aún sigue siendo una potencia por descubrir en toda su dimensión. Pero mientras llega el momento de que el aceite de oliva virgen de Rioja Alavesa deje de ser un complemento para empezar a hablar de tú al vino de la comarca, este oro líquido se va consolidando como una atracción para los sentidos por su extraordinaria calidad.

Una calidad que será anunciada, como se viene haciendo desde hace cinco años en el transcurso de la Fiesta del Aceite de Rioja Alavesa, en Moreda de Álava, el día 27 de marzo. Y a la espera de la certificación de la calidad, ya se puede hablar de la cantidad, al menos de la producción que controla la Mesa del Aceite y el Olivo de Rioja Alavesa (MAORA), que no es todo, ni mucho menos. Según los datos del departamento técnico de Maora, que dirige Iker Díaz de Cerio, las aceitunas que han entrado en los trujales de la comarca durante el vareado u ordeño de la última campaña, a finales de 2015, suman un total de 384.000 kilos. Con el molturado, el prensado, de esas olivas se han podido obtener unos 77.000 litros de aceite de oliva virgen de varias categorías: ecológico, con Label de Calidad y de autoconsumo. Teniendo en cuenta que la transformación de oliva en aceite es una quinta parte de su peso, Díaz de Cerio explica que en el trujal de Lantziego entraron 84.000 kilos de olivas, con las que se han podido elaborar en torno a los 17.000 litros de aceite. En el Trujal-Almazara de Rioja Alavesa, la empresa privada de Oion que tanto ha peleado por el reconocimiento del aceite, entraron 92.000 kilos, que finalmente supusieron unos 18.400 litros de aceite de oliva virgen con Label de Calidad. En la misma población, Oion, pero en las instalaciones de la cooperativa San Bizente, entraron 45.000 kilos, por lo que unos 9.000 litros se destinaron principalmente para autoconsumo.

Junto a estas cifran sobresale la producción de Moreda de Álava, donde el protagonismo del trabajo agrícola es cada día mayor para el olivo. Durante la última campaña se han recogido 163.000 kilos de olivas, con los que se ha obtenido, tras la molturación, 32.700 litros.

En Moreda, el destino de las olivas es el Trujal La Equidad, una antigua instalación, que conserva sus muelas y maquinaria antigua, pero que se ha adaptado a los tiempos actuales a la hora de molturar con nuevas equipaciones, respetuosas con los procesos tradicionales de elaboración. De esta manera, durante el último trimestre del año, de los 163.000 kilos se han trabajado de manera diferente tres formas de crear aceite: con el sello ‘ecológico’ se destinaron 16.000 kilos, cuyos trabajos, tanto de campo como de almazara, garantizan la denominación que ostentan. Otros 27.000 kilos conformaron el procedimiento para ser catalogados con el sello Label de calidad. Por último, 120.000 kilos entraron para su transformación en aceite de autoconsumo o de venta directa. Con este panorama los consumidores tienen este año a su disposición 3.200 litros de aceite de producción ecológica elaborados en La Equidad de Moreda de Álava y que se comercializan a través de las marcas Rivo de Moreta, Hermanos Bujanda y Fincas de Aztule. Otros 23.800 litros tiene la garantía del sello Euskolabel y proceden de la Almazara privada de Oion, 18.400 litros, y, de La Equidad, los restantes 5.400. Este grupo se comercializa a través de varias marcas, como son Trujal Almazara de Rioja Alavesa, La Equidad, Arrolán, Josu Blanco, Flor de Primicia, Martín Cendoya, Laudo, Ostatu, Altos de Esquide, Lágrimas de Olano, Entreviñedos y Polus. Finalmente está el aceite que se destina a autoconsumo o venta directa, que tiene todos los parabienes del aceite de oliva virgen extra de Rioja Alavesa y que principalmente canaliza su comercialización a través de Rivo de Moreta. Virgen de Estíbaliz, Ondalán, Luis R. y Hermanos Bujanda.

