Vitoria - Podría parecer que se trata de un producto humilde. Y lo es. Y de hecho ha estado a punto de desaparecer por falta de atención. Sin embargo, la fortuna quiso que Slow Food Araba estuviera pendiente de los productos alaveses en riesgo de ser olvidados para siempre y desde esta semana muchos ciudadanos ya saben que existe una lechuga, la martina, que se ha rescatado de la extinción.
A través de su presidente, Alberto López Ipiña, Slow Food Araba organizó un acto en la sede de Zapardiel para dar a conocer esa verdura, contar cómo se rescató y el trabajo que desarrolla la asociación, tanto a nivel de Álava como del Estado, para que no se pierdan numerosos productos que en su día mantuvieron con vida a muchos pueblos.
López Ipiña explicó que en la asociación, que cuenta con unos 200 socios, existe un área de trabajo muy potente que se dedica a buscar, a interesarse por productos que están en riesgo de desaparición. De esa forma se dio con la pista de que en la zona de Arlucea, en Montaña Alavesa hubo una lechuga autóctona, con un proceso de maduración más largo que otras variedades, a la que se había dejando de dar importancia y apenas había un par de personas que la cultivaban para consumo propio. De inmediato se puso en marcha el proceso de localización y estudio y a través de un socio, Eduardo Urarte, se supo que su madre, Raimunda, tenía semillas de la esa lechuga, gracias a que se las había dado otra vecina, Martina, razón por la que se le dio ese nombre. Una vez localizada se realizó la ficha especial que se prepara de cada producto rescatado y se ha incorporado a la llamada Arca del Gusto, una iniciativa de Slow Food España que “recupera y cataloga alimentos, agrupa razas singulares y productos gastronómicos artesanos de excelencia contrastada y elaborados en pequeña escala, que se encuentran en peligro de desaparición. El proyecto destaca el valor intrínseco de los productos que ofrece la tierra, los protege por estar arraigados en su cultura, historia y tradiciones, y promueve su consumo para salvaguardarlos como herencia y patrimonio de la humanidad. Desde 1996, 1.519 productos de decenas de países de todo el mundo han sido agregados al Arca del Gusto, por lo que estos alimentos están documentados, reconocidos y protegidos”, como define la propia asociación.
Ahora se ha incorporado a la lechuga Martina, pero antes estaban ya la patata Gorbeia o la carne de potro, por citar dos de los productos alaveses que están en ese listado de productos rescatados. López Ipiña anticipa que en un futuro se irán incorporando otros que están siendo estudiados. Son los casos de la uva agraz, una uva verde o escasamente madurada, que crece en algunos ribazos de fincas, y que tuvo un uso importante para salsas por su sabor cítrico. También se está estudiando y elaborando la ficha de la manzana-pera de la que apenas quedan unos árboles. Y se trabaja sobre la miel, que en Álava tiene sello de calidad. En este caso es más por proteger las abejas, que son insectos muy sensibles a los cambios climatológicos y por lo tanto con un alto riego de extinción. Luego está el ajo de viña, antaño muy abundante entre las renques de los viñedos de Rioja Alavesa, pero en la actualidad difícil de encontrar porque se limpia en exceso el terreno, para evitar que salgan hierbas.