vitoria - ¿Está aprovechando las rebajas para comprar lo que necesita? Tanto pequeños establecimientos de Vitoria como las grandes cadenas de moda abaratan sus productos estos días con ofertas tentadoras para los usuarios y que en muchos casos se hacen irresistibles. No hay que olvidar que en el periodo de rebajas se recortan los precios, pero nunca los derechos de los clientes. La mayoría de los descuentos están en torno al 50%, pero en algunos productos como los de cosmética pueden tener solo un 10% y otros como los de temporada, tipo bañadores, pareos o gorros, pueden llegar hasta el 70%. Sin que cunda el pánico y sin la necesidad de reproducir esas imágenes de descontrol tan típicas de este acontecimiento anual, la temporada estival de descuentos que comenzó el 1 de julio es uno de los momentos más anhelados para los amantes de la moda, una ocasión extraordinaria para comprar prendas y accesorios a un precio mucho más asequible.

Para fomentar una compra responsable, Yolanda Caral, asesora de imagen y personal shopper de Vitoria (https://yolandacaral.com), ha elaborado una serie de consejos con los que lograr que las rebajas no afecten demasiado al bolsillo y para sobrevivir con éxito a este periodo. En primer lugar, la mejor forma de controlar el gasto es, sin duda, poniendo límites. Cada uno tiene que hacer sus propias cuentas -y examen de conciencia- para saber lo que se puede gastar durante el periodo de rebajas. “Es la mejor manera de dejar a un lado las compras superfluas y apostar por aquello que de verdad importa”, explica esta experta en moda y bloguera.

Entre las premisas a tener en cuenta antes de salir a las rebajas, Caral recomienda llevar una lista hecha de antemano para evitar las compras compulsivas. “Hay que elaborar previamente una lista donde fijaremos los objetivos prioritarios, es decir, aquellas prendas que necesitamos, y la terminaremos con algún que otro capricho ¡también nos lo merecemos! Ante todo debemos elaborarla para cumplirla escrupulosamente. Esta lista facilitará las compras y evitará tentaciones innecesarias”. Además, recomienda fijar siempre un presupuesto. “Es una de las formas más efectivas para tener el gasto controlado. Es importante ponerse límites, saber cuánto puedes o quieres gastar en este periodo para evitar comprar de más”.

Las rebajas de verano se extenderán a lo largo de todo el mes de julio y en muchos establecimientos durarán hasta agosto con el fin de fomentar las compras durante el periodo estival. Según la ley, no deben de durar menos de 15 días ni más de dos meses y, en todo caso, cada establecimiento está obligado a indicar en el escaparate la fecha del periodo de rebajas. Hasta hace unos años, las fechas de rebajas eran más concretas, pero ahora cada tienda tiene las suyas, siempre respetando al menos dos grandes momentos: enero y verano.

Con la lista en la mano y un presupuesto máximo, esta asesora de imagen y personal shopper recomienda encarecidamente marcar una ruta de tiendas que visitar antes de salir. “Es mi forma de trabajar. La ruta la debes comenzar acudiendo primero a aquellas tiendas donde sabes que encontrarás lo que estás buscando. Este método hará que no solo ahorres dinero, sino también tiempo. Además, los chollos no suelen aparecer en las primeras rebajas, más bien son al final y después de buscar y buscar. Pero son posibles”.

En una ciudad con las características de Vitoria, Yolanda Caral opta por callejear entre las pequeñas tiendas para encontrar los chollos. “Apuesto por el pequeño comercio a pie de calle, donde esta ciudad tiene propuestas muy interesantes. Hay muy buena oferta que está por descubrir. El pequeño comercio de Vitoria te da muchas posibilidades de encontrar prendas únicas y huir de las masificaciones, lo que hace que tu prenda sea singular, y a ti te haga sentir especial por ello”, remarca esta bloguera.

Una vez en la tienda, es imprescindible mirar bien las etiquetas. Deben mostrar el precio original junto al rebajado, o bien indicar de forma clara el porcentaje de la rebaja. Además, el etiquetado debe ser igual que el de los productos no rebajados: debe estar redactado en alguna de las lenguas oficiales del Estado, y detallar las instrucciones de planchado y lavado. Los clientes no deben olvidar una máxima que todos los años la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ofrece: la calidad no puede diferenciarse en nada de la que tenían antes de estar rebajados.

calculadores Frente a las dos posibilidades de pago, con tarjeta o en metálico, la asesora de imagen considera que llevar la tarjeta hace que, a veces, se pierda la noción del gasto. “Tienes que ser muy calculador para pagar con tarjeta y gastar lo previsto. Siempre que la controles me parece una buena herramienta. Si por el contrario la tarjeta te da sorpresas una y otra vez, lleva el dinero contigo, será más fácil ser consciente de lo que gastas”, explica Caral.

En algunos establecimientos hay unas condiciones especiales para las compras en periodo de rebajas (sobre la aceptación del pago con tarjeta, las devoluciones, etc.). Pueden hacerlo, están en su derecho, pero esas condiciones deben indicarse expresamente. En caso de duda, hay que preguntar al responsable del establecimiento si se puede cambiar algún producto y cuánto tiempo hay para ello. Es decir, es imprescindible comprobar qué política de devoluciones tiene cada comercio, sin olvidar que si el artículo está roto o deteriorado, el cliente siempre tiene derecho a cambiarlo. Si surge algún problema, es recomendable solicitar la hoja de reclamaciones y plasmar la queja en ella. Además, tal y como recuerdan desde la OCU, antes de comprar una prenda, hay que revisarla bien. Por eso, el cliente no debe dejar que le vendan artículos con taras, deteriorados u obsoletos. En este caso serían promociones, saldos o liquidaciones.

Como último paso, Yolanda Caral recuerda la necesidad de guardar todas las facturas para cualquier devolución o cambio. “Hay que asegurarse que se puede llevar a cabo una posible devolución. Entiendo que en la mayoría de las ocasiones, cuando compramos en rebajas, hay demasiada gente, prisas, alboroto, lo que provoca que no podamos apreciar si realmente la prenda nos sienta bien. Llevarse la prenda a casa y mirarla con detenimiento, calma y tranquilidad ante nuestro espejo, hace que veamos con más claridad si la prenda se adapta a nosotros y a nuestro estilo”, señala la asesora de imagen.