amurrio - “Han pasado ya 33 años desde que el CB Zaraobe se fundó, desde el día en que un padre quiso ofrecerle a su hijo y a los amigos la posibilidad de jugar y entrenar a baloncesto en Amurrio. A pesar de que empezó siendo un único equipo masculino, al cabo de seis años comenzó a completarse mediante equipo femeninos y masculinos en distintas categorías, convirtiendo así al club en referente dentro de la comarca en lo que a baloncesto se refiere.

Muestra de ello es la entrega del Guk de Oro y la oportunidad de preparar el pregón de fiestas de este año, algo de lo que “nos sentimos orgullosos y, sobre todo, agradecidos”. Así es como Óscar Estrella, presidente del club de baloncesto Zaraobe de Amurrio, inició ayer el pregón que, de forma oficial, inauguró las fiestas patronales. Lo leyó tanto en euskera como en castellano y en nombre de los 17 entrenadores y 180 jugadores que tiene el club hoy en día, muchos de los cuales estuvieron presentes en el acto. Y se entregó un ramo de flores al fundador del equipo, Marcos Maroto. Además, el exalumno del centro Zaraobe Óscar Guinea tocó en directo a la guitarra una canción que ha compuesto para la ocasión.

El texto redundó en el objetivo del Zaraobe: enseñar y aprender desinteresadamente baloncesto y valores. “Valores como respeto, compañerismo, sacrificio y compromiso, los cuales creemos que son indispensables no sólo en baloncesto sino también en las fiestas. Porque es en estas fechas cuando acostumbramos, desde el respeto y el compromiso, a construir algo que va más allá de uno mismo, que sirve y abarca a todo el pueblo y te permite juntarte, disfrutar y trabajar con gente con la que habitualmente no lo haces, ya sean cuadrillas, colectivos, etcétera. Como podéis ver, no hay tanta diferencia entre el disfrute del ocio y este deporte”. Y es que, la intervención fue intensa, pero escueta, ya que no querían hacer esperar a las cientos de personas que se habían reunido, en la aledaña plaza Juan Urrutia para presenciar el estallido del txupinazo y la llegada de la mascota festiva Iguarrako, que descorchó un programa de más de 123 actos, entre el oficial y el del txosnagune, a disfrutar en seis intensos días de juerga.

El híbrido, mitad pájaro mitad reptil, llevó a cabo su vigésimo séptimo descenso hasta la balconada de la Casa Consistorial a las siete en punto de la tarde entre una lluvia de confetis y globos gigantes de colores. En ese momento, las seis cuadrillas inundaron el recinto de bullicio y alegría a raudales, para luego continuar en pasacalles, junto con la pareja de gigantes Fabián de Mariaka y Marigabon, siguiendo a la fanfarre Beti Jai y contagiando de fiesta a todos los rincones.

El acto oficial de la jornada tuvo lugar una hora antes en el interior del salón de plenos de la Casa Consistorial que, como cada edición festiva, fue un auténtico hervidero de personas que no quisieron perderse la imposición de bandas a los representantes de las cuadrillas. Este año son Paula Barceló de Euskotarrak, Iker Cuadra de Txabolakoak, Nerea Monasterio de El Boli, Carlota Gaviña de Trot-Art, Miriam Salazar de Dantza Lagunak y Lorea Pérez de Herriarenak, encabezados por Nagore Ibaibarriaga, también de la cuadrilla que luce el mapa de Euskal Herria en el pecho.

Todos ellos tendrán que cumplir con aquello de dar la cara por su peña en los más de cien actos que se sucederán hasta el jueves, incluido el tradicional desfile de carrozas que protagonizarán la noche de San Roque. Creaciones que salen del ingenio y arduo trabajo de los miembros de las cuadrillas, muchas de ellas necesitadas de manos.

De aquí que tanto la alcaldesa, Josune Irabien, en su saluda, como el himno de las fiestas Zeu zara jaia! (Tú eres la fiesta), creada hace dos años por el trikitilari Iñaki Plaza, con letra de la bertsolari laudioarra Izar Mendiguren, animen a unas fiestas con más actores y menos espectadores.

Esta villa ayalesa también danzó ayer a ritmo de Kosmos, disfrutó con las acrobacias del teatro de calle Bambalas y sudó de lo lindo en el frontón. Mientras, en el txosnagune que, por la mañana cocinó paellas, competían por ver quién lanzaba más lejos sus txapela o saltaban al compás de Radio Revolución, El Bastón de la Vieja y Ezten Giro.