laguardia - El presidente de ARAG-ASAJA, Javier Rubio, pidió ayer en Bruselas que la Comisión Europea revise la liberalización de plantaciones de viñedo prevista para el año 2030 porque de llevarse a cabo podría suponer el quiebro de un sector estratégico para miles de explotaciones familiares de Rioja.

Directivos y técnicos sindicales se reunieron con la directora general de Agricultura de la Comisión Europea, María Ángeles Benítez, y varios funcionarios del mismo departamento para pedirles una alternativa a la desaparición del control del potencial vitícola que en la actualidad tiene Rioja y que podría producirse si se lleva a cabo la liberalización prevista en la última reforma de la OCM del vino. Los representantes de la Comisión Europea expresaron, por su parte, que la decisión de la liberalización del viñedo para 2030 obedece a un parecer político y “como tal, podría cambiarse si así lo decide el Consejo y el Parlamento”, manifestaron los miembros de la Comisión Europea.

Rubio expuso las características de la denominación Rioja, basadas en el modelo europeo de denominaciones de origen arraigadas a la tierra y a un sistema de calidad y de control de los más rigurosos de España y de la UE; con un reparto equilibrado de la riqueza distribuido entre los viticultores, que son los que suministran la materia prima y las bodegas, que son las que elaboran y comercializan el vino en su mayor parte. Así como la estabilidad existente entre producción y ventas. Todo ello, “gracias a la autogestión integral que realiza el propio sector”. De ahí, “la importancia de que la denominación continúe controlando su potencial vitícola”, señaló Rubio. En este sentido, y dentro del actual marco legal, de llevarse a cabo el control del potencial por parte de la Interprofesional -trasladó-, éste debería basarse en la calidad y no en cuestiones económicas ni de mercado. Rubio les ha consultado también sobre cómo va la propuesta para que se limite la superficie máxima distribuida por agricultor y año, a lo que han contestado que para modificar la norma actual tiene que haber acuerdo entre Comisión, Consejo y Parlamento europeos.

Esta reunión se enmarca en la solicitud de ARAG-ASAJA hace tres meses a la Comisión Europea, con el objetivo de exponerle su rechazo a la liberalización de plantaciones o, al menos, a poder controlar su potencial vitícola si ésta llega a materializarse. - Pablo José Pérez