, que básicamente se transporta mediante vehículo privado, cuyo uso es mayor entre los hombres según todos los estudios. Las distancias de estos barrios son largas y no son espacios que estén diseñados a escala humana. - C.M.O.