GASTEIZ. Esta familia de etnia gitana llegó a Abetxuko a finales de agosto del pasado año, donde se ocupó una casa, que abandonó a principios de diciembre, cuando se instaló en una al lado con un contrato de alquiler que le ha permitido empadronarse en la ciudad.
Durante el tiempo que estuvieron de forma ilegal en la primera casa, vecinos de Abetxuko secundaron manifestaciones diarias para protestar por esa ocupación e incluso el fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro, se reunió con las partes y visitó el barrio.
Ahora, personas implicadas en distintas organizaciones sociales, como el ex alcalde, José Ángel Cuerda, la experta en interculturalidad, Amelia Barquín, y el miembro de Salhaketa César Manzanos, entre otros, han hecho público el manifiesto "Llamamiento público a la convivencia en Abetxuko".
El texto ha sido presentado hoy en rueda de prensa por algunos de las 26 personas que lo firman. A través de esta iniciativa, alertan de la situación de "enquistamiento de la fractura de la convivencia vecinal" en Abetxuko y consideran "urgente e inaplazable" la intervención de las instituciones.
Por ello, emplazan al Ayuntamiento, al Síndico, al Gobierno Vasco, y al Ararteko a implementar medidas para "garantizar los derechos y obligaciones de las personas para decidir libremente y en paz donde vivir" y para poner en marcha "mecanismos de mediación para restablecer la convivencia vecinal".
"La solución es urgente e inaplazable", reclaman los firmantes porque se corre el riesgo de que haya "consecuencias sociales peores para la convivencia justa y en paz".
Los firmantes dicen entender que la forma de entrada en el barrio de esta familia "molestara a bastantes vecinos por su comportamiento y acciones", pero consideran que "desde hace tiempo esta familia ha rectificado errores iniciales" y ha dado "muestras suficientes de su disposición al diálogo" y de su "compromiso" para buscar una "convivencia pacífica".
Asimismo, se muestran preocupados por la respuesta de "un numero considerable de vecinos de este 'barrio-pueblo'" que, a su juicio, centran sus esfuerzos "no en la búsqueda del diálogo, sino en la expulsión de la familia Manzanares Cortés del barrio", lo que provoca un "enfrentamiento que repercute en perjuicio de todos".
Recuerdan que Abetxuko siempre se ha significado por "su capacidad de acogida y su solidaridad" hacia las personas más desfavorecidas y hacia los inmigrantes y se ponen a disposición de los vecinos para colaborar en la "recuperación de ese carácter solidario".