vitoria - El relato de lo ocurrido durante la noche de Reyes en la localidad alavesa de Gurendes, y que concluyó con una persona herida grave por arma blanca, parece más complejo de lo que en un principio pudiera parecer. Según los vecinos del municipio, la víctima, que recibió siete puñaladas -una de ellas casi mortal en el cuello- y que continúa en estado grave ingresada en el hospital de Txagorritxu, es una persona “muy inestable” y “polémica”, conocida en el pueblo por generar controversias “por las cosas más absurdas”. Al parecer, aquella noche, este hombre, de unos 50 años, hirió con una navaja y envió al hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro a dos de los jóvenes que más tarde participarían en la agresión que casi le cuesta la vida.

De acuerdo con la versión de los hechos de los residentes en la zona, todo comenzó alrededor de las 23.00 horas en el centro social de Gurendes. Un grupo de tres jóvenes de entre 18 y 23 años se encontraba en el centro social de Gurendes pasando tranquilamente la velada. Según los testigos, estaban jugando a la Playstation “sin molestar a nadie” ni hacer ningún ruido cuando este vecino trató de entrar en el local. Ellos le pidieron que se fuera y que les dejase en paz, lo cual le molestó sobremanera. Comenzó a dar vueltas alrededor del inmueble, haciendo ruido y dando voces hasta que dio con la manera de hacer que los chicos salieran del centro. Según los vecinos, les cortó directamente la luz desde fuera y les dejó a oscuras. A ellos no les quedó más remedio que abrir la puerta para ver lo que sucedía y allí se encontraron al hombre esperándoles para enfrentarse a ellos.

Tras una discusión, apareció una botella de lejía. Aunque el relato inicial apuntaba a que fue el hombre el que arrojó el líquido a la cara de uno de los jóvenes, otras versiones apuntan a que le arrojaron la lejía para que se fuera. En cualquier caso, esta persona sacó una navaja y les atacó. Uno de ellos recibió un corte muy cerca del ojo y otro varios pinchazos en el brazo y en el costado izquierdos. Asustados, acudieron rápidamente al hospital de Miranda de Ebro donde les atendieron de sus heridas y les comunicaron que estaban fuera de peligro.

Según las mismas fuentes, cuando regresaron al pueblo eran las tres de la madrugada y los ánimos estaban más que encendidos. Se formó un grupo de cuatro personas que comenzó a buscar al individuo. Cuando dieron con él, le propinaron “una auténtica paliza” en la que le asestaron un total de siete puñaladas. De ellas, una era “casi mortal”, ya que le alcanzó en el cuello y de la herida manaba abundante sangre. Fue trasladado al hospital de Miranda de Ebro donde trataron de detener la hemorragia, pero acabaron trasladándole de urgencia a Txagorritxu donde, finalmente, lograron estabilizarle, aunque su estado es muy grave.

Tras estos hechos, la Ertzaintza detuvo a cuatro jóvenes pero acabó dejando en libertad a dos de ellos por considerar que no habían participado en los hechos. Los otros dos, de 21 y 24 años, pasaron a disposición judicial el domingo y posteriormente quedaron en libertad provisional.