- Lo que comenzó siendo una fiesta familiar de homenaje a los pastores y al producto de su trabajo, el queso, se ha convertido en los últimos años una en cita ineludible del calendario alavés cada 15 de agosto que concita a miles de personas.
El queso Idiazabal fue ayer el auténtico protagonista del día en Araia, que celebraba la decimocuarta edición del Artzain Eguna, una feria homenaje a los pastores y productores de este manjar alavés. Miles de personas desafiaron al calor y se acercaron a la capital del municipio de Asparrena dispuestas a disfrutar del buen ambiente que inundó todos los rincones durante la jornada.
Superado el trance del aparcamiento, labor ardua ya que todos los huecos aprovechables cotizaban al alza, las corrientes de peatones encaminaron sus pasos hacia el barrio de Andra Mari de la localidad, el epicentro de la fiesta.
Desde las diez de la mañana, cerca de medio centenar de puestos de artesanía y también de gastronomía mostraron sus productos en las calles del barrio más antiguo de la localidad, engalanadas para la ocasión. Pan, rosquillas, chorizo, verduras, abalorios y sobre todo queso, en todas sus variedades, conformaron un amplio abanico de opciones para los amantes de las ferias.
Una de las actividades que más éxito cosechó fue la degustación de queso a mediodía, en el que el gran público pudo probar más de 40 piezas de productores de la comarca acompañadas de un vasito de vino o sidra. Su particular aroma consiguió atraer a la pequeña localidad de la Llanada a más de 5.000 personas que no perdieron detalle de cada uno de los actos programados para la jornada. En la cola, matrimonios de jubilados, cuadrillas de amigos y parejas con niños. Ninguno quería pasar la ocasión de probar el producto de estos queseros y queseras que año tras año se dejan la piel pastoreando con las ovejas o elaborando su producto. Como todos los años no quedó ni rastro y la gente, feliz.
Ya con el estómago lleno, los amantes de la feria se acercaron hasta las inmediaciones de la plaza para asistir a una exhibición de herri kirolak. Como en toda buena feria que se precie, este tipo de actividades no pueden faltar y Araia no iba a ser menos. El primero en demostrar su fortaleza fue el harrijasotzaile nacido en Idiazabal pero residente en Azpeitia Xabier Aramburu Guzta. Su primer reto consistió en alzar tres veces la piedra rectangular de 200 kilos en apenas un minuto. Después, el harrijasotzaile se enfrentó a la piedra cuadrada de 125 kilos. Con gran maña y esfuerzo fue capaz de realizar ocho alzadas en dos minutos.
Tras su demostración llegó el turno del desafío de aizkolaris entre las parejas compuestas por Arkaitz Jauregi y Eloy Kortxero, ambos de Asparrena, e Iñaki Kintana de Zerio y Julen Kañamares de Arostegi (Nafarroa), que se enfrentaron al corte de 10 troncos cada pareja en tanda libre.
El sonido del hacha de ambas parejas resonaba con fuerza en la silenciosa plaza, pese a estar llena de gente. Ese silencio tan solo era interrumpido por los aplausos de ánimo a los participantes, que fueron muy parejos hasta el cuarto tronco, cuando Kintana y Kañamares tomaron algo de ventaja sobre la pareja local. Pese a ello, los jóvenes de Asparrena no se dieron por vencidos y consiguieron remontar hasta alcanzarles en el séptimo tronco, donde, con las fuerzas cada vez más justas, los cuatro aizkolaris echaron el resto. Finalmente, fue la pareja formada por Jauregi y Kortxero los que se impusieron en el desafío con un tiempo de 22 minutos y siete segundos, con tan sólo 21 segundos de diferencia. El público supo agradecer el esfuerzo de los chavales y les brindó un sonoro aplauso al término de la prueba.
buscando las sombras El gentío se fue agolpando entre los puestos y los bares de la localidad, uno de los lugares más socorridos para buscar la sombra y hacerse con algo fresco que llevarse a la boca con el que conseguir mitigar el calor reinante durante la mañana en Araia.
A mantener el ánimo festivo contribuyeron también los txistularis locales y las bertsolaris congregados en el recinto, Ohiane Perea e Iratxe Ibarra. Sin embargo, el plato fuerte de la jornada fue una nueva edición del Concurso de Quesos de Pastor elaborado por el propio pastor en su explotación. Ya por la tarde y cuando el calor era menos asfixiante, la fiesta continuó con otro de los platos fuertes de la jornada, el concurso de perros pastor que, un año más, demostraron su destreza en el manejo del rebaño y dieron buena cuenta de su obediencia para con sus amos. José María Jáuregui (Ilarduia) estuvo acompañado por Leze, de nueve años, y Sorgin de siete; Fernando Etxebarria (Aramaio) guió a su perrita de seis años Argi; Fidel Alonso (Areta) acudió con Suit, Asier Bolíbar trató de dominar el rebaño con Kobi, un macho de cinco años, mientras que Jose Mari Agirre dio órdenes a Riki. Todos ellos hicieron las delicias del público, pero sobre todo de los más pequeños.
El Artzain Eguna de Araia se convirtió un año más en una fiesta-homenaje a los pastores y productores de Idiazabal y cita ineludible para los que aprecian el aroma y el sabor de un buen queso.