Vitoria - El movimiento vecinal de Vitoria es como la ciudad. Variopinto. Hay asociaciones críticas y asociaciones conformistas, inquietas y lánguidas, con un gran volumen demostrable de socios o composición dudosa, tan capaces unas de explotar los cauces que les ofrecen la prensa, los órganos municipales de participación o Internet para pelear mil y una iniciativas, como proclives otras a mantenerse en un segundo y silencioso plano. Y todo eso acaba notándose muy bien cuando el Ayuntamiento gasteiztarra resuelve el reparto de las subvenciones municipales destinadas al desarrollo de programas y actividades, que este año contaban con una partida total de 170.000 euros a distribuir entre 26 colectivos. Los que han recibido las mayores cuantías son los que representan a los barrios nacidos con las expansiones por el oeste, este y norte: Zabalgana, Salburua y Lakua.
No es de extrañar. Detrás hay agrupaciones gruesas, activas, peleonas y fructíferas, formadas por gente joven que exige para sí los servicios y derechos consolidados que ya hay en el resto de la capital, con muchas ideas para dinamizar la comunidad. Cualidades que, aunque no con todo el peso que les gustaría, porque siempre reciben algo menos de lo solicitado, se tienen en cuenta a la hora de repartir las ayudas. En total, el Consistorio se vale de 17 criterios para puntuar los programas que presentan cada una de las asociaciones y, según los resultados, asignar el dinero que corresponda.
El requisito que más pesa, valorado del 0 al 24, es el grado de implantación en la comunidad. Le sigue, del 0 al 15, su contribución al fomento de la participación ciudadana y, del 0 al 12, la fundamentación de las propuestas. Del 0 al 10 se califica la atención a los vecinos, la asistencia a los consejos territoriales, las colaboraciones, los objetivos de barrio, la coherencia objetiva y la cantidad de actuaciones presentadas. Del 0 al 6, la evaluación. Del 0 a 5, el número de socios, las comisiones celebradas, las finalidades complementarias de los proyectos, su incidencia y distribución. Y del 0 al 4, la transversalidad del trabajo realizado. A partir de ahí, se reparten las ayudas. Si una asociación obtiene más de lo que ha pedido, se queda con lo solicitado y el excedente se reparte, en función de los resultados, entre las que habían solicitado una cantidad mayor de la que se les ha asignado de inicio.
La fórmula no termina de satisfacer a algunas asociaciones, precisamente las más activas. Según cuenta el portavoz de una de ellas, las valoraciones utilizadas para los distintos criterios garantizan cantidades para colectivos “que hacen poco o nada y se desconoce su composición” a la vez que “castigan” a las que quieren realizar un montón de proyectos porque se hace imposible superar el techo de los 10.000. Y para justificar su crítica se atiene a la tabla de reparto de las subvenciones. La asociación Zabalgana Batuz, que demandó 12.000 euros, ha conseguido la pole con 149 puntos, lo que se traduce en 9.357 euros. También solicitaron esa cantidad las situadas en el segundo y tercer puesto de la lista: Salburua Burdinbide e Ipar Arriaga, con 147 puntos y 9.198 euros respectivamente. “Y mientras, otras por el mero hecho de existir reciben un dinero que si luego no justifican tendrán que devolver pero no revertirá en las que hemos trabajado”, dice.
