maeztu - El Ayuntamiento y las juntas administrativas que integran Arraia-Maeztu han comenzado la andadura del mayor coto de setas, frutos y hierbas del territorio histórico. Un total de 11.000 hectáreas para disfrutar y cuyos accesos están perfectamente señalizados con unas placas. No obstante, previamente hay que lograr los tickets o abonos en el Ayuntamiento de Arraia-Maeztu o en los restaurantes Izki, Los Roturos, Obenkun y Virgala, así como el parketxe de Korres.

El alcalde Anartz Gorrotxategui se mostraba satisfecho de las primeras jornadas de funcionamiento del coto. “En su primer fin de semana el parque ya tiene vendidos cien abonos de los que el 10% son de no empadronados”. Pero conseguirlo ha llevado mucho tiempo.

En el proyecto se viene trabajando desde hace casi tres años y desde el principio se ha ido de la mano de la Diputación Foral de Álava, ya que los primeros borradores tanto de la ordenanza como de la encomienda de gestión al Ayuntamiento, que debían aprobar las juntas administrativas, fueron estudiadas por Medio Ambiente y por Montes, que dieron el visto bueno. Luego se tuvo que solucionar el problema de la guarderío del coto, ya que los gestores de la iniciativa no tenían muy claro que se pudiera soportar una nómina. Finalmente, el apoyo de la institución foral volvió a quedar patente a través de la colaboración de los guardas del Parque Natural de Izki y los de Montes, que se encargarán de pesar las cestas de setas que lleven los senderistas y de comprobar que éstos portan también el ticket del permiso.

A ese proceso se sumó el propio interno, el de poner de acuerdo a las juntas. “Hacer 16 cotos por separado no parecía la medida más adecuada, porque las juntas, por si solas, no tienen los medios para llevarlo a cabo. Es mucho mejor aglutinarse en torno al Ayuntamiento para ajustarse a las normativas y poder controlar el proyecto. Tiene más fuerza el coto, que si va sola una junta administrativa”, relata el alcalde que, en el momento de realizar este reportaje, estaba con el presidente de la Junta Administrativa de Roitegui, Julián Mujika, y Pedro Legorburu, vocal de la Junta de Vírgala Mayor.

Cuentan que lo que se ha hecho es un macro coto en el municipio. Dentro del Ayuntamiento hay 16 núcleos de población y de ellos 10 son juntas, que son las verdaderas propietarias de los terrenos, porque el Ayuntamiento no los tiene. “Se planteó a todas las juntas el hacer el coto y han entrado todas con la excepción de Atauri que en concejo decidió que no por el motivo que sea. Creo que hubo temores en algunos sitios por si al hacer el coto el Ayuntamiento se quedaba con los terrenos o que no se quería que los vecinos gestionaran el coto”. Atauri no quiso estar, pero sí la Junta Administrativa de Valle de Harana, porque la zona de Bitigarra, que es mancomunada y para evitar discusiones sobre limitaciones de uso, se planteó la incorporación y con ellos se ha completado el acotado. De todas formas, “creo que al año que viene se volverá a invitar a Atauri a incorporarse, porque ahora parece que quieren cambiar la intención de voto. Pero es una decisión que deben tomar ellos y luego aceptarla la Junta del coto, porque así está establecido en el reglamento”.

El vocal de Vírgala Mayor comenta que “el que el Ayuntamiento esté un poco como cabeza visible no quiere decir que sea el gestor del coto, ni que los terrenos vayan a pasar al Ayuntamiento, ni que sea un afán recaudatorio del municipio. Creo que a la gente hay que irla mentalizando que todos podemos ir al monte, pero hay que respetarlo, seguir unas normas y conservarlo”. Insiste en que “no se puede ir avasallando, como se ha visto muchas veces, a cinco o seis personas que van en banda y con rastrillos. Así no se puede ir y en Izki el problema es mayor porque es donde están los hongos. A poco que se respeten las normas pueden coger perretxikos todo el mundo”

Autobuses de buscadores Cuentan alarmados que “lo que se ha llegado a ver es la llegada de autobuses de viajes organizados, con gente de Gipuzkoa y otros lugares, que aparcaban en Korres, se ponía todo el autobús en banda y a coger setas. No nos oponemos a que vengan, pero si vienen tendrán que pagar”

Anartz Gorrotxategui afirma que el cobrar “supone un ingreso para las Juntas administrativas, ya que, si no, es una financiación que perdemos. Si en Vitoria cobran la OTA por aparcar, ¿por qué no vamos a cobrar por coger setas? Lo mismo pasa con algunos aparcamiento en algunos pueblos. Tú vas a Bakedano a aparcar y te cobran cuatro euros y medio. ¡Imagínate si en Korres cobrasen por aparcar?! Esto son recursos que tenemos los pueblo y lo hacemos para aprovechar. Además, esto es como lo de los cotos de caza, que luego tienes que reinvertir una parte de las cuotas en la mejora del medio natural”.

Julián Mujika tercia para afirmar que “lo bueno de hacer el coto y regular la recogida es que además podrían llevarse a cabo acciones paralelas: un día traes a un experto y da un taller sobre cómo cogerlas, u otro sobre cocina, talleres un poco más lúdicos”

Para el alcalde “no se trata de recaudar por recaudar, porque para eso hubiéramos sacado a subasta la explotación del coto, le hubiéramos cobrado al adjudicatario la cantidad que fuera y le dejábamos organizando a su aire la concesión. Ya veremos qué hacemos en el futuro. El día de mañana los tres restaurantes del municipio podrían vender un paquete de alojamiento con un día de jornada micológica, con un taller más comidas a tanto. O incluir el golf”, anticipa.

