lantarón/sobrón - La noticia del anuncio del cierre definitivo de la central nuclear de Santa María de Garoña corrió como la pólvora a lo largo de la mañana por todos los pueblos de la cuenca del Ebro, donde el sentir generalizado era contrario al mantenimiento de esa instalación. Y es que junto a las manifestaciones realizadas por los propios vecinos, en numerosas viviendas de los pueblos de la comarca de Añana se observan carteles en contra de la técnica del fracking y en contra de las centrales nucleares.
A pesar de alivio con el que la gente se fue tomando la noticia a lo largo de la mañana, también había personas que se tomaban con cautela el anuncio, porque “el cierre ya se ha anunciado muchas veces y es difícil creerse que por fin haya una decisión definitiva”. Incluso muchos vecinos preguntados por su opinión preferían no darla porque consideraban que “es otro anuncio más” o “no me creo que se vaya a cerrar”, como afirmaban unas madres jóvenes en las piscinas del complejo deportivo de Lantarón, que no quisieron identificarse con su nombre.
Quienes si decidían dar su opinión lo hacían de manera bastante contundente. En esa localidad de Lantarón, Alfonso relataba que “sinceramente, me parece bien, bastante bien que cierre. Ya es hora de que lo haga porque son bastantes años y es un riesgo para toda la zona, aunque también quedan otras muchas fábricas que tienen no sé si el mismo riesgo que una central nuclear, pero si mucho peligro”.
Atendiendo a los clientes en el bar restaurante del complejo deportivo de Lantarón, Fátima, residente en Miranda de Ebro, se refería a quienes dejarán de trabajar en la central nuclear afirmando que “siempre encontrarán trabajo, pero si es malo para el medio ambiente creo que es acertado que la hayan cerrado. Seguro que hay otras fábricas o empresas que contratan a estas personas. No todos los trabajos son iguales, porque depende al precio de qué. Si la central es tan mala como creían me parece genial que la hayan cerrado”.
Otros iban más lejos en sus opiniones, como Gorka, de San Martín de Fiz. “Estoy hasta las narices de la central, que la cierren de una vez porque no da más que problemas. Si la han cerrado de verdad me alegraré mucho”. En cuanto a los puestos de trabajo que se podrían perder por parte de vecinos de la comarca de Añana consideraba que “no serán ni cinco puestos de trabajo en las central nuclear. Todos viven en Miranda lo más cerca, así que para el valle es una buena noticia que la cierren”.
En Sobrón, Jorge opinaba que “es una buena noticia porque independientemente de que la central nuclear fuera peligrosa o no, porque unos dicen que sí y otros que no, la publicidad que te da el tener una nuclear al lado es negativa. Por mi parte ésa es una buena noticia”. Como vecino del entorno más próximo a la central, ya que Sobrón es la primera localidad alavesa aguas abajo del Ebro, no tenía la sensación de que hubiera un riesgo ante su proximidad. “Nosotros no hemos tenido miedo porque nacimos con la nuclear ya allí. No piensas nunca que te puede pasar algo, aunque hay gente que visita esta zona que se siente atemorizada por su cercana presencia”. De todas formas, “cada vez pasaba menos, porque ha estado parada, y otros no pasaban apuro porque no saben exactamente dónde está”.
Para el presidente de la Junta Administrativa de Sobrón, Javier Nieva, que regenta un bar restaurante que vivió mejores épocas y que vive el deterioro que progresivamente se va dando en esta localidad, contaba que “acabo de enterarme por televisión de la noticia. Llevan varios años que si la cierran o no la cierran. Creo que lo correcto es cerrarla, porque ya ha cubierto su vida útil y para la zona será una ventaja porque Garoña estaba ya obsoleta”. Preguntado sobre si daba mala publicidad para los recursos turísticos de la localidad, Nieva afirmaba desconocerlo. “Ni sí, ni no. Creo que lleva tantos años ahí que te acostumbras, como todas las cosas. Yo creo que lo mejor es cerrarla sin más”.
Puestos de trabajo En los mismos términos se expresaba un veraneante, Iosu. “Yo no soy residente en la zona pero creo que cerrarla es beneficioso para que venga más gente, porque el fantasma de la central nuclear asusta a muchas personas. Ésta es una zona muy bonita, pero da mucho reparo ver que hay una central nuclear, que se refrigera con las aguas del Ebro, y eso provoca que no tenga casi uso como zona de baños”. Añadía que “los pueblos de la zona son muy bonitos, pero la gente no se acerca precisamente por esa instalación, porque todos preferimos ir a zonas sin riesgos”. En cuanto a los trabajos que presumiblemente se van a perder con el cierre, “tendrá que haber un plan para recolocar a esa gente en trabajos beneficiosos para el valle mismo, como puede ser el mantenimiento de los parques, limpieza de montes, brigada de incendios? Cualquier cosa que pueda ser beneficiosa para la sociedad”.