La lista de más a menos continúa con colectivos de larga trayectoria y otros a los que se les oye más bien poco: Judimendikoak y Kaleartean, que han recibido 144 puntos y 8.960 euros; Gure Auzune, de El Pilar, y San Martín, con 142 puntos y 8.801 euros; Aranako, con 139 puntos y 8.563 euros; Zazpigarren Alaba, la plataforma liderada por el histórico Guillermo Perea, con 137 puntos y 8.404 euros; Uribe Nogales, de Abetxuko, conocida por su férrea oposición al desembarco a medias del tranvía al barrio y su carismática líder, ya fallecida, Paquita San Bartolomé, que se ha llevado 133 puntos y 8.087 euros; Bizigarri, de Zaramaga, con 132 puntos y 8.008 euros; Adurtzakoak, con 126 puntos y 7.531 euros; Txagorribidea, con 123 puntos y 6.773 euros; Fava, la plataforma que supuestamente agrupa a la mayoría de colectivos vecinales de la ciudad, con 122 puntos y 4.000 euros; Errekatxiki, del Casco Viejo, con la misma calificación pero 3.744 puntos; Etxegorri, de Gazalbide, con 121 puntos y 4.900 euros; Gure Gordelekua, con 110 puntos y 6.262 euros; Txukun Lakua, con 109 puntos y 6.182 euros, Barrenkale, en la colina, con otros 109 pero 4.586 euros; Errota Zaharra, de Coronación, barrio que aspira ahora a una gran rehabilitación energética, con 107 puntos y 6.024 euros; Zona Sur Olarizu, con 80 puntos y 3.881 euros; y Bizilagun, cerrando la tabla, también de Coronación, con 77 puntos y 1.500 euros.
Todas ellas presentaron sus solicitudes antes del 21 de abril y todos sus proyectos fueron aceptados por haber superado los 50 puntos mínimos que establece el reglamento de la convocatoria. Eso sí, ha habido dos actividades que se han quedado fuera de las ayudas. Por un lado, las representaciones teatrales que había presentado la asociación Ipar-Arriaga, por ser contrarias al artículo 7.1., que establece que no se subvencionarán aquellas actividades que estén incluidas en la programación de otros departamentos y servicios municipales a no ser que sean complementarias de éstas. Por otro, las excursiones que propusieron en sus programas Gazteluen Auzoa como Gasteiz Txiki, exactamente por los mismos motivos.
El objetivo del Ayuntamiento con el programa de ayudas al movimiento vecinal es facilitar su labor a través de actuaciones que vayan destinadas a dinamizar la participación, estimular la cohesión social, potenciar las conductas cívicas, favorecer la integración y mejorar la calidad de vida de las personas del barrio. Sobre esa base, se consideran subvencionables cuatro tipos de servicios o actividades: los relacionados con servicios de comunicación, divulgación y asesoramiento, como revistas, boletines, cartelería, folletos, traducciones o anuncios en medios; los destinados a la formación y ocio, a través de talleres, cursos o charlas; los dirigidos al fomento de la participación de la ciudadanía y apoyo a otros colectivos del barrio, mediante debates, mesas redondas, asambleas, encuentros, foros o campañas de sensibilización sobre problemáticas que afecten a los residentes o de temas relacionados con la igualdad, sostenibilidad, limpieza, derechos humanos, voluntariado y educación en valores, entre muchos otros; y, por último, eventos festivos, culturales y deportivos que no cuenten con apoyos municipales específicos para construir una comunidad mucho más unida.
9.357
El programa de la asociación Zabalgana Batuz, una de las más activas de la ciudad, ha sido el mejor valorado de todos. Ha obtenido 149 puntos, lo que se traduce en 9.357 euros para este ejercicio. No obstante, había solicitado un total de 12.000 para poder materializar sus objetivos. Le siguen Salburua Burdinbide e Ipar Arriaga, con 147 puntos y 9.198 euros respectivamente.
4.000
La Fava nació con la aspiración de agrupar a la mayoría de las asociaciones de la ciudad. No obstante, en los últimos años su peso se ha ido desinflando a la vez que lo hacía su actividad. En la convocatoria de subvenciones, había pedido únicamente 4.000 euros, que es lo que ha recibido.
3.881
La asociación Zona Sur Olarizu es, de los 26 colectivos, que se han presentado a la convocatoria de subvenciones, la que ha obtenido la calificación más baja y la menor cuantía. Había solicitado 4.000 euros y ha recibido 3.881, al recabar 80 puntos. Por delante de ella están las dos asociaciones del barrio de Coronación.
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Sólo tres actividades de todas las presentadas por los colectivos han quedado fuera de las subvenciones por contravenir las bases de la convocatoria: las representaciones teatrales de la asociación Ipar Arriaga y las excursiones propuestas por Gasteiz Txiki y Gazteluen Auzoa.