vitoria - Ser una ciudad educadora es algo más que tener servicios o departamentos que ofertan actividades pedagógicas. Se trata de un nuevo paradigma en el que la educación sobrepasa la escuela, tanto en lo referente al tiempo como al espacio en que se desarrolla. Pero en ese marco en que Vitoria quiere desarrollarse, el Ayuntamiento gasteiztarra no puede dejar de mirar a las escuelas, ser pragmático y asegurarse de que ofrecen las infraestructuras y los recursos necesarios para que la población infantil se desarrolle con garantías y sin riesgos en las aulas. Cosas que no por ser elementales dejan de tener importancia, como lo demuestran las contrataciones aprobadas ayer por el equipo de gobierno de Gorka Urtaran.

Una de ellas afecta al colegio público de Santa Lucía, en la calle Federico Baraibar, y tienen como objetivo la renovación del tejado. Una obra que ha sido presupuestada en 85.736 euros, IVA incluido. Incluye trabajos de retirada de la actual cobertura y su sustitución por placa asfáltica, además de diversas reparaciones menores y la colocación de nuevos elementos. El plazo de ejecución, si el ritmo continúa sin contratiempos, será de un mes.

Algo menos cara pero algo más larga es la otra obra aprobada ayer. Se trata de la reforma del patio de la escuela infantil Haurtzaro, ubicada en el cantón de Santa María y conocida por formar parte del Itinerario Muralístico La Ciudad Pintada. La cantidad presupuestada es de 70.473 euros, IVA incluido, dinero con el que se pretende llevar a cabo una obra integral que contempla la mejora del pavimento poniendo fin a todos los desniveles, la eliminación de barandillas, la reubicación de los juegos ahora existentes y la sustitución del sistema de recogida de aguas, entre otras actuaciones. Trabajos que se desarrollarán, de acuerdo a las previsiones que maneja el Ayuntamiento, en 45 días.

Mientras, las familias del nuevo colegio de Marriturri esperan respuestas de la administración por las deficiencias surgidas en este edificio nuevo. Se quejan de que en la cubierta de madera de una de las canchas entra agua, además de por las goteras que tiene, por el riego de los jardines aledaños y porque no se ha tenido en cuenta que en Zabalgana sopla el viento con intensidad, lo que hace que los días de lluvia se cuele el agua entre la madera mojando el suelo. - DNA