VITORIA - El tortuoso camino presupuestario llega a uno de sus puntos clave como es la doble jornada de debate y votación de las 191 enmiendas parciales y cuatro a la totalidad, que se sucederá durante hoy y mañana en la correspondiente comisión de Hacienda, para conocer si se procede a la aprobación inicial del proyecto presentado por PNV y PSE. Se asoma a esta cita el alcalde, Gorka Urtaran, sin haber recabado el apoyo necesario que le permita sacar adelante los números y las partidas a ejecutar para el próximo ejercicio. Se puede volver a repetir la situación de hace un año cuando la oposición de EH Bildu y PP en esta votación previa, tumbó el Presupuesto 2017. Desde que el proyecto viera la luz, el pasado 24 de octubre, a lo largo de estos casi dos meses se han sucedido hasta cuatro reuniones entre el equipo de gobierno y los representantes abertzales y populares, sin que se haya avanzado hacia una senda de entendimiento. Por el camino han quedado las exigencias de unos y otros en diferentes apartados, pero éstas se han erigido en muros infranqueables que han bloqueado la negociación.

Con las cifras sobre la mesa previstas para el 2018, que se resumen en unos gastos de 377 millones de euros y una disponibilidad de 16 más, con respecto a los del año en curso, abrió Urtaran las conversaciones mirando a izquierda (EH Bildu) y derecha (PP), como las únicas vías que le permiten contar con el respaldo mayoritario al Presupuesto 2018, en el Pleno de aprobación inicial que tendrá lugar el viernes 22 de diciembre. A las primeras de cambio se cayeron de los encuentros las formaciones de Podemos e Irabazi que, en los dos últimos años apoyaron con el voto afirmativo y la abstención al regidor jeltzale. Todo se enfocó a tratar de limar las diferencias con EH Bildu y PP a la hora de encontrar ese necesario socio. Situó Urtaran como condición del proceso una “negociación realista” entre todas las partes y que no supusiera la renuncia a “proyectos estratégicos”, como puede ser la movilidad sostenible y otras cuestiones de referencia para Gasteiz.

cartas sobre la mesa Los pretendientes pusieron en el tapete sus cuestiones en torno a las que articular las conversaciones. Desde EH Bildu se colocaron como pilares de la negociación “las obras del soterramiento de América Latina, la dignificación del empleo municipal, un calendario de obras para levantar el Gasteiz Antzokia y la lucha contra la violencia machista”, en palabras de la portavoz abertzale, Miren Larrion. Desde las filas del PP fue Leticia Comerón quien expuso la “necesidad de dar un giro de 180 grados al proyecto de Urtaran, muy alejado de lo que piden los vitorianos, para eliminar despilfarros y gastos superfluos e innecesarios como la convocatoria para la red de apoyo a presos de ETA, el tranvía al sur pese a la oposición vecinal o los 2,7 millones de euros del bus eléctrico”, enumeró la conservadora.

Sobre esas cuestiones giraron los posteriores encuentros y empezaron a caerse cuestiones como las obras de soterramiento de América Latina, que el regidor descartó fueran a acometerse a lo largo de 2018. Por el contrario, sí que puso fecha y plazo a los 34 meses que requerirá abrir las puertas del Gasteiz Antzokia, al tiempo que se mostró inflexible con cuestiones como la implantación del Bus Eléctrico Inteligente (BEI) o el pistoletazo inicial a la extensión del tranvía a Adurza y el planteamiento de su crecimiento hasta Salburua, como respuesta a las peticiones que le fueron formulando desde uno y otro bando.

Las negociaciones poco a poco comenzaron a languidecer entre una y otra parte, con destacadas ausencias, como la del propio Gorka Urtaran que, por cuestiones de agenda, no estuvo presente en la ronda del pasado miércoles 29 de noviembre. Hubo un último y postrero intento de intentar acercar posturas, el martes de la pasada semana, con una cita cara a cara entre los máximos representantes municipales jeltzales y soberanistas, que se cerró sin acuerdo que permita atisbar un cambio en el sentido del voto.

las opciones de urtaran Salvo volantazo inesperado o golpe de efecto de última hora, el Ayuntamiento de Gasteiz vuelve a erigirse como la institución más problemática de Euskadi a la hora de consensuar acuerdos entre las formaciones. Ni siquiera los favorables vientos de cambio entre jeltzales y populares, en la política fiscal y las cuentas de la Comunidad Autónoma y en las de la Diputación Foral de Álava, han hecho posible que ese efecto dominó sirviera para descongelar las tensas relaciones entre Gorka Urtaran y Leticia Comerón.

Como recuerdo lejano e insuficiente primer paso de acercamiento ha quedado la buena sintonía entre PNV y PP, del pasado septiembre, que posibilitó la aprobación de las ordenanzas fiscales para fijar los precios y tasas de Vitoria ante el año entrante. Ese acuerdo no se ha podido trasladar a un documento de más relevancia como el Presupuesto 2018 y tiene ante sí dos posibilidades Gorka Urtaran a la hora de enfilar su tercer año de mandato. El regidor puede optar por adentrarse en la senda de la prórroga presupuestaria, una vía no explorada todavía en la presente legislatura, o aferrarse de nuevo a repetir la fórmula de la cuestión de confianza como ya hiciera para sacar adelante el actual proyecto que se está ejecutando.

“Descarto la posibilidad de una prórroga porque es el peor escenario posible para la ciudad”, declaró en su comparecencia del pasado 28 de noviembre antes de abrir la más intensa ronda negociadora. De mantenerse en esa rotunda declaración realizada en sede municipal, todo abocaría a que se repetiriera el proceso de abordar una nueva cuestión de confianza tras constatar el rechazo a su proyecto. No obstante, voces dentro de su partido como la del presidente del Araba Buru Batzar del PNV, José Antonio Suso, ya deslizó hace una par de semanas la posibilidad de adentrarse en la prórroga como solución. A expensas de conocer el desenlace, la comisión de Hacienda, entre hoy y mañana, constatará el desencuentro político.

El alcalde fue rotundo el pasado 28 de noviembre al descartar esta posibilidad, lo que abre la puerta a repetir la fórmula de la cuestión de confianza.

La portavoz del PP achaca a Urtaran la “responsabilidad” de que la ciudad pueda quedarse sin Presupuesto para 2018.

Desde EH Bildu califican como “imposible” un acuerdo en el Ayuntamiento ante la deriva de los jeltzales por su “política de alianzas con el Partido Popular” en Euskadi y Araba.