Mucha chupa de cuero e incontables kilómetros de carretera. Casi tantos como los que protagonizan la famosa canción que en 1979 encumbró a la fama al grupo australiano AC/DC, a la hora de describir cómo era su vida al estar en constante gira, una autopista que, para los integrantes de la banda, se convertía en un infierno, de ahí que el título fuese Highway to Hell. Sin embargo, el aspecto roquero de los 200 conductores que ayer se reunieron para recorrer las autovías de Álava les ponía rumbo a la solidaridad. No en vano, se trataba de la quinta Marcha motera contra el cáncer en Álava, que la asociación española que lucha contra este mal (AECC) vuelve a organizar, gracias a la colaboración de diferentes entidades, entre ellas la de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
El reloj no había marcado ayer las diez y media de la mañana cuando los motoristas participantes hacían fila india para aguardar su turno a la hora de circular por la rotonda de la calle Fueros de Agurain. Vecinos que esperaban en la parada de autobús y curiosos, pegados a las ventanas de los edificios más cercanos a la glorieta, no podían apartar sus miradas de esta particular comitiva, sorprendidos, sobre todo, por el rugir de los numerosos vehículos allí concentrados. Sin embargo, el caso de Agurain no fue aislado, ya que solamente era una de las ocho localidades alavesas participantes en el recorrido de esta marcha.
El evento, en concreto, comenzó a las nueve y media de la mañana en el aparcamiento de caravanas de Lakua-Arriaga. De allí fueron a Landa, Ozaeta, Agurain, Maeztu (con parada en el restaurante Izki), Santa Cruz de Campezo, Lapoblación, Bernedo y Peñacerrada. Al finalizar el recorrido, los participantes retornaron a Gasteiz para comer juntos, a eso de las 14.30 horas, en el restaurante Lermanda, ubicado a las afueras de la capital alavesa. Lo hacían gracias a los quince euros de inscripción, de los que diez van para el menú y cinco para el donativo.
La sobremesa trajo un sorteo de regalos y un par de conciertos, que amenizaron la tarde en la plaza del propio restaurante. En esta edición, los grupos que colaboraban en esta causa eran las bandas musicales Unbound y Black Fire, quienes tocaron juntas. Esta última banda presentó, además, nuevos temas durante su actuación en Lermanda. Sus miembros afirman, asimismo, que están buscando bajista, y que en sus planes está lanzar su primer disco.
Los comienzos El origen de esta idea motera vino de una persona voluntaria y anónima, quien se puso en contacto con la AECC y le trasladó esta idea. La finalidad del plan fue homenajear a una familiar fallecida por esta enfermedad. La AECC, por su parte, no dudó y aceptó la organización de aquella primera edición en el año 2013.
En el caso de esta edición, la recaudación se destinará a diferentes fines. Por un lado, se busca financiar proyectos de investigación oncológica. Por otro, está previsto materializar programas de atención, tanto a enfermos como a familias. Además, se llevarán a cabo campañas de prevención y sensibilización.