vitoria - Gorka Urtaran no puede entender, o eso dice, la polémica generada a cuenta de la gestión del Dispositivo de Atención Invernal, el servicio que refuerza la asistencia a los sin techo con cama y desayuno en el CMAS durante los meses más fríos del año. A su juicio, no ha habido ni la falta de planificación ni la precarización ni los recortes denunciados por la oposición y el tercer sector. El pliego del concurso convocado por el departamento de Políticas Sociales, y que quedó desierto porque ninguna entidad consideró adecuadas las condiciones para prestar el servicio con garantías para sus trabajadores y los destinatarios, “respetó escrupulosamente el convenio” por el que hasta el año pasado se regulaba esta prestación.

El alcalde explicó, además, que el motivo de haber pasado de un convenio a un concurso responde a que la primera figura ya ha sido, tanto en este como en otros casos, objeto de reparo por parte del interventor. “No es que no se pueda hacer, pero no es la forma más adecuada”, dijo. También defendió el contrato menor de 18.000 euros que se firmó con una entidad privada, parche temporal puesto a las 24 horas de que la oposición hubiera denunciado la llegada del frío y la ausencia de servicio. “El DAI se ha abierto antes que otros años, se está atendiendo correctamente a las personas que han acudido y ahora hay que ver si seguimos con el procedimiento negociado mediante invitación o si se hace una gestión directa”, señaló.

Urtaran aseguró que no descarta esta segunda opción, lo que abre la puerta a la posibilidad de que el Ayuntamiento lleve el dispositivo con sus propios recursos en vez de a través de subcontrataciones, modelo de gestión que hace que de vez en cuando los sindicatos del sector de Intervención Social pongan el grito en el cielo, como ha sucedido a costa del DAI. Todas las centrales han convocado una protesta para este lunes para denunciar la forma en que se ha gestionado la puesta en marcha del dispositivo de atención invernal y lo que consideran un incumplimiento total del convenio laboral.

Tanto la oposición como la Comisión Antisida de Álava, ONG que llevaba varios años a cargo del servicio, ya denunciaron esta semana que ha habido reducción de plantilla y rebaja de las categorías profesionales. En la pasada temporada, llevaron el alojamiento un trabajador social y tres integradores a jornada completa. En el pliego de condiciones del contrato que quedó desierto, se planteaba la prestación con un trabajador social y tres monitores, rango inferior, con uno de ellos al 70%. Y finalmente, con el contrato menor que se ha adjudicado por 18.000 euros a Badesten SL, son dos integradores, sin trabajador social, quienes llevan el DAI. Una estructura que, según esta asociación sin ánimo de lucro, precariza a los empleados y no permite ofrecer el servicio con el control ni la calidad necesarios. - DNA