vitoria - Mónica Calvo (Vitoria, 1976) es la nueva cabeza visible del movimiento de las casas regionales de Álava e inicia una andadura de máxima responsabilidad en el colectivo después de varias décadas inmersa ya como tesorera de la propia federación y más de tres lustros de responsabilidad directiva en el Centro Gallego.

¿Cómo llega a embarcarse en esta aventura de asumir la presidencia de este colectivo?

-Me presenté porque recibí el apoyo y petición de los ocho centros de Vitoria y los cuatro de Llodio para que diera el paso de presentarme y asumir la presidencia. Me he sentido muy apoyada y querida y, cuando tanta gente, incluso a nivel de socios particulares te lo acaban reclamando y pidiendo significa que la gente confía en mí, y no les voy a defraudar.

Señal de que es una persona que despierta el afecto al designarla para esa responsabilidad.

-Ellos deberían comentarlo y no ser yo quien hablara. Lo que me llega es que tengo el apoyo de todos ellos y es lo que te hace seguir con todo esto. Siento directamente el refuerzo y apoyo de toda la gente que me ha hecho la petición de presentarme a la presidencia de la federación.

De nacimiento alavesa, pero sin renunciar a las raíces gallegas de sus padres.

-Nací aquí en Vitoria, pero me considero, a partes iguales, tanto gallega como alavesa. Mis padres vinieron a Vitoria en los años de la industrialización por motivos laborales junto a mis hermanos mayores y nos quedamos a vivir aquí.

¿Desde siempre ha estado vinculada al Centro Gallego?

-Todo viene por mi padre. Él frecuentaba mucho el centro y tenía una cuadrilla de amigos de allí precisamente. Nosotros desde muy pequeños hemos estado vinculados a ese local. De hecho yo he pertenecido también, junto con mis hermanos, al grupo de baile y de gaitas del centro desde 1985. Yo siempre he tenido gran vinculación, y tengo cuadrilla de amigos surgida de los años que he pasado en el Centro Gallego. Siempre ha formado parte del día a día de nuestra vida familiar todo lo relacionado con el centro.

En aquellos años fue un punto importante en la socialización de todo el colectivo, como también sucedió con el resto de casas regionales.

-Al final, por aquello de que los gallegos tenemos un poco de morriña, se busca como un punto de encuentro en el propio centro, y éste se convierte un poco en referencia de la vida social. Soy consciente desde el instante en que comencé a acudir allí junto con mis padres y hermanos cuando era muy pequeña.

Además de ir con asiduidad, empezó a vincularse con el tema de pertenecer al grupo de danzas y después pasó a formar parte de la directiva.

-Empecé dirigiendo el grupo de baile, por el año 1985, junto con el apoyo de otros directores del grupo y poco a poco me fui metiendo hasta que en 1997 me comentaron la posibilidad de pasar a formar parte de la Junta Directiva y desempeñar las tareas de secretaria. Ahí empecé una etapa hasta el año 2012, en la que tuve que abandonarlo por motivos laborales, al estar en otros países. Al mismo tiempo que en el Centro Gallego, empecé también a vincularme a la federación. Al final hay relación entre todas y desde 2004 a 2012 estuve como tesorera.

¿Cuál es la salud y estado del movimiento de las Casas Regionales en Vitoria? ¿Ha perdido algo de fuerza y vigor en estos últimos años?

-De momento nos vamos manteniendo gracias al buen trabajo que están realizando las diferentes Casas Regionales. Recibimos también el apoyo de las instituciones, aunque estos años de crisis se ha notado un poco que todos nos hemos apretado el cinturón y tenemos que trabajar un poco más. De momento se puede decir que gozan de buena salud, y esperemos que sea para muchos años.

Con su designación como presidenta se convierte en la primera mujer que accede a ese puesto.

