vitoria - Las fiestas han transformado Gasteiz estos días en el auténtico planeta de los simios. Los muñecos de pequeños monos de mil colores con luces en los ojos han triunfado como pocos entre blusas, neskas, niños y adultos.

¿Cómo han ido las fiestas para usted?

-Muy bien. Estoy encantado, ha sido la primera vez que vengo a las fiestas de Vitoria y me ha gustado mucho estar aquí estos días. Han sido unas fiestas muy bonitas y la gente ha sido muy amable.

¿De dónde viene?

-Vengo de Toledo.

¿Y cómo son los vitorianos a la hora de comprar? ¿Regatean mucho?

-Sí, negociáis mucho los precios, la verdad. Sois los que más regateáis de todos los sitios donde he estado. Pero muy bien, cordialmente. Me voy con la impresión de haber conocido muy buena gente, muy auténtica.

¿Sabía lo que se iba a encontrar aquí? Blusas y neskas, el paseíllo...

-No, la verdad es que no. De hecho este verano ha sido la primera vez que vengo al País Vasco.

¿Por qué se ha animado?

-Me dijeron que aquí se daban bien las fiestas en tema de ventas, así que me animé. Antes he estado estos días en las de Santurtzi y Barakaldo. Y hoy que se acaban las fiestas aquí en Vitoria mañana me voy ya para otro lado.

Hablemos de los monos. ¿Qué tienen para haberse convertido en el producto estrella de las fiestas?

-Los monos han sido un auténtico pelotazo este año. Yo creo que es por el sonido que tienen cuando les aprietas y las luces que se le encienden en los ojos. A la gente le gustan mucho, les parecen graciosos.

¿Cuánto cuestan?

-Valen cinco euros.

¿Y quién los ha comprado más estos días? Los blusas y neskas, los niños...

-Todo tipo de gente. Ayer por ejemplo vino una mujer mayor, de unos ochenta años, y se llevó dos para los nietos, y otras personas también compraban varios.

Dejando a un lado los simios, ¿qué productos se han llevado más los vitorianos?

-Además de los monos, la estrella han sido las pistolitas de pompas, que han tenido muchísimo éxito también y se han vendido tanto o más que los monos. Y los perritos de la patrulla canina, que están de moda.

¿Cuántas horas ha metido al día aquí en el puesto de la Plaza Nueva?

-Un montón. He estado aquí cada día en este puesto desde las ocho de la mañana hasta por la noche, a la hora que fuera. Unos días hasta las once, otros hasta las doce... Dependiendo de la gente que hubiera ese momento por la calle y que se acercara a comprar.

Días duros.

-Sí, es muy duro estar aquí todo el día de pie. Pero es lo que nos toca, hay que buscarse el pan.

¿Ha afectado mucho estos días a los puestos de venta legales como el suyo el número de vendedores ambulantes ilegales?

-Sí, el tema de la venta ilegal nos afecta bastante, pero aún y todo no se ha dado mal. Los que tenemos el permiso pagamos unas tasas y hay gente que no las paga, pero tampoco les puedes decir nada porque no eres policía, así que qué les vas a decir. - DNA / Foto: José Ramón Gómez