vitoria - A los impactos humanos y social denunciados desde la plataforma No al embalse de Barrón, así como a los patrimoniales e históricos recogidos en el informe arqueológico elaborado por la consultora Qark, se suma ahora un nuevo perjudicado por el proyecto: una planta calificada como rara en el catálogo vasco de especies amenazadas. Ayer, tres botánicos, Pello Urrutia, Patxi Heras y Juan A. Alejandre, presentaron un informe sobre el impacto irreversible que la construcción del embalse tendría sobre una de las escasas poblaciones existentes de genista eliassennenii. Según los entendidos, el nuevo trazado de la carretera A-4319 entre Atiega y Barrón, que la construcción del embalse lleva asociado, afectaría directamente a esta población destruyendo, aproximadamente, la mitad de sus ejemplares actuales. Pero, además, las modificaciones ambientales, en especial en el clima, que supondría a la larga un embalse de 4,96 hectómetros cúbicos y una superficie de lámina de agua de 42,50 hectáreas, con una presa de 500 metros de longitud y más de 30 de altura, provocarían a medio o largo plazo la desaparición de esta población.
Los botánicos también pusieron en evidencia el hecho de que los informes para la declaración de impacto ambiental de la Diputación y los del Gobierno Vasco no citan la presencia de esta planta, a pesar de que es conocida desde hace años.
La genista eliassennenii es una mata que pertenece a un género de plantas extremadamente interesante por sus implicaciones evolutivas y biogeográficas, clave también para entender la historia de los cambios climáticos y los paisajes vegetales del pasado. Con otras cuatro especies emparentadas, forma un grupo de plantas que persisten como linajes independientes, aislados en diferentes áreas montañosas. De las cuatro es la más norteña, viviendo sólo en una estrecha franja entre el norte de Burgos y el centro-este de Navarra, pasando por Álava. Se trata, por lo tanto, de una especie rara dadas su escasa población. Curiosamente, en Barrón es singular por ser la que vive a menor altitud, entre 620 y 680 metros. Todos los años, entre mayo y junio, estas matas florecen abundantemente con unas flores amarillas.
Según los estudios realizados sobre el terreno, la población de esta planta en Barrón se extiende por una superficie de 1,6 hectáreas, aproximadamente, y se pueden contabilizar en torno a 200 individuos. Se trata de una población nutrida, pero aislada del resto. Su presencia es muy antigua. Y las alteraciones que las obras del embalse producirán desencadenarán cambios en el lugar que ahora ocupa, favoreciendo el desarrollo de otras plantas del entorno que acabarán por ahogarla y hacerla desaparecer, alertan.