-A lo largo de los 32 años de existencia de la federación soy la primera mujer al frente del cargo y esperemos estar a la altura de la circunstancia y con mucha ilusión. No va a ser una tarea que me resulte nueva ni desconocida después de los ocho años que he estado como tesorera. Llevo muchos años dentro y no va a ser un papel muy difícil. Tengo un gran nivel de conocimiento de lo que es la federación como los Centros Regionales desde dentro y es una experiencia y camino recorrido.

Después de un año 2016 complicado por la supresión de parte de la subvención municipal, ¿cómo está la situación económica de la Federación de Centros Regionales?

-No estamos sobrados de dinero, pero se puede decir que en ese capítulo estamos bien. Es cierto que finalmente el Ayuntamiento no nos concedió las subvenciones, pese a contar con ellas y haber hecho nuestros presupuestos con estas ayudas. Gracias al buen hacer de la Junta Directiva que tenemos y de todos los centros conseguimos salir y mantenernos a flote con mucho esfuerzo. Podemos decir que gozamos de buena salud.

¿Trabajarán fuerte por recuperar esas subvenciones que se perdieron en 2016?

-Por supuesto que perseguiremos nuestras subvenciones y ayudas. Ahí estamos con el Ayuntamiento de Vitoria, no luchando para que nos aumenten las cantidades, pero que al menos nos mantengan lo que teníamos hasta ahora. Esperemos que para este año se puedan materializar de alguna manera y lograr que se puedan mantener.

Se comentó que algunos de los centros llegaron a estar en quiebra técnica por esta falta de subvenciones durante el pasado año.

-Hubo situaciones críticas debido al hecho de que incluyeron esas subvenciones a la hora de hacer los presupuestos. Una vez que se notificó que no iban a ser concedidas, se vieron con ciertas dificultades. La idea es que todos los centros han trabajado y, unos mejor y otros un poco más justos, ahí se siguen manteniendo. Será una de las misiones de la nueva Junta Directiva, intentar mantenerlas para este año 2017. Se está en contacto con el Ayuntamiento y se está haciendo un trabajo que va por buen camino. Creo que se volverá a establecer un convenio de colaboración con el Ayuntamiento y no va a haber más problemas.

Se le presentan dos años de mandato como presidenta de la federación. ¿Con qué intenciones lo afronta en cuanto a actividades?

-Mi idea es la de mantener la filosofía de la federación, que no es otra que aunar esfuerzos y realizar en común toda la gestión, al tiempo que mirar por los intereses de todos los centros. Es de destacar que la federación, al igual que los centros regionales está muy bien posicionada en Vitoria. Tenemos nuestro propio hueco dentro del panorama social y hemos demostrado un buen saber hacer a lo largo de estos años. Es cierto también, que por la forma de ser que cada uno tiene, si que se notará algún cambio, pero el objetivo es continuar con la base de la federación. Establecer vínculos con casas regionales, velar por sus intereses y difundir nuestra cultura de los doce centros de Álava.

Recibe el cargo con un elevado nivel de prestigio en cuanto al trabajo hecho por los presidentes que le han precedido en el cargo.

-Hemos tenido mucha suerte con todos los presidentes que nos han representado. El ya expresidente, Amador Cerezo, me deja el listón altísimo, al igual que los anteriores. Se ha hecho una gran labor a lo largo de estos casi 33 años que es la que recogemos ahora. La Federación de Centros Regionales goza de un hueco con una visión en la sociedad que está muy valorada en Vitoria. Me dejan un listón muy alto, que espero mantenerlo.

¿Cuál va a ser su primera tarea importante a acometer ya como nueva presidenta?

-Intentaremos solucionar el tema de las subvenciones. La Junta Directiva saliente lo deja todo bien atado con la celebración del Festival de Comunidades, el 12, 13 y 14 de mayo, como evento más inmediato. Ya hay un trabajo previo muy adelantado para que todo salga bien. Además tengo el apoyo de los exdirectivos para trabajar en paralelo durante unos meses, y no tengo grandes retos en mi mandato de buenas a primeras.