Gasteiz - La aparición de dos animales muertos en la Zona de Especial Conservación (ZEC) de Entzia causó gran revuelo el pasado 20 de febrero. Asociaciones como Ecologistak Martxan denunciaron de inmediato lo que parecía un evidente caso de envenenamiento, pues junto a los cadáveres de ambos animales, un zorro y una garduña, se halló un trozo de carne que, de hecho, el perro del paseante que encontró los cuerpos estuvo a punto de ingerir.

Tres días después del hallazgo la Diputación Foral de Álava anunciaba el inicio de una investigación y el envío de los dos ejemplares para ser sometidos a una autopsia en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), un centro de referencia en este tipo de casos ubicado en Ciudad Real. Ahora, según informa el Departamento foral de Medio Ambiente en un escrito al que ha tenido acceso este periódico, la necropsia ha detectado la presencia de aldicarb en los cuerpos de los dos animales, en cuyos estómagos se ha encontrado sendas “porciones de carne con granulado negro”. La concentración de la citada sustancia tóxica en el zorro era de 17,2 microgramos por gramo, por 33,2 en la garduña.

Además de evidenciar el envenenamiento de los animales, que fueron encontrados en los terrenos del coto privado de caza VI-10163, los resultados analíticos confirman que el autor de los hechos utilizó un peligroso insecticida cuyo uso y tenencia está prohibido en la Unión Europa desde 2003, pero que sin embargo es el causante de la mitad de fallecimientos de animales por envenenamiento en el Estado. Su utilización como cebo para causar la muerte de animales, sin ir más lejos para el control de depredadores, está castigada por el código penal con penas de hasta dos años de cárcel.

Pese a la confirmación del envenenamiento, el diputado foral de Medio Ambiente, Josean Galera, no detalla en su respuesta si su departamento piensa tomar algún tipo de medida al respecto, tanto para dar con los culpables como para evitar que sucesos similares se produzcan de nuevo en el futuro.

En su escrito, Galera apunta que el ejecutivo foral “tiene un equipo de guardería formado por 38 personas que recorren el territorio diariamente verificando el cumplimiento de las diferentes normativas”, a los que se unen “el grupo de apoyo de Medio Ambiente de los Miñones, que cuenta con diez efectivos y siete vigilantes en el servicio de patrimonio natural”. Hace un mes, el diputado foral aseguraba que, en caso de confirmarse el envenenamiento, la Diputación “enviaría todos los informes a la Fiscalía y la Ertzaintza” para que tomaran las diligencias y medidas pertinentes, algo que de momento no consta en la respuesta sobre el caso aportada a las Juntas Generales.

Tras el hallazgo de los cadáveres en la ZEC de Entzia, la garduña en la orilla de la carretera y el zorro a unos veinte metros, Ekologistak Martxan reclamó el cierre cautelar del coto de caza hasta que no se esclarecieran las circunstancias de lo ocurrido, pues “el empleo de cebos envenenados en un acotado supone una práctica vulnerable de las condiciones de la autorización que en su día concedió la administración, y resulta obvio que el hallazgo de cebos envenenados en los terrenos de un coto de caza constituye una circunstancia muy grave”.

La autopsia a los cuerpos del zorro y la garduña realizada por el IREC, centro dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), establece también que ambos ejemplares se encontraban en buen estado nutricional antes de ingerir los trozo de carne con aldicarb, pero el veneno les provocó “una acumulación de líquido sanguinolento en la cavidad torácica”.