gasteiz - Usted se dedica a estudiar el pasado del euskera, pero ahora vamos a mirar hacia delante. ¿Qué futuro le augura?

-No podemos augurar qué pasará dentro de 1.000 años, porque no tenemos ni idea ni siquiera de qué será de la humanidad. Pero en 100 o 200 le auguro un futuro estable. Irá cambiando, evidentemente, y la lucha será en la relación entre los dialectos y la lengua unificada -el batua-. Todas las lenguas pierden dialectos y se van unificando, como pasa con el español y los dialectos rurales cuando la gente se va a la ciudad. Todas las lenguas evolucionan así y puede dar un poco de pena. En cualquier caso, todo está en manos de los hablantes, que si quieren mantener el habla de su lugar podrán hacerlo. La cuestión es que lo hablen en la calle. Esto se mantiene si se habla en la calle y con la cuadrilla.

¿Y vamos por el buen camino?

-El momento crítico es el de la adolescencia. Lo ha sido siempre y ahora también lo es. Si se consigue que los amigos del grupo hablen entre sí en euskera eso continuará, pero si no la lengua podrá seguir aunque siempre con un peligro mayor, porque quedará limitada a ciertos ámbitos que en algún momento pueden desaparecer, como puede pasar con la familia. El modo de que el euskera aguante más y sufra menos erosión es que se mantenga como lengua de los amigos. Y esto hará que pervivan también los dialectos de cada zona.

El crecimiento del euskera en Álava ha sido muy relevante en los últimos años.

-En esto no soy experto, pero hay una gran diferencia respecto a cuando yo llegué aquí a Vitoria en 1979. Ahora encuentras mucha más gente en la calle que sabe vasco, pero en comparación con la biología de la herencia sigue siendo una lengua recesiva. La gente es bilingüe, pero la lengua vasca se utiliza menos en la calle. Aun así, creo que los vascohablantes intentan hablar más su lengua ahora en aquellos lugares donde saben que puede haber más vascohablantes. Creo que es una tendencia que se está generalizando. Y cuantos más vascohablantes haya, más posibilidades habrá de que pase de esa fase recesiva a aparecer en sociedad. En este camino la Facultad de Letras de Gasteiz ha sido un factor muy importante y positivo por la gran cantidad de vascoparlantes que tiene.