El lehendakari, Iñigo Urkullu, asistió ayer a la inauguración del proyecto Pinturas para la vida en la iglesia de Antezana de Foronda, un mural realizado por el artista Xabier Egaña que forma parte de los trabajos ejecutados para restaurar el templo. “Un lugar recuperado desde el pueblo y para el pueblo. Euskadi gana así un espacio singular”, valora Urkullu. Al acto acudió una nutrida representación institucional entre la que estaba la consejera de Empleo y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, y la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, según el Gobierno Vasco. También el diputado general de Álava, Ramiro González; el presidente de las Juntas Generales del territorio, Pedro Elósegui; la teniente de alcalde del Ayuntamiento de Vitoria, Itziar Gonzalo; el presidente de la Fundación Vital Fundazioa, Jon Urresti, así como diputados forales y concejales.
En la inauguración del mural participaron, además, el párroco de la iglesia San Miguel de Antezana, Pablo Corres; el arquitecto Juan Ignacio Lasagabaster, así como el vecino y promotor del proyecto, Diego Bermejo. Además, el evento contó con las actuaciones de la soprano Helene García y del trompetista Joseba Aparicio, y estuvo conducido por el presidente de la Junta Administrativa de Antezana, José Luis Alonso, y por Aintzane Ruiz de Azúa, vecina de localidad.
EL ARTISTA y las pinturas Xabier Egaña no puede evitar emocionarse al hablar de su obra pictórica en la iglesia de Antezana, especialmente cuando narra los motivos por los que se decantó por reflejar algunas imágenes de la guerra de los Balcanes: “Una muestra el puente de Mostar destruido y hay una pareja de novios a cada lado. Ambos quieren juntarse, pero dudan en cómo cruzar el puente. Cuando lo intentan son asesinados por un francotirador. Los cadáveres se quedan en el puente, llega la primavera y la vegetación acaba cubriendo los cuerpos, pero la gente decide ir a por los cadáveres y enterrarlos”.
El puente de Mostar como metáfora, como “unión entre orillas, entre pueblos, en lugar de las alambradas y las fronteras que hemos construido”, sustenta una de las pinturas con las que este artista de 73 años cubre desde 2012 las paredes de la reconvertida iglesia de Antezana. Una Capilla Sixtina que en los últimos años ha cruzado fronteras y que atrae cada verano a visitantes y curiosos que desean contemplar de cerca el trabajo de Egaña. Así lo relación el propio Egaña en declaraciones a este periódico cuando DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA visitó las pinturas.
A escasos kilómetros del aeropuerto de Foronda, el muralista getxotarra ha recorrido con su pincel las paredes de un espacio rehabilitado como punto de unión entre el arte y la espiritualidad. Y ha inyectado color al templo cada verano desde 2012, pues los inviernos los pasaba en Zarautz para evitar que el frío alavés causara estragos. “Algunos dirán que vaya vacaciones, pero es que aquí no hay quien trabaje en invierno. Pero desde que me voy hasta que vuelvo pasan seis meses en los que le doy vueltas a la cabeza todo el rato, pensando en los colores, en las formas, y con ganas de volver en verano para subirme al andamio y volver a empezar. Son ya cuatro años de trabajo intensos, con mucha relación con la gente del pueblo, personas que vienen de visita...”, relató en la visita. - DNA/ / Fotos: Alex Larretxi