Hoy, mañana como muy tarde, habrán desaparecido los restos de la pirotecnia que quince días después del fin de las fiestas continuaban esparcidos por la zona de las graveras de Lasarte desde la que se lanzan los fuegos artificiales. El gobierno de Gorka Urtaran reaccionó ayer mismo a la denuncia realizada por EH Bildu a través de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA y dio aviso a Escor, la empresa encargada específicamente de recoger los sacos de arena, para cumplir con una labor que debiera haber terminado hace ya una semana. Lo que también hizo, no obstante, fue defender su gestión frente a las críticas de dejadez recibidas por parte de la coalición abertzale, incapaz de entender que el Ayuntamiento de Vitoria pueda contribuir a engordar el gran vertedero ilegal en que se ha convertido este espacio de alta vocación ambiental por el incivismo de algunas personas y la pasividad de los propietarios de las parcelas que lo componen.
El equipo de gobierno explicó que, según el protocolo establecido para la gestión de los residuos que generan los fuegos artificiales, las empresas pirotécnicas contratadas por el Ayuntamiento para alegrar el cielo vitoriano han de encargarse de la recogida de los restos de pólvora. Para controlar el cumplimiento de su función, “se hizo tras las fiestas, a lo largo de varios días, un peinado de la parcela”, situada entre el IVEF y el camino de tierra que parte de la calle Maite Zuñiga, “para ver si quedaba algún elemento sin explotar”. Una vez que quedó confirmado que no había riesgos, el gabinete de Urtaran dio vía libre para la retirada del resto de elementos, labor de la que se encargan desde hace un tiempo dos empresas. Por un lado, Emaus, dedicada específicamente a materiales “no peligrosos”. Por otro, Escor, que ha de llevarse los sacos de arena. La primera cumplió con su parte, en un trabajo de varias jornadas. La segunda, no. Y ha tenido que ser la denuncia de EH Bildu la que destapara la negligencia para ponerle fin.
Otro desenlace que también está cerca, y esa es la mejor noticia, es la conversión de las graveras de Lasarte en un gran parque periurbano que favorezca la transición con los Montes de Vitoria, la regulación de los ríos del sur y la evacuación de aguas subterráneas limpias al Zadorra. Es lo que EH Bildu lleva pidiendo desde hace años, un proyecto que el gabinete de Gorka Urtaran ha adoptado como estratégico en esta legislatura. Y prueba de su compromiso es que las conversaciones y los estudios necesarios para caminar hacia la recuperación y conversión de la zona, tarea en la que tienen mucho que decir el Gobierno Vasco y Kutxabank, propietaria de buena parte de los 350.000 metros cuadrados que componen la zona, están en la recta final, a punto de concluir.
Uno de esos bloques de trabajo tiene que ver con los ríos que discurren por el sur de la ciudad. Según explicó el equipo de gobierno, se está terminando de desarrollar un trabajo en colaboración con la Agencia Vasca del Agua, URA, que permita la construcción de balsas de laminación que contengan las aguas del Batán y el Zapardiel, haciendo de ellas un recurso de prevención de las inundaciones que ocasionalmente provocan. Al mismo tiempo, el Ayuntamiento ha mantenido reuniones con Kutxabank, propietaria de en torno a 180.000 metros cuadrados de terrenos de acuerdo a los datos municipales, con la intención de cerrar el Anillo Verde y para favorecer la transición del entorno urbano con los Montes de Vitoria.
“Lo que se ha estado haciendo en los últimos meses es definir el número total de hectáreas propiedad de Kutxabank que se integrarían en el proyecto”, señaló el gobierno municipal. Lo que no aclaró es cómo sería el cambio de titularidad de esos suelos, si a cambio de dinero o una transacción gratuita. EH Bildu tiene claro, y así lo señaló este martes al denunciar la degradación de las graveras de Lasarte, que la entidad financiera debería hacer gala de su compromiso social como caja de ahorros y mostrar la corresponsabilidad recíproca que el Ayuntamiento tuvo con ella gracias a la generosa cesión del edificio Krea. Justo lo contrario de lo que, a su juicio, ha hecho durante las últimas dos décadas. La coalición abertzale siempre ha creído que los titulares de los terrenos habían dado vía libre a la degradación, mirando para otro lado mientras la gente vertía toda clase de basuras con la connivencia de los partidos que la gestionaban.
En cualquier caso, esta es una época distinta. Hace tiempo que en Kutxabank no se habla del sur en términos de ladrillo porque ya no tiene sentido hacerlo y existe un compromiso institucional para recuperar medioambientalmente el espacio. De hecho, según explicó el gobierno de Urtaran, también se está terminando de elaborar un estudio para conocer con exactitud el grado de contaminación de las tierras. En función de los resultados que arroje, se determinará el volumen de las tareas de limpieza que hay que llevar a cabo. “No es lo mismo un nivel leve que uno grave que implique la retirada y limpieza de toneladas de tierra”, especifica. También así podrá fijarse el coste, seguramente elevado. Hace dos legislaturas, el gabinete de Patxi Lazcoz contabilizó en 2,4 millones de euros la inversión para actuar en todo el perímetro. Y, desde entonces, la presencia de vertidos incontrolados, escombreras y chabolas no ha dejado de crecer. - DNA