vitoria - La oposición municipal encontró ayer en el alcalde de Vitoria la franqueza que reclamaban con respecto al futuro de Errekaleor. “No hay ninguna posibilidad de diálogo”, manifestó el primer edil con la mirada fija en los cuatro jóvenes integrantes del colectivo Errekaleor Bizirik que asistieron como oyentes a la comisión de Urbanismo celebrada ayer en el Consistorio. “Vamos a tomar dos medidas: garantizar la seguridad y derribar el barrio”, prometió el mandatario municipal. “Hemos instado a Ensanche 21 a que vaya preparando el proyecto de derribo”. Para cimentar su posicionamiento, echó mano de varios informes técnicos que alertan del riesgo “inminente” de que se produzca un accidente eléctrico en la zona y de un requerimiento de la Delegación de Industria, fechado en abril del presente año, que ordenaba el corte inmediato del suministro. “¿Qué harían ustedes con estos informes? ¿Mirar para otro lado? ¿Y si mañana surgiera un lamentable incidente? ¿Qué harían todos ustedes? Acusarme de no intervenir”, planteó un inusualmente adusto Urtaran al resto de representantes políticos.
El alcalde esgrimió en primer lugar un informe de marzo de 2015 en el que los técnicos municipales plasmaron las “numerosas y graves irregularidades” de la instalación eléctrica de Errekaleor. Así, aludió a ausencia de fusibles de seguridad, contadores puenteados o inutilizados, falta de interruptores de control de potencia, inexistencia de red de tierra o de derivaciones individuales puenteadas o anuladas. Las acometidas de cada vivienda, según amplió, trepan por fachadas y escaleras gracias a sujeciones irregularidades y, una vez en el interior, proliferan los empalmes artesanales. “Estos graves defectos suponen un peligro inmediato para la seguridad de las personas, riesgo de incendios, accidentes, cortocircuitos y descargas eléctricas”, indicó.
Acto seguido, Urtaran presentó un segundo documento, esta vez elaborado por la Policía Local después de que se produjera un fuego en el barrio en 2015. El mismo subrayaba que las viviendas “no ofrecen ninguna garantía de salubridad, higiene ni seguridad”, y advertía de la “peligrosidad” de los sistemas eléctricos existentes. “Algún día vamos a tener que lamentar una desgracia con alguna muerte de algún okupa”, leyó literalmente el alcalde. Llegados a este punto, Urtaran recordó que todos estos acontecimientos se produjeron durante la pasada legislatura, cuando el gobierno municipal aún se hallaba en manos del PP.
Urtaran recordó que cuando llegó a la Alcaldía, propuso a los integrantes de Errekaleor Bizirik trasladarse al barrio de Aretxabaleta y rehabilitar una serie de viviendas degradadas a cambio de poder residir en ellas, pero declinaron el ofrecimiento y comunicaron su decisión de permanecer en el barrio “sí o sí”. Una zona, según precisó el primer edil, cuyos edificios contienen amianto y están afectados de aluminosis, circunstancias que, a su juicio, incrementan el riesgo para las personas y eliminan cualquier posibilidad de rehabilitación urbanística.
Urtaran concluyó que Errekaleor Bizirik “no respeta unas mínimas reglas de juego ni se encuentra en un espacio residencial que garantice la seguridad”, por lo que aseguró que la intervención municipal “está justificada”. “La intransigencia no viene del Ayuntamiento, viene de aquellos que pintan sedes políticas cuando no se hace lo que ellos quieren”, apostilló el alcalde en alusión a las pintadas aparecidas en batzokis de Vitoria.
seguridad La oposición se dividió entre el PP, que acusó al gobierno municipal de excesiva suavidad con los okupas, y el resto de los grupos, que lamentó su exceso de celo. Así, el popular Miguel Garnica culpó a Urtaran de “no haber hecho nada por desalojar a los okupas”, lo cual ha derivado, según precisó en que la situación “se haya desbocado y extendido a otras zonas, como Olarizu”. El concejal se mostró en contra de que el alcalde negocie con colectivos “fuera de la ley” y le recriminó “haber jugado y haberse quemado”. “Ahora se asusta y se enfada”, agregó.
La portavoz de EH Bildu, Miren Larrion, reprochó por su parte a Urtaran ofrecer una imagen “impositiva” de Vitoria y planteó la elaboración de un informe actualizado de seguridad que recoja medidas a subsanar, ya que se mostró convencida de que en los dos últimos años la situación ha mejorado gracias al trabajo de los jóvenes residentes en Errekaleor. Igualmente puso en duda que los solares resultantes del derribo de las viviendas reúnan las condiciones necesarias para albergar huertos ecológicos.
El concejal de Podemos Juan Cerezuela denunció que el Ayuntamiento “abandonó” en su día Errekaleor y defendió el actual proyecto de autogestión “que ha levantado el barrio”. Tras indicar que la experiencia de Errekaleor puede representar una oportunidad social para Vitoria, abogó por un informe externo que identifique los riesgos y zanje definitivamente el debate sobre la seguridad.
El representante de Irabazi, Oscar Fernández, lamentó que Urtaran “defienda el urbanismo dejando a la gente sin luz y mandándola a la calle”. “¿Cree que es seguro dejar a familias con niños, vecinos de Vitoria, sin luz ni alumbrado público?”, apuntó.
Las pintadas. El alcalde se mostró especialmente molesto con las pintadas aparecidas en diferentes batzokis de Vitoria tras el corte de luz en Errekaleor. Las calificó de “amenazas de personas nostálgicas de tiempos pasados , más propios de la kale borroka que de una ciudad basada en la convivencia”. “Sí, a vosotros os digo”, indicó el alcalde dirigiéndose a los cuatro representantes de Errekaleor Bizirik que asistieron a la comparecencia del primer edil.
Especulación. Fueron varios los grupos de la oposición que aludieron al espíritu de especulación urbanística que motivó en su día el realojo de las familias de Errekaleor, por lo que preguntaron a Urtaran por el futuro urbanístico del barrio. El alcalde aseguró que de acuerdo con los programas municipales para este sector, no se construirá nada “hasta al menos dentro de 25 años”.
Reglas. Urtaran fue especialmente duro con la postura “ajena a las reglas” de Errekaleor Bizirik. “Ocupan ilegalmente viviendas del Ayuntamiento, no pagan agua, no pagan luz, no pagan tasas, no pagan la basura ni la quieren pagar. No quieren asumir ningún compromiso. ¿Por qué los que estamos aquí pagamos todo eso y estos señores no?”, preguntó.