Las víctimas del 3 de marzo de 1976 han reclamado de forma insistente, desde el mismo día en que estos sucesos convulsionaron a la Vitoria postfranquista, justicia, reparación y memoria, algo que los responsables políticos de la masacre también les han negado reiteradamente. La versión de lo que aconteció aquella negra jornada en la iglesia de San Francisco de Asís fue retorcida por los aparatos del Estado de la época y la impunidad ha perdurado con el paso de los años, una losa demasiado pesada para los familiares de los cinco fallecidos y las decenas de heridos que dejó la carga policial. Por suerte, muchas pequeñas iniciativas han ayudado en los últimos años y lo están haciendo estos días a restañar parte de esas heridas.
Un buen ejemplo de ello se vivió ayer en el Palacio de la Provincia de Gasteiz, donde la Diputación alavesa rindió un merecido homenaje a la Asociación de Víctimas del 3 de marzo a las puertas del 40 aniversario de la matanza. Allí estuvieron el diputado general de Álava, Ramiro González; el alcalde de Gasteiz, Gorka Urtaran; representantes de todos los partidos políticos con representación en el Ayuntamiento y las Juntas Generales, familiares y allegados de las víctimas... Juntos para exigir de nuevo justicia, reparación y memoria, cuatro décadas después.
“Los sucesos del 3 de marzo han marcado la vida de gran parte de los ciudadanos y ciudadanas de Álava y aun hoy nos estremecen aquellos terribles días”, subrayó el diputado general durante su intervención, antes de incidir en que “recordar estos hechos es un sencillo pero merecido gesto de reconocimiento”. González alabó la “importante labor” de Martxoak 3 para mantener vivo el recuerdo de las víctimas y justificó que, tras la concesión de la Medalla de Oro a este colectivo en el año 2008, el acto de ayer fue la “actualización” de este “gesto de reparación”.
La voz de las víctimas la aportó en esta ocasión Nerea Martínez Aranburuzabala, sobrina de Pedro Mari Martínez Ocio, uno de los cinco trabajadores asesinados el 3 de marzo de 1976 tras la brutal intervención de la Policía Armada. Martínez remarcó la importancia de seguir visibilizando unos hechos “que la versión original trató de tergiversar” y lamentó la impunidad de la que siguen gozando sus autores, muchos de los cuales, además, han fallecido en los últimos años. “Quedan muchas cosas por conseguir para que se haga justicia y se castigue a los responsables”, insistió la familiar.
Antes del homenaje, los sindicatos ELA, LAB, ESK y Stee-Eilas comparecieron junto al monolito en recuerdo a las víctimas para llamar a la población a participar en la tradicional manifestación del 3 de marzo. La marcha tendrá lugar el próximo jueves a partir de las 19.00 horas y variará su recorrido habitual: partirá desde la plaza de la Virgen Blanca y concluirá junto a la iglesia de Zaramaga que fue el trágico escenario de los hechos. Allí se realizará un homenaje “muy visual” en el que los sindicatos esperan que tomen parte “miles de personas”.
Ignacio Funes, portavoz de ESK, resaltó que a pesar de que “no ha sido fácil” después de tanto tiempo “se ha conseguido mantener viva la llama del recuerdo”.