Trebiño - La marcha de Ignacio Portilla tras tantos años de gestión e iniciativas en pro de la integración da la impresión de una ruptura con el proceso que se estaba siguiendo?

-No es una ruptura como tal, simplemente es un cambio. Opinamos que hay que cambiar la manera de actuar porque se está viendo que llevamos 20 años con la misma política de actuación con el tema de la integración y eso no está funcionando. Entonces, cuando algo no funciona dilatadamente en el tiempo, hay que darle una vuelta para que se puedan ir valorando otras opciones, o buscar otras situaciones, en las que lleguemos a que el diálogo sea más fácil.

¿Qué se puede lograr con ese cambio en el diálogo?

-Al final, cuando el diálogo entre las instituciones y el Ayuntamiento de Trebiño sea más fácil, las cosas pueden salir más rodadas. Cuando alguien intenta imponer algo por la fuerza por norma general eso nunca sale bien y ahora lo estamos viendo: Llevamos años que se ha intentado implantar por la fuerza y hay que dar un cambio a ese tipo de política, aunque el objetivo siga siendo el mismo.

¿Se va a intentar buscar un acercamiento con La Puebla de Arganzón?

-Es difícil. La Puebla y Trebiño tenemos prioridades diferentes. Nosotros estamos más metidos en el proceso de integración y La Puebla va buscando más el tema de los convenios. Es un distanciamiento considerable de intereses y fines, con lo cual será complicado. A no ser que, de verdad, La Puebla cambie sus pensamientos. Tendríamos que volver a hablar con La Puebla y ver qué opinan. Ellos no nos ponen obstáculos, pero tampoco quieren meterse. Creo que ahí perdemos todos. Lo normal es que fuéramos los dos a una, pero hoy por hoy está difícil. Eso no quiere decir que en un futuro lleguemos a un acuerdo y se pueda mantener una unidad.

Parece que el clima del encuentro de Burgos no tuvo tanta crispación como anteriores relaciones?.

-Ha habido cordialidad, pero siempre han tratado de evitar el tema de la territorialidad, algo que es primordial para nosotros. Por muy cordial que sea el trato que hayan tenido, e intenten el convenio, ese valor se pierde cuando estamos inmersos en unos procesos de contenciosos en los que nos han metido la Junta de Castilla y León y no quieren tratar el tema de la territorialidad. Puede haber un acercamiento, pero no es real.

¿Cómo valora la salida de Portilla?

-No me gusta que Ignacio haya renunciado a su acta y que no quiera seguir en este Ayuntamiento. En su día le volví a proponer que siguiera siendo el presidente de la Comisión de Integración. Su marcha no es buena porque al final perdemos uno de los valores, ya que ha luchado muchísimos años por este Condado y por la integración de Trebiño en Álava. Pero es su decisión y tengo que respetarla. No puedo hacer más. Pero no me gusta.

¿Se mantendrá esa Comisión?

-Sí, si se mantendrá. Quién la presidirá es otra cosa. Yo se la ofertaré al resto de concejales y quien la quiera asumir, no tendría ningún problema en dársela.