VITORIA - El normal funcionamiento de instalaciones municipales como las piscinas de Mendizorroza y Gamarra, los embalses del Zadorra o el desarrollo de los cursos de la programación deportiva estival pueden verse afectados por la huelga de los socorristas, encargados de instalaciones y monitores que han convocado una huelga entre el 23 y 31 de julio próximos. La decisión sobre si se hace efectiva la convocatoria de paro, presentada por los sindicatos ELA, LAB y CCOO, se va a tomar en la asamblea nocturna que van a celebrar los afectados mañana jueves, a partir de las 22.15 horas. En función del resultado de la misma, servicios como las piscinas municipales se verían en la obligación de cerrar las puertas, en plena época estival y en la última semana de julio, ante la ausencia de un personal esencial como los socorristas.
ÚLTIMA REUNIÓN En el intento de evitar una decisión que alterara la vida de los miles de bañistas que acuden a las láminas de agua en estas jornadas de intenso calor, las dos partes enfrentadas van a mantener un nuevo encuentro mañana jueves para tratar de acercar posturas. En función de una hipotética nueva oferta que pudieran presentar las empresas, ésta se trasladaría a los trabajadores, en la noche de mañana, para que se pronunciaran al respecto. Sobre las posibilidades de que la patronal se presente con una nueva propuesta bajo el brazo a esa mesa negociadora “esperamos que haya movimiento y una oferta”, vaticinaron desde el sindicato ELA ayer a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. Sin embargo mostraron también su cautela ante el calado de esa nueva propuesta y por si pudiera tener “la entidad suficiente para que sirviera para desmovilizar al colectivo. Desconocemos el contenido de lo que nos pueden trasladar”, precisaron las fuentes sindicales consultadas por este diario.
El colectivo de trabajadores pertenecientes al sector de actividades deportivas de Araba lleva “dos años intentando renovar el convenio”, concretaron desde el sindicato. Este hecho ha concienciado a un sector de vital trascendencia como es el de socorristas que ven la “necesidad de movilizarse” y que con su apoyo a una hipotética huelga harían evidente el conflicto y la repercusión sobre la ciudadanía vitoriana. En otros ámbitos como los cursillos deportivos, la repercusión sería menor al estar en marcha muy pocos durante esta época estival. Esa posible huelga afectaría a la última semana de los cursillos que se imparten en los centros cívicos y que afrontan la semana final de este mes. Existen también monitores que, a pesar de la convocatoria de siete días de huelga, están dispuestos a acudir a impartir sus clases saltando por encima de un acuerdo mayoritario que se pudiera producir.
Desde el grupo de socorristas, encargados de instalaciones deportivas y monitores remarcan que, en caso de adoptar la medida de la huelga “no es nuestra intención perjudicar a los usuarios, pero la patronal no nos deja otra alternativa”. Sin embargo es esa “falta de voluntad” mostrada por las empresas que ganaron los concursos para prestar los servicios la que está haciendo que resulte “imposible llegar a un acuerdo”.
La situación laboral por la que atraviesan los integrantes de este colectivo les lleva a percibir un salario de 6,22 euros por cada hora “lo que hace que aún teniendo trabajo, seamos pobres”. Apunta cómo en los últimos ocho años su salario ha estado “prácticamente congelado”, lo que les ha llevado a padecer un “9% de pérdida de poder adquisitivo”, señalaron en su comunicado de protesta y reivindicación. Dentro de todo este conflicto apuntan al Ayuntamiento como responsable por la “gran parte de culpa” que tiene la entidad municipal al adjudicar estos contratos de servicio “al mejor postor”. La consecuencia directa es que posteriormente “las empresas no tengan margen para mejorar las condiciones de las plantillas, e incluso incumplan el convenio”, remarcan las tres centrales sindicales convocantes de la huelga.