En todos los casos estos aceites llegan a los consumidores en envases de medio litro, de dos y de cinco. El denominador común de este cultivo es el uso de una única variedad, la Arroniz, un olivo que se adapta muy bien a los suelos y el clima de Rioja Alavesa y que por tradición es el que se cultiva desde siempre en la zona. Un cultivo que ha tenido durante siglos tintes de autoconsumo, de complemento para la alimentación en los hogares de los productores, pero que habían llegado a la comarca de la mano de los fenicios y posteriormente, con carácter extensivo, de los romanos, que lo usaban tanto en la cocina como en el cuidado de la salud o como combustible para iluminarse.

Esta homogeneidad permite un mejor desarrollo de los parámetros de calidad, ya que los numerosos trabajos de investigación que se llevan a cabo con esta variedad permiten el aprovechamiento por parte de todos los productores-elaboradores. De esta manera, este año pasado se ha avanzado mucho para combatir los ataques de la mosca prays, los agricultores u olivicultores tienen interés en acudir a las sesiones de formación que se desarrollan por parte de la Mesa del Aceite y el Olivo y se ha logrado una buena coordinación para el desarrollo de los trabajos en el campo, donde buena parte del éxito radica en adaptarse a los plazos y labores que se marcan para las diferentes variedades de elaboración. La coordinación también está sirviendo para crear redes de alerta, como cuando la bacteria xylella entró a Europa por el puerto de Rotterdam (Países Bajos), en unas plantas de café infectadas procedentes de Costa Rica en octubre de 2013. Desde entonces, Puglia, región del sur de Italia, está siendo la zona más afectada con cerca del 10% de sus olivos dañados y desde Maora se sigue paso a paso la enfermedad, aunque los técnicos aseguran que la variedad Arroniz es bastante resistente a esa plaga. Otro beneficio añadido ha sido el impulso que está teniendo el turismo vinculado al olivo y al aceite. Empresas, como Enoaventura, han creado rutas, programas de cata y actividades específicas que aúnan gastronomía y cultura, así como recorridos para conocer los trujales que aún quedan en funcionamiento o saber de otros muchos ya cerrados. Por ello lo habitual es encontrarse con trujales en numerosos pueblos. Y cuando la instalación no está, queda el nombre del paraje, de la calle o la denominación en unas ruinas. En algunos lugares, como en Yécora, han logrado rescatar esos espacios y les han dado, con la rehabilitación, una función didáctica e informativa. Por ello es esta localidad y su trujal el lugar donde se realizan las presentaciones de la fiesta más importante del aceite de oliva de Rioja Alavesa.

Pero también hay otras instalaciones como el museo que se habilitó en Barriobusto o el trujal que permanece cerrado en Lapuebla de Labarca, en uno de los extremos del puente que salva el río Ebro y otras instalaciones menores, de carácter privado, que aún existen pero cerradas al público en muchos pueblos. Asimismo, no es desdeñable la actividad que se viene llevando a cabo a través del Proyecto Oleum, una iniciativa impulsada por Fernando Martínez Bujanda y que se coordina desde Maora, tato con gente de Indesa como cumplidores de condenas en Zaballa, y con el que se puso en marcha una especie de bolsa de olivares abandonados.

La idea consiste en que quien tenga un olivar abandonado lo ponga en manos del Proyecto Oleum para su recuperación. Además, esta cesión se puede hacer de diferentes maneras y con resultados distintos. La primera alternativa es que el olivar vuelva a esa misma persona que lo cedió para su explotación y en ese caso los costes y los gastos de los salarios de la gente de Indesa correrían, en buena medida, a cargo de la persona cedente. Otra opción es que el olivar pase a manos del propio Proyecto Oleum y los costes serían a cargo de Oleum. Por último, en el tercer caso, consiste en que la persona que ceda el olivar al proyecto Oleum, ceda también los derechos para que sea una tercera persona quien lo explote. En este caso sería la comarca, u otra persona interesada en elaborar aceite como hacen diferentes marcas en Rioja Alavesa o que sean personas ajenas al campo procedentes de Logroño, Vitoria, de San Sebastián, Bilbao? quienes adquieran el olivar para hacer su propio aceite todos los años. En este caso, el coste de la recuperación correría a cargo de la persona que lo va a explotar. La iniciativa está funcionando, ya que Oleum dispone de más de 350 olivos.