la crisis económica primero y el drama de las miles de personas que tratan de encontrar asilo en Europa después han azuzado el fantasma del racismo y la xenofobia en las sociedades occidentales. La emisión y la propagación de rumores infundados, de prejuicios y de estereotipos sobre las personas inmigrantes y la diversidad cultural se encuentran, en gran medida, detrás de esta preocupante realidad, de la que por desgracia Gasteiz y Álava no han sido ajenas.
¿Quién no ha escuchado alguna vez comentarios como que los inmigrantes quitan el trabajo a los autóctonos, que los extranjeros suponen un riesgo para la seguridad o la cultura occidental, que saturan la Sanidad pública o que incrementan las tasas de criminalidad? Basta con recordar la fractura social generada en la capital alavesa durante la pasada legislatura por las irresponsables declaraciones del exalcalde, Javier Maroto, en torno al colectivo magrebí y el supuesto fraude en las ayudas sociales. O, mucho más recientemente, el ataque al local de Mariturri donde pretende instalarse una mezquita tras la difusión de un escrito anónimo de tinte xenófobo, una acción muy similar a la que tuvo como escenario otro bajo del barrio de Zaramaga, también en la era Maroto.
Los colectivos implicados en la construcción de una sociedad cohesionada dentro de su diversidad, igualitaria y libre de racismo vienen ejerciendo desde hace ya mucho tiempo de muro de contención contra este tipo de comentarios y comportamientos, cada uno con sus ritmos y estrategias, pero ahora han decidido dar un paso adelante. De hecho, la casa de asociaciones Simone de Beauvoir de Gasteiz asistió este pasado viernes a la constitución oficial de la flamante Red vasca Antirrumores, Zurrumurrurik Ez, un grupo en el que ya confluye una veintena de asociaciones e instituciones unidas por este compromiso. El de cortar las alas al discurso de la intolerancia para, más a largo plazo, evitar que se genere un caldo de cultivo de desigualdad, fragmentación social y discriminación.
El Ayuntamiento de Vitoria, presente en el encuentro, formalizará esta misma mañana en la Junta de Gobierno Local su adhesión a la red, de la que también forman parte colectivos sociales como ACCEM, CEAR Euskadi, Cáritas Bizkaia o SOS Racismo Gipuzkoa y Ayuntamientos como los de las otras dos capitales vascas, Donostia y Bilbao, y de otras localidades como Eibar o Getxo, que es el Consistorio vasco con un mayor recorrido en el desarrollo de campañas contra este tipo de rumores a nivel local.
Un punto de inflexión importante en esta dinámica llegó en el año 2011, cuando el Gobierno Vasco puso en marcha la iniciativa Frena el Rumor, lo que permitió a muchas de estas asociaciones y a algunos ayuntamientos crear un primer grupo de trabajo para interconectar algunas de las iniciativas antirrumores que ya se estaban desarrollando en Euskadi, desarrollar estrategias novedosas y establecer alianzas con dinámicas similares en los ámbitos estatal e internacional. El término, sin embargo, se basa en la marca acuñada un año antes por el Ayuntamiento de Barcelona -BCN antiRumors-, pionero en este ámbito, a la que siguió después el impulso local de estrategias contra la propagación de rumores en distintos ayuntamientos del Estado, precisamente el de Getxo entre ellos.
Ekain Larrinaga, técnico de Inmigración e Interculturalidad en el Consistorio vizcaíno, fue uno de los protagonistas del encuentro desarrollado la semana pasada en Vitoria. Como no podía ser menos, por otra parte, dada la experiencia acumulada en la materia por este municipio, donde más de 100 personas han pasado ya por un proceso formativo que sirve para convertirse en agente y, como el propio término indica, actuar sobre el terreno.
Los interesados reciben formación teórica sobre cultura, identidad, estereotipos y prejuicios, así como sobre los mecanismos de creación y propagación de los rumores, y enseñanzas prácticas en habilidades comunicativas y emocionales para responder cuando surjan este tipo de comentarios en la calle. “Esto no se trata de lanzar un mensaje y dejarlo ahí, sino de trabajar conjuntamente”, argumenta en este sentido Larrinaga, aludiendo a la “sinergia de tres niveles” que ha sido necesaria para que la estrategia dé sus frutos.
El primero de esos tres niveles lo conforma esa ciudadanía de a pie, el segundo las organizaciones sociales con sus propios movimientos y el tercero, las instituciones con sus políticas públicas, tres colectivos que “trabajan en igualdad”. El “claro compromiso institucional” de todos partidos políticos con representación en Getxo, no sólo el del Gobierno de turno, también ha sido clave hasta la fecha.
Con el tiempo, la estrategia se ha transformado, se ha fortalecido, se ha ido asentando en las distintas capas del tejido municipal y ha tendido puentes con otros municipios y entidades partiendo de la base de que no es un club exclusivo, sino un movimiento abierto “a todas las personas” con capacidad crítica e implicadas en la construcción de una sociedad igualitaria. Al loro con los rumores ha sido unos de los lemas acuñados por el Ayuntamiento para reforzar su estrategia, un eslogan acompañado por el dibujo de una de estas aves acostumbradas a hablar y repetir mensajes sin mucho sentido. Las iniciativas transversales que sirven para introducir mensajes antirrumor también se han multiplicado en la localidad.
un paso importante Los integrantes de la nueva Red Vasca Antirrumores pretenden, a través de esta confluencia, generar nuevas sinergias, avanzar en la construcción de una identidad común y, desde el respeto a su autonomía, propiciar un canal para la difusión y la multiplicación del impacto social de las experiencias antirrumores generadas en Euskadi.
Otros objetivos iniciales de la red pasan por generar experiencias de trabajo conjuntas y coordinadas, donde cabría la expansión de los procesos formativos ya puestos en marcha en localidades como Getxo o el desarrollo de catálogos antirrumores, así como por incorporar nuevos agentes sociales e institucionales con los que compartir experiencias y objetivos. “Queremos dar forma e identidad al trabajo que ya se hacía, que cristalice en una estrategia común”, sintetiza, por su parte, Silvana Luciani, integrante de SOS Racismo Gipuzkoa, que también asistió al encuentro del pasado viernes en Gasteiz.
Esta entidad viene trabajando en las estrategias que buscan poner coto a este tipo de comentarios incluso desde antes de que el Gobierno Vasco pusiera en marcha su iniciativa Frena el Rumor, primero con algunas pequeñas acciones concretas y después con el impulso de talleres, de formación antirrumores o con la creación de una red a nivel provincial.
“Se trata de legitimar el discurso antirracista, de dar herramientas para contrarrestar los rumores y contra la impunidad de los discursos xenófobos”, sintetiza la representante de SOS Racismo, también esperanzada con el nuevo camino común emprendido por estos colectivos e instituciones. “Que nos juntemos nos va a permitir rentabilizar mucho más lo que estábamos haciendo por nuestra cuenta y sacar ventaja de los conocimientos que ya tenemos. Se trata de no perder el tiempo pensando todos en el mismo invento”, argumenta, por su parte, Ekain Larrinaga.
La Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Euskadi, que recientemente ha reactivado su campaña No te dejes enredar, también tiene un largo recorrido previo en esta materia y no ha dudado en adherirse a la Red vasca. “Todo esto supone constatar que si nos unimos las organizaciones, las instituciones y la ciudadanía tendremos más fuerza”, incide en este sentido la responsable de este colectivo en Álava, Rosabel Argote, también presente en el encuentro de la semana pasada.