¿De dónde viene la txaranga El Postín?
-Venimos de Miranda de Ebro y Medina de Pomar, en Burgos.
¿Primera vez para usted?
-No, llevo ya unos cuantos años viniendo.
¿Y cómo está viendo las fiestas este año?
-Muy animadas. Incluso diría que este año estoy viendo más gente por las calles, supongo que porque las fechas de este año han caído mejor, al haber empezado con el fin de semana.
¿Qué tal lleva eso de pasarse el día tocando el trombón mientras todo el mundo está de fiesta a tu alrededor?
-Yo creo que muchos piensan que los que tocamos en las txarangas estamos todo el día bebiendo y de fiesta con la gente, pero para que el resto del mundo se mueva nosotros tenemos que hacer un trabajo de fondo. Y eso es mucho más que simplemente beber y soplar. Realmente tenemos un trabajo con el que acabas muy cansado tanto mental como físicamente.
¿Cuál es la canción estrella que más les están pidiendo estos días en Vitoria?
-Este verano la canción que nos piden a todas horas en todos los pueblos y ciudades a los que vamos es Despacito, pero en Vitoria me está sorprendiendo porque no es así. Parece que aquí el Despacito no ha pegado con tanta fuerza como en otros lados, o igual es que la gente ya se ha cansado de ella. En Vitoria en general a la gente lo que más le gusta son los popurrís de temas clásicos, sobre todo de canciones de los ochenta. Temas de rock, como los Celtas Cortos... Aquí son un poco más juerguistas.
¿El público es respetuoso en Vitoria?
-Sí, la peña nos trata muy bien. Hay mucha gente joven que nos mueve, nos hace saltar, nos arropa... Eso nosotros lo agradecemos, que sea gente que cuando toques te escuche y te agradezca lo que haces.
¿Cómo es una jornada de trabajo en fiestas de La Blanca para usted?
-Depende. El día más duro fue el día 5, porque empezamos con la ofrenda floral a la Virgen Blanca, luego el poteo de la mañana hasta la hora de comer, el paseíllo por la tarde... Después lo enlazas con la noche y hasta que el cuerpo aguante.
Ése es el gran secreto, cómo consiguen que el cuerpo aguante.
-En mi caso ya tengo muchas tablas. Son muchos años, muchas notas tocadas, horas y horas de trabajo. Esto no consiste en venir aquí, coger el chiflo, como llamamos nosotros al instrumento, y ponerte a tocar. Estamos todo el invierno ensayando y luego por su cuenta cada uno en casa metiendo horas.