Antes de que la bollería industrial y los refrescos colonizaran las mochilas de los escolares, la hora de la merienda estaba marcada por las caras de sorpresa de los alumnos al desenvolver el bocata de turno. Ahora, raras son las veces en las que se pueden contemplar este gesto a la salida de los colegios. Y mucho menos entre quienes tienen que pelar la fruta. Por esta razón, la campaña Un bocadillo en tu mochila, organizada por supermercados BM y Netto, intenta favorecer la recuperación de este hábito saludable frente a los azúcares añadidos y grasas que aportan el resto de alimentos, incluidos los zumos envasados, con el riesgo de obesidad infantil que ello genera.

Esta iniciativa se originó por primera vez hace cinco años en Navarra y ya se ha llevado a cabo en Bizkaia, Gipuzkoa o Cantabria. Ayer le tocó el turno a Vitoria, donde 144 alumnos del colegio Hogar San José recibieron un sabroso emparedado para merendar, que iba acompañado de un folleto para sus padres con el objetivo de concienciarles de la importancia de fomentar hábitos saludables en esta comida del día. No en vano, la merienda, que debería representar el 15% del aporte energético diario, supone una recarga de energía muy útil y necesaria para continuar la jornada o para emprender una serie de actividades que requieren un esfuerzo psíquico y/o físico, como es el caso de las actividades extraescolares”.

Se recomienda, en este sentido, descartar opciones “cómodas” para recuperar el bocadillo “de toda la vida”, elaborado con pan tradicional y no de molde. Como explicó ayer la doctora de la campaña Arantza López-Ocaña: “es conveniente, además, que la merienda incluya frutas, lácteos o frutos secos”. Lo más saludable es un combinado de alimentos representativos de estos tres grupos, por ejemplo, un caso de leche acompañado de fruta o cereales, pan con chocolate y una fruta. O bien, también resulta muy aconsejable tomar un yogur y frutos secos o un bocadillo de jamón o queso.

Problemas de dicción El coordinador de la iniciativa, Martín Martínez, insiste en el “pan de barra”, puesto que en los últimos años se han detectado problemas de dicción en los niños más pequeños, “motivados por una dieta excesivamente blanda basada en purés, pan de molde y fruta triturada”. Como consecuencia, los niños que no mastican deben visitar al logopeda.