Amurrio despidió a Iguarrako y con él la presente edición festiva la medianoche del miércoles. Y ayer, mientras la brigada de limpieza sometía a las calles a un baño integral y la juventud del txosnagune desmontaba los escenarios y tabernas portátiles del parque, en el interior del Ayuntamiento, la alcaldesa Josune Irabien, acompañada de la concejala de Fiestas, Nuria López, y la segunda representante del PNV en la Comisión de Fiestas, Estíbaliz Sasiain, realizaron una primera valoración de los seis intensos días de fiesta vividos en el municipio.
El balance del largo centenar de actos disfrutados lo resumió la regidora con un “altamente positivo, gracias a la multitudinaria participación que ha traído consigo el buen tiempo y con una significativa ausencia de incidentes de consideración, salvo los imprevistos que siempre surgen en eventos a pie de calle y que hemos intentado salvar como hemos podido”.
Para avalar sus palabras dio cifras tales como que en la morcillada del día 14 se vendieron más de dos mil bocadillos, en la carrera ciclista tomaron parte más de 180 corredores y a la comida del día 17 en las campas de San Roque asistieron más de 850 personas. “No hay mejor termómetro para medir el éxito festivo que lo que nos han trasladado carniceros, bares y txosnas. Los primeros agotaron en tres días las reservas de seis, y el sector hostelero nos ha señalado como días en los que han trabajado como hacía ya mucho tiempo las tardes-noches del txupinazo (viernes 12), y las jornadas en las que actuaron Kiko Veneno (sábado 13) y Kalakan (lunes 15). Eso sí, el mayor ambiente se ha dado en horario semi diurno. Se ve que van cambiando las tendencias, aunque la noche también invitaba a dar una vuelta”, apuntó la primera edil.
El pero hay que encontrarlo en la franja vespertina, ya que “las altas temperaturas no animaban a salir de casa”, matizó. De hecho, la comida de cuadrillas del día 14 tuvo que trasladarse de la plaza San Antón al interior de Matías Landaburu, para que la juventud no muriera de sofoco. Uno de los actos que más se resintió por el excesivo calor fue el espectáculo de caballos Duende Ecuestre de la tarde de San Roque, con escasa afluencia de público. No obstante, Irabien también intuye que “ha habido una especie de campaña para no asomarse por la plaza de toros, tras decidir no celebrar este año la novillada, por lo que habrá que abrir un nuevo debate para revisar este capítulo festivo”. Algo que también está pasando en Vitoria.
El calor trajo consigo asimismo tormentas de verano que, sobre todo, hicieron mella en la tarde de Nuestra Señora. “Hubo que suspender el concurso de recortadores, pero no así el espectáculo de danzas vascas que había preparado con mimo Aiara Dantza Taldea y que, aunque con un poco de retraso sobre la hora prevista para que se despejara el suelo de granizo, abarrotó la plaza Juan Urrutia”, informó la alcaldesa.
Las que, por fin, fueron puntuales (tan sólo diez minutos de retraso) fueron las cuadrillas en el desfile de carrozas de la noche de San Roque. Sin duda, el acto que, junto al txupinazo, más gente ha concentrado estas fiestas. “Son una figura a cuidar y mucho, porque son el alma y esencia de nuestras fiestas. Y este año, además, con eso de que era el 50 aniversario de Dantza Lagunak, han animado las calles como nunca, sus representantes han estado en prácticamente todos los actos, y el nivel de las carrozas, que implica que muchos y muchas estén trabajando en su fabricación, mientras el resto estamos de juerga, ha aumentado, y quiero felicitarles públicamente por ello”, aplaudió la alcaldesa.
Para quien Irabien tuvo un agradecimiento especial fue para Manolo Plaza, Olentzero. “El pregonero de esta edición se ha metido mucho en el papel y ha sido omnipresente. Más que yo”, confesó Irabien. Se le vio especialmente emocionada “por lo vivido el día del joven de ayer cuando visitamos la residencia de ancianos”. “No puedo expresar con palabras el cariño con el que Manolo trata a nuestros mayores. Le estoy enormemente agradecida y, encima, me ha trasladado que esta experiencia le ha hecho ver las fiestas desde el otro lado, y que va a movilizar a la gente de su entorno para que colabore con la Comisión de Fiestas y aporte nuevas ideas”, sentenció Irabien.
Por su parte, López y Sasiain se congratularon de no haber tenido que activar el protocolo de violencia de género. “No hemos recibido ni una llamada. Las fiestas no han registrado agresiones sexistas. Al contrario, la juventud se ha volcado en la campaña acudiendo a los puntos de información, y agotando las chapas, pegatinas y vasos con lemas pro igualdad de género que editamos”, confesaron orgullosas.
Igualmente exitosas han resultado las campañas de concienciación en torno al consumo de alcohol y tabaco, así como la del fomento del uso del euskera en las calles. En definitiva, un primer balance festivo “altamente positivo”, sobre el que en septiembre habrá que incidir, de cara a mejorar y comenzar a preparar las del año próximo.