laguardia - Tras 25 años de presencia en Laguardia, abarcando un área extensa como es la formada por Rioja Alavesa, Montaña y las localidades de Valles de Zambrana y Berantevilla -al principio, también se cubría hasta Valdegovía-, la comisaría de la Ertzaintza se ha consolidado como una referencia para los vecinos. Como todas las cosas que tienen que ver con el día a día, su presencia cuenta con luces y sombras, aunque no afectan al servicio que prestan. Al frente de esta comisaría se encuentra Celes Garrido, un profesional nacido en Lapuebla de Labarca, que antes de recalar en la comarca prestó sus servicios en otras localidades de Euskadi.
En el recinto policial de Laguardia se reparten las jornadas de trabajo de seis de la mañana a dos de la tarde, de dos a diez y de diez a seis. Y los fines de semana, de doce horas, de seis a seis. En estas jornadas se mueven todos los que están a turno. Después están los agentes y los mandos que se dedican a investigación, que tienen un horario flexible. Según va la investigación, así trabajan, y también están los de inteligencia, que trabajan de mañana. “Y los jefes, que estamos permanentemente, mañana y tarde y si hay que venir más, venimos. Pero los turnos son de ocho horas y los fines de semana de doce”, relata el comisario.
El trabajo se desarrolla a través de cuatro patrullas. Hay una siempre en la zona de Montaña; en la zona oeste, de Elvillar a Oion hay otra; en Laguardia, una tercera, y hasta Labastida, Zambrana y Berantevilla, una cuarta. Ahí están permanentemente. Esas patrullas utilizan los todoterrenos que trabajan mañana, tarde y noche en un territorio de mucha extensión y, por lo tanto, realizan muchos kilómetros a lo largo del año. Y ésta es una de las sombras de su actividad, ya que la media de ellos cuenta con 400.000 kilómetros, “y también hay uno con 700.000; ése lo mantenemos con plena conciencia porque es el mejor para la nieve. Tiene ruedas de tacos y cuando hay que ir a rescatar a alguien al monte es el único que sube. Por eso lo mantenemos, porque nos sirve para las situaciones más complicadas. De no tenerlo tendríamos que subir la sierra andando”. Para Garrido, una de las ventajas de esta comisaría es el equipo de mantenimiento: “Está considerado como el que mejor funciona de toda la Ertzaintza”.
kilómetros y kilómetros Añade que lo de los 400.000 kilómetros es natural. Cuenta que tienen un Seat Altea que tiene tres años y está en marcha mañana, tarde y noche. En un año estará como los demás, con 400.000 ó 500.000 kilómetros, pero funciona perfectamente. “No tenemos en el taller nada más que uno de los ocho vehículos de patrullar”. También disponen de una furgoneta antidisturbios que tiene 10.000 kilómetros y 15 años. “No la utilizamos porque no tenemos problemas de antidisturbios, pero tenemos que tenerla, por si acaso; sólo de vez en cuando, cuando hay que hacer un curso en la academia, para que haga kilómetros. Ha hecho más viajes de Laguardia a la ITV o a Arkaute que otra cosa”.
La edad de los coches no afecta sólo a la comisaría de Laguardia, sino al conjunto de comisarías del País Vasco. En la consejería de Seguridad están ahora, precisamente, en el proceso de renovación de coches y la novedad que va a tener la siguiente concesión es que ya no van a ser adquisiciones, sino que se va al sistema de renting.
Las comisarías van a tener una renovación de coches que empezará, previsiblemente, a finales de este año y se desarrollará a lo largo del año que viene, tanto de vehículos patrulla como de furgonetas y todoterrenos, que son los tres elementos que se van a contratar en este sistema. La nueva fórmula tiene la especificidad de que es renting y cada cuatro años tendrá un sistema de renovación establecido. Ésta es una novedad que hasta ahora no se había dado, aunque ya se estaba haciendo con los coches que no tienen distintivos, los camuflados.
Integrados en la zona En cuanto a las personas que trabajan en la comisaría de Laguardia, se trata de agentes integrados en la zona. “El 70% vive aquí, un 40% en Rioja Alavesa y un 30% en La Rioja. En Vitoria residen otros 15 y en la zona de Haro-Casalarreina-Anguciana también. Cuando abrió la comisaría había 191 ertzainas, pero porque cubrían la Llanada, Montaña, Añana, Zuia y Rioja Alavesa. De esos 191, 41 estaban en Agurain y el resto en Laguardia.
Cuando se hizo el despliegue general y se abrió la comisaría de Vitoria, la de Laguardia se quedó con tres pueblos de Montaña (Peñacerrada, Lagrán y Bernedo), con Rioja Alavesa y los de Añana y posteriormente con la distribución actual, y con 105 ertzainas. En la actualidad hay 106 y las bajas se están cubriendo con los jóvenes de la promoción XXV.
Al mencionarle que hay quejas de falta de personal, el comisario cuenta que hace dos años hubo una queja de los alcaldes de Labastida y Baños diciendo que había bajado ostensiblemente el personal. “Vino la consejera a dar explicaciones y tuvieron la poca vergüenza de no aparecer. Instan a que salga en prensa, viene la consejera a explicar que no es cierto y ni se presentan: ni Ignacio Gil ni Roberto Blanco”, que eran los alcaldes que denunciaron aquello. Respecto a determinados comentarios sobre si en algún momento no había ningún agente, enfatiza que “la comisaría nunca se ha quedado vacía”. Hubo un suceso hace unos años en Oion, un intento de homicidio, cuando una persona pinchó a un camarero “y algún alarmista dijo que la comisaría se había quedado sin personal. En la comisaría siempre hay como mínimo tres personas: el jefe de servicio, el de la radio y uno de investigación. A Oion fueron nueve, pero el resto estuvo en sus puestos”.
