Mercado inmobiliario y construcción van por distintos derroteros en este territorio. Mientras que las inmobiliarias de la capital alavesa coinciden en señalar que 2015 ha sido el año en el que la venta de viviendas ha empezado a despertar en Álava, las nuevas promociones que se iniciaron tímidamente en el último año en este territorio no son suficientes para que la edificación resurja de las cenizas de la devastación que sufre el sector tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Así, al menos, lo revelan los datos de empleados del sector en la provincia, que reflejan año tras año la sangría constante de sus trabajadores, al pasar de los 10.201 afiliados en diciembre de 2006, a los 4.008 empleados de diciembre de 2015 o a los escasos 3.864 de febrero de 2016, o lo que es lo mismo: 6.337 afiliados menos en la última década, de acuerdo a los últimos registros de la Seguridad Social.
“Hubo un pequeño avance a finales del año pasado, pero ahora hay muy poca carga de trabajo y no se ve mejoría este año”, lamenta el responsable de Construcción del sindicato CCOO, Juan Luis España. La última Estadística sobre Edificación y Vivienda, elaborada por el Gobierno Vasco, refleja que, efectivamente, los datos de 2015 fueron por primera vez en mucho tiempo esperanzadores en Álava, al recuperar en el último año el alza de la actividad de nueva planta, con un total de 338 actuaciones de este tipo (+15,8%), después de siete años consecutivos de pérdidas, sólo rotas con la excepción del 2011 (+3,5%). Lo mismo ocurrió en el ámbito de la rehabilitación, al haber cerrado 2015 con un total de 181 operaciones de esta clase, que suponen un incremento del 15,3%. Se trata de una dinámica favorable, que tiene que seguir creciendo los años venideros para que el sector levante cabeza, ya que cabe recordar que este territorio sigue ofreciendo la caída más intensa de Euskadi en nueva planta desde que comenzara la crisis inmobiliaria, con un descenso del 94,4% entre 2007 y 2015. Una línea descendente que durante este periodo se perfila de forma aún más nítida al considerar los datos absolutos de las viviendas en Álava, pasando entre 2007 y 2015 de 6.090 a 338.
Y, de momento, las cifras positivas de 2015 se han quedado en un espejismo que no se ha visto acompañado durante este 2016, ya que, como afirma el portavoz de Construcción de CCOO hasta la obra civil, una de las más dinámicas en el sector, también sufre los duros efectos de la recesión. “Las pocas empresas que se dedican a obra pública están paradas, tienen ERE aprobados y sufren los retrasos en las adjudicaciones por parte de la Diputación Foral de Álava”, argumenta España. A la actividad en nueva planta tampoco le van mejor las cosas, puesto que los brotes verdes que se vieron en 2015 han dejado de crecer durante lo que va de este 2016. “En estos momentos sólo hay en marcha dos edificaciones de viviendas: una es la promoción privada, detrás del Carrefour de Aretxabaleta (Vitoria), y otra en Zabalgana, con unas Viviendas de Protección Oficial (VPO) ya acabadas”, precisa el responsable sindical. Dos también son los proyectos de construcción de tipo comercial en los que se ve a la maquinaria trabajando sobre el terreno: uno, en el centro logístico de Mercadona de Jundiz, “que sería la obra más grande de este tipo en estos momentos”, y, el otro, sería el nuevo supermercardo de Lakua, situado enfrente del centro comercial de este barrio gasteiztarra, que ahora mismo se encuentra en proceso de excavación.
“La situación en Álava es más complicada que en el resto de Euskadi por todo lo que se construyó durante el boom inmobiliario, con mucha VPO en Salburua y Zabalgana, lo que ha provocado un exceso de vivienda que todavía no ha sido digerida, con una gran bolsa de pisos vacíos”, denuncia este hombre que considera que la única solución que ve de momento para que el sector vea la luz al final del túnel pasa por impulsar la rehabilitación integral de viviendas y de comunidades enteras, mediante un “plan renove que necesita la ciudad”, como el reciente proyecto aprobado para el barrio de Coronación con el fin de revitalizar los viejos distritos. “En Vitoria hay viviendas de los años 60 y 70 que necesitan una intervención importante, tanto en eficiencia energética, como en accesibilidad, como sería el caso de Zumaquera y Zaramaga”, ilustra España.
Inmobiliarias positivas Mejor ambiente respiran las inmobiliarias de la capital alavesa, en las que predomina un optimismo tras el repunte de las transacciones de viviendas experimentado en el último año. “Sí que se nota más movimiento en el mercado inmobiliario. Desde 2015 se nota una mejoría, como la que se vio de después del verano”, explica Aroa Manso, de Dato 40. Ellos, en concreto, venden tanto segunda mano como vivienda nueva. “Ahora sólo tenemos una promoción de planta nueva, unas viviendas adosadas en Aretxabaleta”, añade.
Otra de las inmobiliarias de la ciudad que ha visto un repunto en las transacciones inmobiliarias durante el 2015 ha sido Fincas Uleta. “Sí que se ha notado una mejoría en el último trimestre de 2015 y en lo que va de 2016 un ligero positivismo en la venta. Tanto VPO, segunda mano y promoción nueva porque el número de ventas va a la par, sin importar la tipología”, relata su gerente, Pilar Carolo, quien agrega que “seis u ocho meses es la media” para vender una vivienda, aunque, como remarca, “depende del precio”, con el que esté salga a la venta.
Una afirmación con la que está completamente de acuerdo Senda Inmobiliaria. “Un precio de salida atractivo, en función de la zona y de los metros cuadrados, hace que en seis meses se pueda vender una vivienda”, declara Begoña Gancedo, dedicada en exclusiva a la segunda mano. “Todo 2015 ha ido mejor en general el mercado inmobiliario, no sólo el ultimo trimestre”. En General Inmobiliaria también han visto una mayor predisposición a la compra entre sus clientes. “En 2015 se empezó a animar el mercado inmobiliario. Se vende un poco de todo”, destacan desde esa empresa. Ahora sólo hace falta que también despierte de su pesadilla el sector de la construcción.