el día se anticipaba especialmente frío en Armentia -a las 8.00 horas el termómetro marcaba tres grado bajo cero junto a la basílica- pero el sol decidió finalmente conceder una tregua a los miles de alaveses que un año más se acercaron en romería a las campas para honrar a San Prudencio gastronómica, cultural, social o religiosamente, en función de cada uno. Las gélidas temperaturas con las que se desperezó la jornada fueron subiendo poco a poco hasta alcanzar a media mañana una climatología fresca pero agradable, permitiendo así que cuadrillas y familias pudieran disfrutar de la jornada como marca la tradición. Y es que, como todos los años, ayer hubo un San Prudencio para cualquier tipo de alavés. Para las parejas y familias, que acudieron a disfrutar relajados de la fiesta y de los tradicionales puestos de artesanía y gastronomía, con mejores o peores precios en función del tiempo que uno quería usar para comparar, como bien pudieron comprobar Andrés y Edurne, con dos bolsas llenas de las tradicionales rosquillas de anís. “Éstas nos las han cobrado a nueve euros en uno de los puestos, y estas otras, que son las mismas, nos han costado cinco en otro”. Talos a cuatro o cinco euros, sidra, pastel vasco, caracoles -a nueve euros la ración-, txoripanes... La oferta era amplia y sabrosa.
También hubo un San Prudencio para el fervor espiritual, con la misa en la basílica a cargo del obispo de Vitoria y decenas de autoridades y representantes institucionales. Y para las cuadrillas de amigos, ataviadas muchas con sus trajes de blusas y neskas junto a otras bien preparadas con pertinente kit de romería, con toallas para el césped y tappers de comida incluidos.
No faltaron tampoco los más valientes, como un grupo de chavales a los que las camisetas del Alavés y los ojos vidriosos delataban que habían enlazado por todo lo alto el partido del Glorioso con la noche, la noche con la mañana y la mañana con la romería. Y eso que el partido con el Eibar acabó en empate. No muy lejos de ellos se encontraban otros dos sufridores a los que la noche había causado estragos y que a eso de las 11.00 horas estaban durmiendo la mona tirados en el césped. Al menos hasta que un grupo de cuatro ertzainas se les acercaron para despertarlos y comprobar que todavía tenían pulso. “Cuidado con el móvil, que lo tienes fuera del bolsillo y te lo van a robar”, les recomendó uno de los agentes. Con los policías ya a una distancia prudencial, los jóvenes hicieron lo único que el cuerpo les permitía hacer en ese momento: seguir durmiendo.
La mañana seguía su curso y, bien entrado el mediodía, la multitud empezaba a acumularse en las campas. Por si el cielo cambiaba, un par de puestos vendían paraguas. Por si no, otros vendían viseras. Los dantzaris de Araba Dantzarien Biltzarra y Eguzkilore Taldea iniciaban sus actuaciones poco antes de que los herri kirolak acapararan la atención de los presentes, y el txoripintxo solidario en favor de Ascudean, la asociación alavesa de familias cuidadoras y personas dependientes, lucía una amplia cola para disfrutar de un buen tentempié con el que ayudar a tan importante labor social, al tiempo que las autoridades abandonaban la basílica para asistir al aurresku de honor.
Por la tarde, los alaveses continuaban congregados aprovechando que el tiempo siguió siendo magnánimo, disfrutando entre otras cosas de la actuación en las campas del grupo Akerbeltz. La fiesta se prolongó hasta que los rayos de luz empezaron a desvanecerse y, ya sin el sol, el frío volvió a adueñarse de las campas de Armentia, lo que llevó a muchos a iniciar el desalojo de las campas, unos con sus hogares como destino y otros hacia el centro de la capital alavesa, donde la fiesta continuó.
representantes Entre los representantes institucionales presentes en Armentia se encontraban el diputado general, Ramiro González, con la práctica totalidad de los miembros del gobierno foral: Eduardo Aguinaco, Josu López Ubierna, Marian Olabarrieta, Josean Galera, Cristina González e Igone Martínez de Luna, que portó la bandera con el escudo de Álava de camino a la homilía. No pudo acudir por motivos personales la teniente de diputado general, Pilar García de Salazar, que iba a repetir el aurresku de honor que bailó el pasado año.
También acudieron las consejeras del Gobierno Vasco Estefanía Beltrán de Heredia, Beatriz Artolazabal y María Jesús San José, el presidente de las Juntas Generales de Álava, Pedro Elosegi; el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, acompañado de miembros de la corporación municipal como Iñaki Prusilla, Jaione Aguirre y Carlos Zapatero; el delegado del Gobierno en el País Vasco, Javier de Andrés; y el abad de la cofradía de la Virgen Blanca, Ricardo Sáez de Heredia. No faltaron tampoco la pregonera de las fiestas de San Prudencio y Nuestra Señora de Estíbaliz de este año, la presentadora de ETB Estibaliz Ruiz de Azua; el cofrade mayor de la cofradía de San Prudencio, Manuel Camacho; el presidente de la Fundación Vital, Jon Urresti; el director del organismo foral de Bomberos de Álava, Javier Carro; el director foral de Equilibrio Territorial, Iñaki Guillerna; concejales del PP como Leticia Comerón, Iñaki García Calvo y Manu Uriarte, representantes de EH Bildu en las distintas instituciones, como Kike Fernández de Pinedo y Mikel Otero; procuradores de las Juntas Generales como la portavoz de Podemos, Arantxa Abecia, junto a sus dos compañeras de partido Itxaso Roldán y Asela Ortiz de Murua; el presidente de la Junta Administrativa de Armentia, Alfredo López de Uralde; el procurador del grupo independiente, Miguel Ángel Carrera; la portavoz jeltzale en la cámara foral, Izaskun Moyua; la secretaria general del PSE, Idoia Mendia; la portavoz del PP en las Juntas, Ana Morales, junto a la procuradora popular Marta Alaña, y Alberto López de Ipiña, de Slow Food Araba.