navaridas - Donde hubo un barrio de bodegas en Navaridas ahora queda un gran solar que da a varias calles. Allí se aprecia que los calados que hubo en la zona están repletos de piedras y escombros, que tratan de dar estabilidad al resto de edificios y a gran parte de la localidad. Según explica el alcalde, Miguel Ángel Fernández, “lo que ahora hemos hecho ha sido eliminar todo el peligro de lo que llamamos la zona cero”. Con las primeras partidas de dinero que había para solucionar el problema del hundimiento progresivo de la localidad lo primero que se ha hecho ha sido eliminar el riesgo, “salvar lo que se ha podido salvar, para lo que hemos hecho unos trabajos de prevención para que no hubiera más hundimientos, reforzando muros, apuntalando zonas y lagos y rellenando el hueco”.
El área donde se ha trabajado da sólo una idea de la enorme dimensión del problema causado por las escorrentías de agua que llegan desde Sierra Cantabria. Varios edificios han sido demolidos y hasta la propia calle, donde se había ejecutado un pavimento, ha tenido que desaparecer al haberse agravado el problema con las intensas lluvias de la primavera pasada. Ahora, todo ese suelo hecho de piedras y escombros se recubrirá con una gran losa de hormigón armado que sujetará la calle. “Será como si fuera un puente que asegure la zona”, por lo que si hay algún hundimiento de algún calado no controlado o desconocido, no se vería afectada el resto de la zona, sino tan sólo ese punto.
Esta operación es la llamada fase 1. En la fase 2, la obra alcanzará a toda la calle Tesoro, un trabajo que tiene un coste estimado de millón y medio de euros. Al respecto, la Diputación Foral de Álava está estudiando cómo encajar la partida en el presupuesto. En esa etapa se realizará el trabajo para que todas las aguas que recorren el subsuelo de la calle lleguen hasta una canalización, de donde se podrá extraer sin problemas. Un trabajo similar se realizó en El Cerrillo, en la bajada desde la iglesia y hacia el barranco inferior hace unos años.
El caso es que los problemas vienen desde hace mucho tiempo. Concretamente en el año 2001 se produjeron los primeros hundimientos en los calados. Las reparaciones que se ejecutaron entonces trasladaron el problema de un punto a otro de la localidad, porque el verdadero problema era el agua acumulada en el subsuelo, procedente de la serranía. “Un problema similar se vive en Laguardia”, explicaba el alcalde, “donde el estanque celtíbero muestra agua según sube el nivel freático”. En Navaridas, el río del subsuelo está a 14 metros de profundidad, pero cuando llueve asciende hasta los nueve metros y los calados se llenan de agua.
Construcciones antiguas A ese elemento de la naturaleza se le suma un problema añadido. Éste hace referencia a las formas de construir de antaño. Es decir, sin cimientos. Lógicamente, cuando el subsuelo se debilita, el movimiento pasa a los edificios. Muchos de ellos tienen paredes medianiles, es decir, compartidas, y se ven dañadas como una baraja y se caen. Por eso, antes de derribar los edificios de esta semana, se han reforzado los muros de algunas edificaciones.
Otro problema que han detectado los técnicos se centra en un viejo calado rehabilitado por una antigua corporación municipal, hace muchos años. En ese lugar, cuando se produjeron los primeros hundimientos, se trató el peligro colocando una pared de hormigón sin tener en cuenta que iba a actuar como una presa. Toda el agua de la zona norte que se encontraba con ese muro se desviaba y socavaba el subsuelo hasta la zona que ahora se ha rellenado de piedras y tierra. Le costó tiempo, de 2001 a 2009, que fue cuando surgió el primer hundimiento en la zona ahora tratada, pero una amplia parte del pueblo quedó comprometida.
Lo malo es que este problema no es exclusivo de Navaridas, sino de una parte de los pueblos de Rioja Alavesa. En Laguardia llevan desde el año 2001 rehabilitando lagos por la misma razón; en Baños de Ebro, tras las inundaciones de la pasada primavera, hubo también un hundimiento debido a las aguas subterráneas. Esa situación está recogida en un informe elaborado por Arabarri hace pocos años. Ese documento está siendo el elemento de trabajo para los actuales responsables de la Diputación Foral de Álava para tratar de encontrar una solución que pueda servir de modelo para los lugares donde haya más hundimientos, según indica el primer edil de Navaridas.