La costumbre en la que se ha convertido acudir a la Plaza Nueva cada jueves previo a la Nochebuena al mercado agrícola de Navidad, desde hace 60 años, esconde algunos toques de innovación con la presencia de nuevos elementos que buscan consolidarse y hacerse un hueco propio en este gran zoco. En este capítulo de nuevas apariciones, muchos fueron ayer los vitorianos que se mostraron sorprendidos al toparse con un puesto de cerveza de patata, de nombre Gastheiz, y los legendarios eguzkilore como una parte más de los objetos a la venta, además de poder degustar licores elaborados con las raíces de la flor seca del cardo silvestre Carlina arcaulis e incluso cosméticos derivados del eguzkilore.

Desde uno de los puestos mejor situados en la Plaza Nueva, en la hilera central frente a la fachada del Ayuntamiento, Imanol López superó con nota y “muy buenas sensaciones” su primer mercado agrícola de Navidad. Este emprendedor metido a elaborar cerveza, junto con las impulsoras del proyecto, Ainhoa Ocio y Jaione Conde, desgranó las bondades y particularidades de ese “toque a patata” de la cerveza que ya está en el mercado, bajo el nombre de Gastheiz desde hace un año. “Se trata de una cerveza rubia, suave, y con una graduación de 4,6 grados, al estilo de las denominadas Blonde Ale”, relataba a los sorprendidos visitantes que se arremolinaban a mediodía junto a su stand. La tradición de esta bebida, elaborada hasta ahora con granos de cebada, agua, levadura y aromatizada con lúpulo, se abre ahora a un nuevo ingrediente como es la “tradicional patata de Álava, en busca de darle ese toque suave de sabor a un tubérculo tan nuestro y que llegue a percibirse y forme parte de la mezcla de ingredientes”, expuso demostrando Imanol López sus dotes más comerciales. Esta versión aportada por uno de los comercializadores de la bebida, fue corroborada por un cliente y consumidor ya asiduo a la Gastheiz. Gonzalo García se llevó una de las alegrías de la mañana al descubrir la singular botella de la cerveza, con iconos de la ciudad como el monumento de la Batalla de Vitoria y las rayas rojas del aspa de San Andrés, sobre el fondo blanco de la etiqueta. “Descubrí su puesto durante las fiestas en la plaza General Loma y es una muy buena opción poder consumir una cerveza alavesa y que tiene en sus ingredientes algo tan típico para nosotros como es la patata”, desgranó este convencido cliente.

El frío de las primeras horas de la mañana no invitaba a consumir esta rubia bebida, aunque a medida que los aromas del talo y sus txistorras empezaron a extenderse por la plaza, se animó la venta de la cerveza Gastheiz. Uno de los promotores, defendió su consumo en esta fechas “en las que hay más opciones diferentes al vino, los cavas y los licores de más alta graduación”, recordó. La intención a la hora de emprender esta aventura en el campo de las bebidas se orienta a lograr una “normalización de su uso y consumo, más allá de los calores veraniegos en los meses de julio o agosto, cuando a todo el mundo le apetece una cerveza con limón o gaseosa”, concretó. Estableció un símil con los helados que después de “estar muchos años considerados como algo específico y propio del verano, han logrado hacerse un hueco fuera de esa estación”, indicó, con la esperanza de que se siga consolidando el consumo de la cerveza con un toque de patata, Gastheiz. Después de un año en el mercado, la producción de 6.000 litros les permite estar presentes en 19 bares y establecimientos de alimentación especializada. “Es una tarea que tenemos que ir haciendo poco a poco para darnos a conocer”, concluyó López desde su stand.

eguzkilore en la feria Otro de los elementos debutantes ayer fue el puesto de artesanía dedicada y centrada con el eguzkilore como objeto central. Fueron numerosos los compradores que se pasearon con una caja similar a las que identifican a los turistas baleares y que regresan a la Península con una ensaimada en su interior. Sin embargo, la leyenda de Eguzkilore despejó las dudas sobre el contenido de su interior. Sorprendente fueron también los licores que desde este puesto se ofrecieron a unos catadores que se adentraron por vez primera en saborear la bebida hecha con la raíz de la flor. La variedad de esta flor llega también a posibilitar la elaboración de diversas cremas cosméticas.

Hubo también otro elemento innovador unido a una cuestión tan tradicional como las aves. Un productor de Zumelzu exhibió “gallinas que ponen huevos verdes y unas singulares gallinas japonesas, blancas y negras, de tacto sedoso”, relató.