En cuanto a los vecinos de este extenso territorio, “siempre hay alguno que no está de acuerdo y que se queja de que vamos a cobrar por coger setas, cuando se han recolectado siempre gratis. Pero es que hay que mirar por los pueblos, porque aquí no tenemos nada. Antes vivíamos de los lotes de los montes, pero ahora eso no vale nada. Lo mismo haces un lote y no te coge nadie” dice Legorburu.

En la misma línea opina Mujika que “siempre se ha dicho que esto de las setas y los frutos había que organizarlo un poco, aunque hacerlo desde una Junta administrativa es complicado. regularlo. ¿Por qué se hicieron los cotos de caza? Pues porque ibas a la codorniz y estaba todo lleno de gente de todos sitios menos de vecinos. En los de caza hubo problemas al principio, pero creo que se solucionará con el tiempo. Es natural que al principio algunos vecinos recelen, pero la gran mayoría están de acuerdo en que se regule”.

11.000 hectáreas El coto de Arraia es el mayor y casi el primero creado en Álava, porque en Araia hay uno de unas dos mil hectáreas, “pero aquí estamos hablando que si el municipio completo son 12.000 hectáreas, quitando Atauri, pero incluyendo Bitigarra, son 11.000 hectáreas más o menos”. Apellániz, Azáceta, Korres, Maeztu, Onraita, Alecha, Roitegui, Sabando, Vírgala Mayor y Vírgala Menor, Arenaza, Cicujano, Ibisate, Leorza y Musitu. Es decir, todos, menos Atauri.

En la Ordenanza del coto también se incluyen hierbas y frutos: endrinas, moras, flores, manzanilla. La misma Orden foral que regula el aprovechamiento de esos recursos naturales es la que ha servido para realizar la normativa del coto, tanto para especies como para cantidades. La Ordenanza fija el sistema de autorizaciones con tres tipos de beneficiarios. Por un lado las personas con vecindad en cada concejo de Arraia-Maeztu, así como los vecinos de San Vicente de Arana. En todos los casos deben llevar empadronado al menos un año. Un segundo cupo de autorizaciones será para las asociaciones y entidades con fines de estudio mitológico y sin ánimo de lucro. Finalmente se da vía libre para poder otorgar autorizaciones a no vecinos o vecinos que lleven menos de un año, aunque en este caso, las autorizaciones serán diarias, semanales o por temporadas.

Los beneficiarios del primer grupo deberán pedir la autorización en el Ayuntamiento de Arraia Maeztu, abonando la cantidad de cinco euros por temporada. Sobre las asociaciones no se establece ninguna tasa municipal y para los no vecinos se fija en cinco euros diarios por persona y día, veinte para los permisos semanales y ochenta euros para las licencias de temporada.

En cuanto a las prácticas prohibidas se establece especialmente el remover el suelo de forma que se altere la capa de tierra vegetal superficial y su cobertura, ya sea manualmente, con los pies, o utilizando cualquier tipo de herramienta o utensilio que permita alzar de forma indiscriminada la hojarasca, o cualquier cubierta de materia orgánica en descomposición existente. En el caso de recogida de hongos hipogeos (de crecimiento bajo la tierra) no incluidos en su regulación específica, el terreno deberá quedar igual que estaba, es decir, con los agujeros que se realicen para extraer el hongo tapados con la misma tierra que previamente se hubiera extraído.

Queda prohibida la recolección de especímenes con menos de cuatro centímetros de sombrero excepto las variedades de “cantarelas, cinereus, lutescens y tubiformis” conocidas como trompeta negra, trompetilla amarilla, saltsaperretxiko hori, rebozuelo, saltsaperretxico horilun y “marasmos oreadas”, conocida como senderuela, marasmio jangarri” que será de dos centímetros la medida mínima.

Respecto a las herramientas no se permite la búsqueda de setas portando, aunque no se estén utilizando, rastrillos, ganchos, hoces, azadas, azadillas, alicates u otras herramientas similares, independientemente del tamaño que tengan. Por tanto, para la recogida de setas se utilizará exclusivamente un cuchillo, navaja o similar.

En cuanto a las cantidades que se pueden coger por persona y día, la Ordenanza hace una extensa relación de plantas, flores, setas y otros recursos naturales, que conviene consultar en el Concejo, aunque en la mayoría de los casos no exceden de 1 ó 2 kilos. Como es natural, en la Ordenanza se establecen sanciones por no cumplir la normativa, aunque con una salvedad. Las infracciones están contempladas, pero al no tener guarderío propio “no podemos tramitarlas el Ayuntamiento, sino que será la propia Diputación la que sancionaría. Está abierto, porque así lo recoge la normativa, que podemos ser nosotros, el Ayuntamiento y cualquier Junta, quienes podemos proponer sanción a través de una Providencia, pero ha quedado para más adelante el desarrollarlo. De todas firmas, al principio no se trata de sancionar, sino de avisar a la gente que hay una regulación y que hay que adaptarse a ella. ¡Hombre, si has avisado a la misma persona tres veces ya y no hace caso solo te queda el sancionar!”, explica el alcalde Anartz Gorrotxategui.