VITORIA - La actividad en los despachos y pasillos del Ayuntamiento de Vitoria se adentra en un escenario desconocido hasta ahora en las cuatro décadas de vida democrática de la institución. Deben hacer frente los concejales de la media docena de partidos con representación a una situación novedosa como la cuestión de confianza presupuestaria que va a marcar un punto de inflexión dentro de la entidad más relevante de la ciudad. El calendario ya está en marcha para que los 27 concejales del Pleno vuelvan a verse las caras de nuevo el próximo lunes, día 6, en una cita extraordinaria. Tendrán como único punto en el orden del día la votación de la cuestión planteada por Gorka Urtaran para pronunciarse sobre el primer año de gestión de un regidor que accedió a la Alcaldía el 13 de junio de 2015.
Todo apunta a que no va a tener el respaldo de los 14 concejales para la mayoría absoluta que le permitirían salvar el trance en el que se ha embarcado el alcalde. Contará con el respaldo de los cinco representantes del PNV y los cuatro del PSE que, desde junio del pasado año, le acompañan en las responsabilidades de pilotar la gestión municipal.
En contra volverá a tener a los nueve ediles del PP y la media docena de EH Bildu que, con 15 votos, suponen la mayoría de los 27 concejales. Resta por concretar la postura de fuerzas como Podemos e Irabazi. En la votación de los presupuestos del pasado viernes ambas formaciones se abstuvieron tras alcanzar un acuerdo presupuestario con Urtaran, y el próximo sentido de su voto quedará a expensas de las intensas negociaciones de esta semana. Volverán a reivindicar y demandar las 51 partidas por valor de 5,2 millones de euros, que les llevaron a una entente con PNV y PSE hace menos de una semana y que se incluyeron en el borrador que fue rechazado el pasado viernes.
alcalde en funciones Si, como parece, Urtaran no reúne los apoyos suficientes, el alcalde cesará automáticamente, quedando en funciones hasta la toma de posesión de quien hubiere de sucederle en el cargo. Una vez constatado ese primer rechazo a la cuestión de confianza, se abre un periodo clave de un mes. En esos 30 días, hasta el 6 de marzo, si se cumplen los plazos, la oposición debe aglutinar sus intereses y objetivos para encontrar un candidato alternativo y de consenso que colocar al frente de una moción de censura que se debe presentar para relevar al anterior mandatario. Corresponderá a dos formaciones antagónicas, desde el punto de vista ideológico, como son PP y EH Bildu, encontrar puntos en común respecto a sus planes para Vitoria. Deberán avanzar en la misión de designar un aspirante a ocupar la Alcaldía y consensuar el hipotético programa conjunto de acciones a desarrollar si quieren sustituir a Urtaran. El calendario va a ser un enemigo implacable.
presupuesto aprobado En el caso de que no se produzca esa conjunción de fuerzas PP-EH Bildu, se entenderá otorgada la confianza de nuevo a Urtaran, al tiempo que también se producirá la aprobación automática de su proyecto de presupuestos, conforme al borrador presentado el pasado 30 de noviembre, y al que se pueden incorporar también algunos de los posibles acuerdos que se logren estos días en la ronda de negociaciones que se inicia hoy y que concluirá el jueves.