gasteiz - Vanessa Cachaferio recorre no sólo el vital campo de la alimentación, sino los de la energía o las finanzas éticas.
¿Es difícil consumir alimentos sostenibles o la gente es perezosa en general?
-A día de hoy no es tan complicado poder consumir alimentos sostenibles. Al principio, tal vez sí que hay que hacer una pequeña búsqueda y un esfuerzo, pero una vez que formas parte de uno de los grupos de consumo y de cestas que hay en la ciudad puedes obtener a cambio un beneficio mucho mayor. No es cuestión tanto de pereza, sino de que nos tenemos que informar y tomar la decisión. Pero una vez que estás convencida, no es complicado.
¿De qué otras opciones disponemos en este ámbito?
-A nivel alavés es importante el ejemplo de Bioalai, que es donde se van a desarrollar los Miércoles por la Soberanía Alimentaria y tiene una trayectoria de muchísimos años en la ciudad. Además, hay que destacar que a nivel local se está construyendo una estrategia agroalimentaria. Hay una trayectoria y una reivindicación clara por parte de la ciudadanía de consumir de manera ecológica y local.
Habrá quien alegue que esta alimentación es más costosa económicamente. ¿Cuánto hay de cierto en todo esto?
-Puede ser que un producto que está producido a nivel local y ecológico tenga un mayor coste, pero lo importante, lo que hay que pensar, es que cuando vamos al mercado y vemos que algo es demasiado barato, lo es porque ahí hay alguien al que no se le está pagando lo que se merece o corresponde. Hay que hacer un pequeño esfuerzo que va a merecer la pena, tenemos que pensar lo que hay detrás de todo lo que estamos comprando y consumiendo.
De forma más global, quieren poner el foco también en la relocalización de la economía, el decrecimiento energético y los cuidados.
-Se trata de una propuesta integral, para poder transitar realmente hacia otro modelo socioeconómico en el que se ponga la vida y la naturaleza en el centro. No tanto el capital, como está ocurriendo actualmente.
¿La crisis ha podido servir como oportunidad?
-La crisis ha supuesto en general que las personas nos hayamos empezado a mover y algunas de ellas, quizá simplemente por una opción personal, incluso se hayan planteado ir al campo a poder producir. Pero no hay que olvidar que la crisis ha generado también una sociedad más desigual de lo que era anteriormente. No es tanto que la crisis genere la oportunidad, sino que nos tenemos que plantear en qué tipo de modelo estamos viviendo y qué nos genera una felicidad. En el actual tienes que trabajar para mantener un nivel de consumo que no te trae una felicidad real. Estás metido en una cadena que efectivamente no te está dando un buen vivir.
Al final, hablamos de pequeños gestos.
-Pequeños gestos con un impacto importante. En el caso de nuestros ahorros, por poner otro ejemplo, dónde optas por tener tu dinero también tiene un impacto brutal y fundamental. Si acudes a una banca ética, que es muy sencillo actualmente, harás que con tu dinero se invierta en alternativas sostenibles, que apoyen a cooperativas... En el caso de la energía está el ejemplo de la cooperativa Goiener, que la produce de manera sostenible.
Volviendo al terreno de la soberanía alimentaria, ¿la falta de relevo generacional en el campo puede ser un problema?
-Cuando hablamos con nuestros abuelos, quizá ellos llevaban una vida mucho más sostenible que nosotros en todos los ámbitos. Esa falta de relevo generacional no sólo se produce en el campo, sino también en el ámbito urbano. Tiene que haber una transmisión de lo que se hizo bien en un momento dado. Si ahora se te rompe algo, compras algo nuevo, no reparas ni compartes, y son cosas que antes se hacían.
Volviendo a iniciativas como la estrategia agroalimentaria de Gasteiz, ¿las instituciones han llegado tarde?
-No sé si es tanto un tema de tardar como de no tener un compromiso firme. Probablemente no están mostrando que sea su prioridad. Se están haciendo cosas positivas como la estrategia agroalimentaria, pero nos gustaría que el trabajo fuese un poco más profundo. Creo que tiene que haber una mayor implicación política para que salga adelante. De momento, el presupuesto para este año no está a la altura.