vitoria - Las manecillas del reloj avanzan hacia la primera gran jornada festiva de la capital con la celebración el próximo martes del Día de Santiago. El ensayo general para el posterior ciclo de La Blanca se atisba en el horizonte en medio de un ambiente de irreconciliable desunión y tensión creciente entre las cuadrillas de blusas y neskas desgajadas en dos bandos. En papel mojado quedaron las tensas y ásperas tres horas y media de doble reunión del miércoles, entre Comisión, Federación, departamento de Cultura y grupos municipales, cuando ayer el colectivo de siete cuadrillas escindidas dinamitó la propuesta de posible entendimiento. “No aceptamos que nos hagan arrancar el paseíllo una hora antes del comienzo habitual fijado a las cinco de la tarde”, explicó ayer la presidenta, Asun Ortiz, a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. “No nos quieren ver ni en pintura en la calle, pero no van a conseguir que no salgamos en fiestas”, se despachó la cabeza visible de la Federación. Señaló que, con la intención de adelantar una hora la marcha de ida (16.00 horas) y 45 minutos la de vuelta (19.45) “las cuadrillas se quedan, por ejemplo, sin tiempo para comer con tranquilidad”, explicó con notable enfado.

propuesta aceptada El otro bando implicado, la Comisión, celebró ayer en horario vespertino una nueva asamblea en la que los representantes de las 19 cuadrillas acataron la propuesta recibida el miércoles. “Hemos aceptado ese planteamiento y así se lo hacemos llegar al Ayuntamiento”, explicaron desde la Comisión nada más concluir la reunión. “Ahora es cuestión de ver la respuesta de la otra parte y la posición y manera de actuar de la parte política”. Trasladó el ente oficialista de los blusas y neskas al departamento de Cultura el visto bueno a la oferta de encabezar la kalejira durante cuatro días, además de escoger posición en Santiago o el día de La Blanca.

Resta ahora por ver en los cinco días que faltan hasta el estreno de la primera kalejira, cómo desatasca las encontradas posiciones el área que gobierna la socialista Estíbaliz Canto, después de ver cómo una de las dos partes se niega en redondo a aceptar las condiciones sobre las que pareció tenderse un punto de acuerdo la tarde noche del miércoles.