También se han producido críticas porque hay personas de más de 55 años que no tienen por qué hacer nocturnidad. Garrido explica que en la Ertzaintza hay un sistema modular en el que a partir de los 55 puedes optar por hacer o no noches. Hay gente que opta por seguir “y de hecho tenemos a 28 mayores de 55 años en esa situación y a ocho que no las hacen. ¿Por qué? “Porque hay una compensación económica, cobran más. De todas formas, hacer noches es voluntario”.
En cuando a la edad media, precisamente para eso se hacen las promociones, para cubrir las jubilaciones. La última es la XXV y de ellos hay ocho agentes en Laguardia. Salieron en prácticas en septiembre del año pasado y están a punto de acabar ese periodo. Ahora se está acabando la selección de la XVI que se ha ampliado de 250 a 300 plazas porque entre una y otra promoción ha habido que esperar dos años por recursos del Gobierno central. Eso ya se ha resuelto y la Ertzaintza está recuperando la XXVI, que entrará en la academia en octubre. Se incorporarán entre julio y septiembre del año que viene a prácticas y a finales de este año se convocará la promoción XXVII, que en principio rondará también las 300 plazas. “Hay una previsión, de aquí a 2020 de renovar algo más de mil ertzainas, porque es lo que se prevé en jubilaciones”.
Esa cifra puede tener alteraciones en función de cuántos opten por jubilarse a los 60 o 59, ya que los que llevan 35 años de servicio pueden hacerlo. En pocos años, la Ertzaintza va a tener una renovación generacional muy fuerte porque hasta 2022/2023 casi el 50% estará en edad de jubilación. Esto tiene su razón de ser porque las primeras promociones fueron muy numerosas, ya que era el despliegue, el comienzo y había que sacar muchas plazas. Ahora ya solo se van reponiendo las jubilaciones.
Conflictividad vecinal Cuando se le pregunta a Celes Garrido si la zona con más conflictividad es Oion responde que en la zona de actuación de la comisaría “no tenemos conflictividad. Prácticamente nada. Nuestro problema, y así ocurre desde el origen, son nuestros vecinos. En la zona de Oion, porque está Logroño cerca; la zona de Berantevilla, porque está Miranda de Ebro, ahí tenemos muchos problemas con los Toribios y los Gabarris”. Y cuenta que tienen establecido un sistema de cercanía con los habitantes de la demarcación para evitar males mayores. “Por esa zona tenemos un grupo de WhatsApp con el que los propios agricultores nos envían mensajes si ven una furgoneta sospechosa o que no es de la zona. Entonces vamos y la identificamos”. Y es que, el apoyo ciudadano es imprescindible, y “la gente está contenta de cómo funciona. Yo soy de Lapuebla y cuando la gente ve un coche que no es de la zona lo comunica. Ahora no pasa tanto porque hay muchos más”.
“Todos queremos tener una patrulla en nuestro pueblo”. Vitoria puede tener 20 patrullas para 250.000 habitantes y si lo mides piensas que con una tienes para cubrir toda Rioja Alavesa. Por eso se aplica la corrección del territorio y hay cuatro, “aunque desde Oion el alcalde nos suele decir que es el pueblo más grande de la zona, con 3.500 habitantes, y necesita más vigilancia. Pero la conflictividad que tenemos aquí es mínima”.
De hecho, en este tiempo de proliferación de fiestas tampoco se demanda o necesita una mayor presencia policial en la calle. En Laguardia sí ha aumentado algo, “porque desde que se ha declarado uno de los pueblos más bonitos de España ha aumentado el turismo, pero no hay más carga en el resto”. La población se mantiene en verano porque son vacaciones y hay más gente y en invierno porque hay más trabajo de temporeros.
Para la comisaría de Laguardia, el momento más duro que se ha vivido fue cuando se produjo el atentado de Herrera, “porque nos atacaron directamente. Ése me lo comí yo también, porque estaba en Vitoria y tuvimos que apoyar porque estábamos poca gente y acudimos seis patrullas”.
un pueblo agradecido En cuanto a momentos bonitos, recuerda cuando estuvieron en el rescate del hijo de Txomin, de Lapuebla. “Nos quedamos asombrados de la capacidad de apoyo y ayuda del pueblo”. Explica que todos los actuantes se quedaron alucinandos de cómo la gente había ayudado para intentar localizar al joven fallecido. “Hasta la Guardia Civil decía que, como aquí, no nos han tratado en ningún sitio. Y los nuestros que vinieron al rescate decían lo mismo, que nunca les habían tratado así en ningún lugar”. De aquel suceso, “la gente salió contenta y superagradecida por cómo se llevó el caso desde la propia Ertzaintza, desde el departamento de Protección Civil, desde Emergencias, cuyo técnico permaneció allí los 21 días dando explicaciones”. Los ciudadanos se dierono cuenta de que “no teníamos ningún problema en colaborar con la Guardia Civil, aunque muchos nos decían: “vosotros os lleváis mal, ¿no? Lo cierto es que cuando tenemos un problema lo tenemos todos y ahí se demostró. Más tarde hubo otra experiencia similar, la de Fuenmayor, que fue en el mismo sentido. Lo que pasa es que al ser en esa localidad de La Rioja le tocó más a la Guardia Civil. Pero el apoyo fue el mismo”.
Respecto a lo que pediría en este momento al Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, Celes Garrido cuenta que “todos queremos más, pero con lo que tenemos? Hombre. Si nos traen más agentes, encantado, pero entiendo que en otras localidades hay muchos más problemas y más graves. Aquí, nuestros problemas son pocos y de poca entidad”.