Vitoria - Vitoria se prepara para ejercer su derecho a la democracia directa. Como adelantó el jueves DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el Ayuntamiento ha reservado el 26 de noviembre de 2017 como fecha para una posible consulta popular que, se hará en caso de que haya una propuesta que trate sobre un asunto de interés público de relevancia general y de carácter local, que afecte y sea de competencia municipal”.
Así lo marca el reglamento orgánico de consultas ciudadanas, aprobado por unanimidad en el Pleno del Ayuntamiento de Vitoria, que entró en vigor el pasado 6 de octubre. El objetivo es que los diversos agentes sociales puedan actuar con previsión a la hora de trabajar sus peticiones. Una novedad que ha sorprendido a más de un colectivo consultado por el periódico, pese a que todos celebran que se dé voz y voto a la ciudadanía, siempre que se trate de una obra de gran calado en la urbe gasteiztarra y de competencia del Consistorio. Lo que no tiene discusión para la mayoría de los agentes consultados por este periódico es que en las urnas se opine sobre la continuidad de la feria taurina de La Blanca, al incumplir derechos fundamentales, como el de la vida de los animales.
Un barrio que valora seriamente una propuesta es el Casco Viejo: “La rehabilitación de las viviendas del barrio de más de 50 años, como proyecto integral necesario y urgente, es una necesidad imperante”, recalca Manu Arakama, portavoz de Gasteiz Txiki, a quien le parece “muy positiva” la fijación de la fecha para una consulta popular porque confirma la necesidad de la participación ciudadana como eje fundamental del Ayuntamiento. También ve con buenos ojos que Vitoria dé su voz respecto al BRT, tranvía o soterramiento. “Todo lo que sea transporte público y modernizar la ciudad es positivo. Otra cosa es establecer prioridades porque hay temas de carácter social más urgentes, como el de la rehabilitación de viviendas, la pobreza energética o el acceso a una vivienda digna, que siempre se quedan en segundo plano”.
Para Ángel Lamelas, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Álava (FAVA), y uno de los impulsores de la votación que se llevó a cabo para que la estación de autobuses no se construyera en el parque de Arriaga, “la consulta popular se debe hacer para obras de gran calado para la ciudad con competencia única del Ayuntamiento”, insiste. El líder vecinal no es partidario de que se discuta sobre proyectos que se financian conjuntamente en la ciudad. “Imagínate que nos gastamos el dinero en la consulta del soterramiento y luego no tenemos la autorización de ADIF, el administrador de infraestructuras ferroviarias”, plantea el portavoz vecinal. Es por eso que Lamelas insiste en que todas las consultas se hagan con mesura, “porque cuestan dinero a las arcas municipales”, remarca, y recuerda que la FAVA lo que “ahora mismo pide es evitar los abusos de la cota cero a los locales comerciales, tal y como lo acaba de aprobar el Supremo, que el Ayuntamiento saque una normativa porque cada comunidad tiene unos estatutos diferentes”.
Ecología y movilidad Otro colectivo vecinal que pide que el tema a discutir sea una obra de calado para Vitoria es Salburua Burdinbide. “La idea de la consulta nos parece bien, siempre que sea de cosas que nos afecten a todos y que no vayan en contra del Plan Estratégico de Ciudad, como la política verde o derechos de los animales, como sería el caso de discutir sobre si toros sí o no”, explica su portavoz, Ioseba Martínez de Guereñu. En su opinión, preguntar respecto al BRT, tranvía o soterramiento “está bien, aunque quien mejor lo sabe son los técnicos, que tienen todos los conocimientos al respecto”. Otra cosa, a su juicio, fue cuando se preguntó a los vecinos si la ubicación de la estación de autobuses en Arriaga era la correcta. En su barrio, de momento, no ve algún tema a tratar en una consulta. Algo parecido les pasa en Zabalgana. “De momento no se me ocurre nada, pero en todo caso hay que discutirlo en el barrio para tener consenso”, dice la representante de Zabalgana Batuz, Leila Martín.
Respecto a otros agentes sociales, como Ekologistak Martxan, les parece que la reserva de la fecha para la consulta es “empezar la casa por el tejado”. Para los ecologistas lo prioritario es fijar las peticiones y no el día, “para no ser un concurso de a ver a quién se le ocurre la idea más brillante”, critican.
Para el portavoz del colectivo, Andrés Illana, hay “temas intocables”, como el derecho a los animales y la feria taurina, que nunca deberían tratarse. Más a favor se encuentra del blindaje de los Montes de Vitoria. “Pero hace falta mucha pedagogía para tener toda la información. Está claro que la ciudad votaría a favor y los del medio rural en contra”, dice Illana.
Gasteizko Bizikleteroak hasta ahora no se han planteado proponer ninguna pregunta. En el ámbito en el que se mueven, el de la movilidad, deben primar “los aspectos técnicos”, señala su portavoz, Rubén Rodríguez. “Si hace años se hubiera consultado que los coches no pasaran por la calle Dato o Postas, no se habría hecho nunca. Ellos insisten en que Vitoria debe primar la movilidad más autónoma y sostenible. Tal sería el caso de la mejora de los desplazamientos en los caminos escolares, marcados en la Agenda 21, o el de evitar estrechas aceras, como en Manuel Iradier.